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EE UU // Primero la vacuna, después la recuperación

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Enero 2021 / 87

El presidente electo, Joe Biden, se dispone a tomar las riendas del país con la promesa de aprobar nuevos estímulos a la actividad económica, reducir las desigualdades de renta y mejorar las condiciones laborales.

Completar con rapidez y eficacia la campaña para vacunar a los estadounidenses contra la covid-19 es el primer gran desafío de Joe Biden, que tomará posesión como 46º presidente de EE UU el 20 de enero. Su equipo económico está convencido de que la mejor manera de reactivar la economía es dejar atrás cuanto antes la crisis sanitaria y que el país recupere la normalidad. La nueva secretaria del Tesoro, Janet Yellen, trabaja con la hipótesis de que, tras un primer semestre extremadamente difícil, la actividad experimentará una fuerte recuperación en la segunda mitad del año. 

Inspiración keynesiana

Obligados a permanecer en casa buena parte del tiempo, muchos estadounidenses han ahorrado dinero en estos últimos meses y se espera que comiencen a gastarlo cuando desaparezca el peligro de contagio. Una vez concluya la campaña de vacunación, Biden estará en disposición de cumplir sus promesas electorales en materia económica. Entre sus prioridades: ayudar a los sectores de la población que más han sufrido los embates del coronavirus, reducir las desigualdades de renta y mejorar las condiciones laborales. Su plan económico, de inspiración keynesiana, contempla un considerable aumento del gasto público para reactivar el crecimiento y la creación de empleo. 

Parecía que el año 2020 acababa con buenos augurios para el presidente electo y noticias alentadoras para los estadounidenses. Tras meses de duras negociaciones entre demócratas y republicanos y coincidiendo con el inicio de la campaña de vacunación, el Congreso aprobaba un plan de estímulo valorado en 900.000 millones de dólares para ayudar a los parados, a las familias y a las pequeñas empresas a pasar el invierno. 

 Janet Yellen es la nueva secretaria del Tesoro de EE UU. Foto: Reserva Federal

Cuando todo estaba listo para que el dinero comenzase a fluir, el presidente saliente, Donald Trump, sorprendió a propios y extraños al anunciar su oposición al plan por considerar "miserable"  una de sus principales medidas: la paga única de 600 dólares a cada estadounidense con ingresos inferiores a los 75.000 dólares. Trump amenazó con vetar el proyecto de ley  que contiene  las medidas de estímulo si no se ampliaba la  cantidad hasta los 2.000 dólares,  idea que fue recibida con regocijo por los demócratas -partidarios desde un principio de aumentar la cuantía de las ayudas-  y desconcierto por sus correligionarios republicanos, que durante la negociación habían intentado rebajar la cantiad. Al cierre de esta edición de la revista, en vísperas de Año Nuevo, todo estaba en el aire.

Ayuda a los parados

El conjunto de medidas aprobado por el Congreso -el segundo más voluminoso de la historia del país tras el de marzo pasado, de 2 billones de dólares- incluía también una paga a los parados de 300 euros a la semana hasta mediados de marzo. También prorrogaba las ayudas a las familias en riesgo de desahucio por no poder pagar el alquiler de sus vivienda .

La cuantía de las ayudas alimentarias -cupones de comida canjeables en los supermercados, que dan de comer a millones de estadounidenses pobres- iba a aumentar  un 15%.  También estaba previsto destinar 20.000 millones de euros a la compra de vacunas para que pudieran administrarse gratuitamente a las personas sin recursos y otros 8.000 millones a la distribución del remedio por todo el país. El programa de créditos a las pequeñas empresas, que no admitía nuevas solicitudes desde agosto, iba a reactivarse con 12.000 mil millones de dólares destinados  principalmente a microempresas y a negocios propiedad de ciudadanos pertenecientes a minorías. 

Mujeres al timón 

Biden ha subrayado que el acuerdo alcanzado en el Congreso es solo "un aperitivo" que vendrá seguio de más de estímulos para reactivar la economía en  este comienzo de año. Para financiar sus planes, la intención del nuevo presidente es subir los impuestos a los contribuyentes con más ingresos y a las grandes empresas. En una entrevista con The New York Times, aseguró que el aumento el gasto servirá para generar crecimiento sin aumentar excesivamente la deuda “si cada uno aporta lo que le corresponda”. Biden dijo que no ve motivos para que el tipo máximo no pueda volver al 39,6% de comienzos de siglo (actualmente es el 37%) y que tampoco hay justificación para que 91 de las 500 mayores empresas del país no paguen impuestos

Biden planea subir impuestos a los más ricos y a las grandes empresas

La economía de EE UU ha resistido a la pandemia mejor que la mayoría

Para pilotar la política económica Biden ha apostado por las mujeres. Janet Yellen, a la que Donald Trump no quiso renovar como presidenta de la Reserva Federal por su corta estatura, será la secretaria del Tesoro (puesto equivalente al de ministra de Economía). Cecilia Rouse, directora de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton, dirigirá el equipo de asesores económicos de la Casa Blanca, y Neera Tanden, procedente del think tank Center for American Progress, estará al frente de la Oficina Presupuestaria. Las tres han dedicado buena parte de sus carreras a buscar fórmulas para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y a combatir la discriminación racial y de género en la economía. Biden ha prometido precisamente dar más relevancia al papel de los sindicatos en las empresas. Tradicionales aliadas del Partido Demócrata, las organizaciones sindicales han visto menguar a la mitad su número de afiliados desde los años ochenta el siglo pasado.

El coronavirus eliminó de un plumazo 22 millones de puestos de trabajo durante la primavera y al concluir 2020 aún quedaban por recuperar 10 millones. La tasa de paro, que antes del estallido de la pandemia estaba en el 3,5%, se situó en noviembre en el 6,7%. Se espera que a medida que aumente el número de personas vacunadas, los niveles de empleo vayan normalizándose.

A finales de diciembre la covid-19 había acabado con la vida de casi 350.00 estadounidenses y la media diaria de nuevos contagios rondaba los 200.000. A pesar de ser uno de los países más castigados por la pandemia, la economía de EE UU ha amortiguado el golpe bastante mejor que otros países industrializados. Según los cálculos más recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), su producto interior bruto (PIB) habría caído un 4,3% en 2020, frente al 6% de Alemania, el 9,8% de Francia y el 12,8% de España. Sin embargo, los economistas del FMI pronostican una recuperación más débil para EE UU este año (3,1%) que para Alemania (4,2%), Francia (6%) y España (7,2%).