02. Una ‘tarifa plana’ sobre las inversiones financieras y ‘vaciado’ del impuesto a las grandes fortunas
FISCALIDAD DEL CAPITAL: Los dueños de grandes fortunas se verán beneficiados por partida doble: por una parte, la exoneración de todos los activos financieros del impuesto sobre las fortunas, que se convierte en un impuesto sobre la fortuna inmobiliaria (IFI), y que supone la pérdida de 3.000 a 3.800 millones de euros de ingresos; y por otra parte, una tarifa plana del 30% sobre las inversiones financieras (intereses, dividendos, plusvalías), cuando hoy estos ingresos se integran en los de los hogares como ingresos salariales. El coste se estima entre 1.500 y 4.000 millones de euros, según el cálculo.
El Gobierno francés piensa desen-cadenar mecanismos virtuosos en favor de la inversión productiva: los más ricos colocarán su dinero en Bolsa más que en el sector inmobiliario, y aumentarán así los recursos de las empresas francesas; además, éstas ya no estarán obligadas a distribuir tantos dividendos para compensar una fiscalidad del capital más elevada que en otros países. Y, con tanto dinero, podrán reinvertirlo.
Claro que no es seguro que el 1% más rico vaya a aumentar las inversiones financieras, que representan el grueso de su patrimonio. Tampoco es obvio que las empresas disminuyan los dividendos, y las que lo hagan no necesariamente aumentarán sus inversiones en Francia. El Gobierno redistribuirá entre 5.000 y 8.000 millones de recursos públicos entre los más ricos a cambio de un beneficio macroeconómico más que incierto.