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Autoconsumo // Presión por otro modelo energético

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Febrero 2022 / 99

Varios gobiernos locales y autonómicos buscan aprovechar al máximo las ventajas de las comunidades ciudadanas de energía.

Cuatro gobiernos autonómicos y dos municipales abanderan una propuesta para potenciar al máximo no solo el despliegue de las energías renovables en el territorio, sino el autoconsumo gestionado con participación ciudadana a través de  las llamadas comunidades energéticas. La Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla-La Mancha, Baleares, Sevilla y El Prat de Llobregat presionan para que el impulso de un modelo energético descentralizado con beneficios sociales —y comunidades de energía capaces de competir en el mercado, más allá de que reciban ayudas gracias a los fondos europeos— no se quede en una oportunidad desaprovechada. Clave en ello es cómo se adapte en España la legislación energética europea, que lleva más de un año de retraso. Francia y Austria sirven de modelo a su propuesta: en el primer caso, se permite una distancia de dos kilómetros entre la producción y el consumo (hasta ahora, en España en el autoconsumo compartido se estipulan 500 metros, y la propuesta del mundo local pide que se alcancen los cinco kilómetros); en el segundo, se paga en función del uso de la red. Como la proximidad de la producción y consumo implica menores costes de transporte, se propone que el pago en cargos y peajes no sea el mismo que cuando se transporta energía desde el otro extremo del territorio.

Mientras la iniciativa gana adeptos, el mundo local va preparando el terreno. 

La experiencia de El Prat

Uno de los municipios más activos es El Prat (Barcelona), pionero, entre otros aspectos, en publicar en tiempo real los datos de consumo de energía de los equipamientos municipales. "La gestión de la demanda será clave en el nuevo modelo", señala Joan Herrera, responsable de Acción Ambiental y Energía del gobierno municipal y exdirector general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). En 2019 y 2020, el ahorro energético logrado fue de 315.750 euros, frente a los 170.000 entre 2015 y 2018. 

La aplicación de la normativa europea lleva más de un año de retraso

El Prat, de poco más de 65.000 habitantes, impulsa una comunidad energética bajo liderazgo municipal, probablemente en forma de sociedad limitada, de la que formen parte ciudadanos, pymes y entidades que, en busca de beneficios medioambientales, económicos o sociales de sus miembros, deseen de forma voluntaria participar en la generación, la distribución, el almacenamiento y los servicios de agregación y eficiencia energética.

El municipio ha instalado ya un megavatio de potencia (MWp) renovable y tiene previsto incrementar la cifra a 750 kilovatios más. Ha cedido 22 cubiertas de edificios de equipamientos públicos para la instalación de placas solares y ha cerrado un acuerdo con tres iglesias del núcleo urbano para que le cedan las suyas, a cambio del 15% de la generación de energía que produzca la instalación, de titularidad municipal. El consistorio, además, ultima un concurso para que los particulares que cedan sus cubiertas tengan también el 15% de la energía generada. El Prat, que forma parte de la Asociación de Municipios y Entidades para la Energía Pública, se apoya también en experiencias como la de escuela Charles Darwin, con una potencia instalada de 63,65 kWp, cede 0,5 kwp en horas de generación solar a 30 familias que comparten la red de baja tensión en un radio de 500 metros.

Para implicar a ciudadanía y empresas en este modelo descentralizado de transición, el Ayuntamiento ha puesto en marcha la Casa de la Energía, que ofrece formación, información y asesoramiento.