A petróleo barato, más renovables
Eficiencia: Los expertos vaticinan que la demanda de energías limpias seguirá creciendo en todo el mundo.
El precio del crudo ha bajado más del 50% desde el verano de 2014. FOTOGRAFÍA: TRACY FOX/123RF
La drástica caída de los precios del petróleo iniciada el verano pasado está teniendo un gran impacto en la economía mundial y ha abierto numerosos interrogantes sobre el futuro del mercado energético. Lo que es una buena noticia para los consumidores y las empresas, pues reduce sus gastos de transporte y calefacción, no parece serlo tanto para el sector de las energías renovables. Las acciones de Yingli Green Energy, el gigante chino de los paneles solares, y del fabricante estadounidense de coches eléctricos Tesla Motors se han desplomado en Bolsa por el temor de los inversores a que la bajada del precio del crudo aumente el apetito por este combustible fósil y reduzca la demanda por fuentes de energía más limpias.
Las energías renovables se utilizan principalmente para generar electricidad, y ahí es donde la evolución del precio del petróleo apenas se nota. Sólo el 5% de la generación de energía eléctrica mundial proviene de combustibles derivados del petróleo, comparado con el 25% en 1973, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Los derivados del petróleo sirven sobre todo como combustible para el transporte y, por eso, las oscilaciones en su precio apenas tienen impacto en el mercado eléctrico.
PRECIOS DEL GAS Y DEL CARBÓN
“En generación eléctrica, que es el nicho donde más se están expandiendo las renovables, creo que el impacto será mínimo”, afirma Jorge Morales de Labra, director de la empresa Geoatlanter y miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. “Hace tiempo que en la mayoría de sistemas eléctricos de los países de la OCDE ya no se produce electricidad con derivados del petróleo”.
Las energías renovables sí podrían verse afectadas por el impacto indirecto que la bajada del coste del crudo tiene sobre los precios del gas y del carbón, que sí se está produciendo, pero en una medida mucho menor. Por ejemplo, el gas natural licuado (GNL) se ha abaratado en Europa el 20% desde julio, mientras que el crudo lo ha hecho en más del 50% en el mismo período. “Eso es sólo el coste mayorista del combustible; luego hay que llevarlo hasta la central y producir electricidad, con lo que la mejora de competitividad del gas y el carbón es muy reducida”, explica Morales de Labra. “Tanto, que está en todo caso muy por encima de los costes medios actuales de producción de, por ejemplo, la energía fotovoltaica o solar”.
Sólo el 5% de la generación de energía eléctrica proviene de derivados del petróleo
El coste de la energía solar está cayendo con más rapidez que cualquier otra tecnología
IRENA, una organización intergubernamental para la promoción de las energías renovables, creada en 2009 a iniciativa de Alemania, España y Dinamarca, sostiene que la historia demuestra que los períodos de bajos precios del petróleo suelen ser transitorios y que, por tanto, carece de sentido planificar inversiones a largo plazo en generación eléctrica tomando como referencia los precios actuales del crudo. Hay que tener en cuenta que el descenso del precio de esta fuente de energía es la tercera mayor de los últimos 50 años, sólo superada por la que se produjo tras la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers en 2008 y el colapso de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1985.
El informe Costes de la generación de energías renovables 2014 de IRENA subraya que el coste de la energía solar está cayendo más rápidamente que el de cualquier otra tecnología. Los precios de los grandes paneles solares son hoy la mitad que hace sólo cuatro años y el coste de instalar energía solar en una vivienda ha bajado alrededor del 70% desde 2008. Incluso sin ayudas a la producción, la energía procedente de la biomasa, la geotérmica y la eólica son ya tan competitivas o más baratas que el petróleo, el gas natural o el carbón.
“Los proyectos de energías renovables en todo el mundo se han igualado o han superado a los de los combustibles fósiles, especialmente cuando se tienen en cuenta factores como la contaminación local, el daño medioambiental y el impacto en la salud de las personas”, afirma Adnan Z. Amin, director general de la organización. “El juego ha cambiado; el desplome de los precios de las renovables ha creado una oportunidad histórica para construir un sistema energético limpio y sostenible y prevenir un cambio climático catastrófico a un coste razonable”.
El tremendo auge de las renovables es posiblemente uno de los motivos de fondo de la caída de los precios del petróleo, al haber reducido la demanda de esta fuente de energía. Así lo explica el analista jefe de Energías Renovables de Bloomberg Finance, Michael Liebreich: “La cuestión no es qué efecto tiene la caída del precio del crudo en la transición hacia energías más limpias, sino qué impacto está teniendo esta transición en el precio del petróleo”.
La inestabilidad de los precios del petróleo hace aún más atractivas las energías limpias, cuyo coste es mucho más predecible que el del petróleo. Las plantas de energías limpias se planifican habitualmente con años de antelación y sus empresas suelen ofrecer precios más estables a sus clientes. Su desarrollo es especialmente atractivo para países consumidores de petróleo, como los europeos, cuyos gobiernos no tienen control alguno sobre sus precios. Para ellos, las energías renovables ofrecen mucha mayor seguridad a largo plazo.
Jorge Morales de Labra sí cree que la caída de los precios del petróleo puede tener un impacto en la electrificación de sectores del transporte; por ejemplo, en los coches eléctricos. “Si la mayor penetración de renovables prevista tenía que ver en parte con este incremento de la demanda eléctrica, aquí sí que creo que, lamentablemente, el precio dificultará que la gente deje de comprar vehículos de combustión y, por tanto, la transición al vehículo eléctrico alimentado por renovables se lentificará, aunque en ningún caso se parará”.