Apple, una manzana no tan lozana
Desmesura. El enorme tesoro amasado por la firma de Cupertino en sus cuatro décadas de historia soslaya la falta de objetivos estratégicos a largo plazo.
Macrotienda de Apple en el paseo de Gràcia de Barcelona. FOTOGRAFÍA: ANDREA BOSCH
Apple está en posesión de todos los récords. El pasado 9 de mayo superaba los 800.000 millones de dólares de capitalización en la Bolsa; es decir, más de 730.000 millones de euros. La suma de las tres primeras capitalizaciones bursátiles francesas (LVMH, Total y Sanofi) totalizan 350.000 millones, ¡ni siquiera media manzana!
La actividad de Apple le ha permitido tener tales beneficios que ha acumulado un botín de guerra estimado en 257.000 millones de dólares, de los cuales el 90% está en paraísos fiscales. La ley fiscal estado-unidense grava los beneficios realizados en el extranjero con un impuesto sobre las sociedades del 35% únicamente cuando se repatrian, y gozan de un aplazamiento de la imposición mientras se hallan fuera del territorio nacional. De ahí, la estrategia de la firma de la manzana, y de todas las grandes multinacionales estadounidenses, consistente en dejar la tesorería ganada en el extranjero en países donde no pagan impuestos o pagan muy pocos.
Acumula 275.000 millones de dólares de beneficios
Su estrategia: dejar su tesorería en el extranjero
Se negó durante mucho tiempo a repartir beneficios
Para visualizar los ahorros de Apple, el periódico británico The Telegraph ha calculado que, por ejemplo, permitiría a la empresa ¡regalar un yate de lujo a cada uno de sus 115.000 empleados! O, en atención a los amantes del fútbol que se asombraron el año pasado por la enormidad de lo que había pagado el Manchester United por el futbolista Paul Pogba, el tesoro acumulado por Apple le permitiría ¡adquirir 2.214 Pogba! Hablando en un sentido más estratégico, la firma tendría la posibilidad de comprar simultáneamente Tesla, la empresa de coches eléctricos de lujo del empresario estadounidense Elon Musk, Netflix, Uber, Snapchat y Twitter por 235.000 millones de dólares y aún le quedarían reservas.
LAS CLAVES DEL ÉXITO
Como muchos de sus congéneres de Silicon Valley, Apple se negó durante mucho tiempo a repartir dividendos entre sus accionistas y optó por conservar sus beneficios para invertir. Pero ya no es así desde 2012, lo cual constituye un síntoma de su dificultad para hallar nuevos proyectos de crecimiento. En este asunto también reina la desmesura: las previsiones de la firma de la manzana son repartir 300.000 millones de dólares de dividendos de aquí a finales de 2019, lo que la convierte en la empresa más generosa del mundo.
¿Cómo ha llegado Apple a esta situación tan boyante? Su éxito descansa en varios pilares. En primer lugar, en unos productos de diseño innovador, tanto más deseables para el consumidor cuanto que se enriquecen mediante un ecosistema digital continuamente renovado gracias a la Apple Store. Este éxito le permite aplicar un margen del 40%, una rentabilidad digna de una marca de lujo para un producto que se vende al gran público. Debido a ello, los beneficios se disparan.
TIPOS IMPOSITIVOS BAJOS
Pero la prosperidad de la marca de la manzana descansa también en una estrategia de optimización fiscal muy agresiva. A finales del verano de 2016, una investigación de la Comisión Europea, a continuación de la llevada a cabo por el Senado estadounidense en el mismo sentido, demostró que Apple se beneficiaba de un tipo impositivo del 0,005% fuera de Estados Unidos. Generalmente, las grandes empresas transfieren sus beneficios artificialmente a paraísos fiscales. Apple va más allá: la Comisión ha demostrado que los transfiere ¡a una sede social inexistente!
Puede sorprender que, con todos los recursos financieros que posee, la empresa tenga una deuda de unos 100.000 millones de dólares. Pero, como los intereses del crédito se pueden deducir de los beneficios, los impuestos disminuyen.
Pero aún hay más. El hecho de usar unas técnicas de optimización fiscal que le hacen ahorrar varios miles de millones de dólares de impuestos todos los años contribuye a aumentar el déficit presupuestario y, por tanto, la deuda de Estados Unidos. Es una deuda de la que Apple ha suscrito títulos, ¡obligando con esta alambicada estratagema al contribuyente estadounidense a pagarle los intereses en lugar de recibir sus impuestos!
EL DATO
90%
del ‘botín de guerra’ de Apple, aproximadamente 257.000 millones de dólares están en paraísos fiscales.
Así, el 22% del colchón financiero de Apple está invertido en títulos de deuda pública, según Bloomberg, que estima que el Gobierno de Estados Unidos ha pagado a la empresa 600 millones de intereses entre 2012 y 2016. La agencia informativa estadounidense también ha revelado que, con el 58% de su botín de guerra invertido en bonos de empresas, Braeburn Capital, la filial financiera de Apple, es hoy el primer inversor en bonos mundial.
A través de este caso es fácil comprender que cuando se dice que las grandes empresas tienen su dinero en paraísos fiscales, es en ellos donde está registrado oficialmente, pero no permanece allí: se invierte en los grandes mercados internacionales de deuda pública y privada.
UN FUTURO FRÁGIL
Pese a su inmensa fortuna, Apple se ve hoy enfrentada a grandes desafíos. El punto flaco de la empresa es que, aunque ha hecho grandes esfuerzos para evitarlo, sigue siendo una empresa monoproducto, con el iPhone, que representa el 68% de su volumen de negocios. Sus tentativas por encontrar sustitutos de crecimiento con el iPad o el reloj conectado no han tenido el éxito comercial esperado.
Su éxito descansa en pilares como su innovador diseño
Otra explicación es su agresiva estrategia de optimización fiscal
Apple intenta también desarrollar ofertas más centradas en los servicios como la cloud, el streaming musical o Apple Pay (el pago sin contacto a través de su teléfono). Pero siguen representando una parte mínima de su volumen de negocios. Por ejemplo, Apple Pay, una modalidad de pago por la que la firma retiene el 0,15% de cada transacción, no ha atraído más que a un 10% aproximado de los estadounidenses. En Francia, exceptuando el grupo BPCE, los bancos se niegan a facilitar su desarrollo por considerar que las comisiones de la empresa estadounidense son excesivas. En todos los nuevos ámbitos en los que Apple intenta establecerse, la competencia es más fuerte. La importancia del botín de guerra de la empresa indica, pues, su falta de opciones estratégicas.
Además, la manzana podría ser menos jugosa en el futuro. Desde el G20 hasta la Comisión Europea, pasando por diversas iniciativas nacionales, los Estados han decidido hacer frente a las prácticas fiscales más agresivas. Aunque aún hay que esperar varios meses para saber el resultado de la batalla jurídico-fiscal entre la firma estadounidense y la Comisión, hay muchas posibilidades de que Apple se vea obligada a pagar más impuestos en los próximos años.
El presidente norteamericano, Donald Trump, desearía que el maná de Apple y las otras grandes empresas situadas en paraísos fiscales volviera a Estados Unidos. Para ello, planea proponerles un tipo de interés reducido (del 10% o menor) en caso de repatriación de los capitales. Habrá que ver si el Congreso estadounidense está de acuerdo. Las multinacionales como Apple exigen un tipo inferior al 5%.
La firma de la manzana dispone de una capacidad financiera sin igual, pero debe demostrar que es capaz de utilizarla con acierto para garantizar su futuro a largo plazo.
Apple: un actor financiero de primer orden
Montantes de los bonos de empresa suscritos por Apple en miles de millones de dólares.