Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

EE UU: sanidad por las nubes

Comparte
Pertenece a la revista
Enero 2019 / 65

Estudio: A pesar de ser la más cara del mundo, la atención médica de la gran potencia dista mucho de ser la mejor.

Una enfermera atiende a una paciente en un hospital estadounidense. FOTO: GETTY IMAGES

El coste del  seguro de enfermedad ha crecido casi el 50% en el último año en Estados Unidos.

Con un gasto en sanidad equivalente al 17,2% del PIB de su país en 2017, los estadounidenses pagan un precio enorme por curarse. Mucho mayor que el que pagan otros países desarrollados: el segundo país más caro es Suiza, con el 12,3% del PIB (Francia es el quinto con el 11,5%). ¿Quiere ello decir que se trata de un sistema sofisticado que permite una calidad mucho mayor de la atención médica? Todo lo contrario, como demuestra un estudio del Economic Policy Institute de Washington .

En Estados Unidos, el seguro de enfermedad está casi siempre ligado al contrato laboral.

Fundamentalmente lo pagan las empresas (el 80% en el caso de un soltero, el 70% en el de una familia), y el resto corre a cargo del asalariado. Entre 2006 y 2016, el coste total del seguro de enfermedad se disparó en un 49,2%, un aumento enorme, y el porcentaje pagado por el asalariado fue aún mayor, el 53,5%, con una doble consecuencia negativa: menor poder adquisitivo para los hogares y para las empresas, que frenan el aumento de los salarios para limitar el coste laboral.

 

UNA CUESTIÓN DE PRECIO, NO DE VOLUMEN

¿Los estadounidenses reciben en proporción a lo que pagan? En absoluto. Cuando se clasifica a los países ricos en función de la calidad de su sanidad, Estados Unidos ocupa los peores lugares en cuanto a mortalidad infantil,  esperanza de vida (60 años) y  otros muchos indicadores.

Está a la cola de los países ricos en calidad

El fuerte aumento del gasto en sanidad podría también explicarse por una población envejecida o enganchada a acudir al médico y a las medicinas. De hecho, la progresión del volumen de gasto en sanidad ha sido mucho menos fuerte que  la del coste. Desde 1979, el precio de los bienes y servicios en sanidad ha subido dos veces más que el índice de precios de consumo. Cuando se compara los costes de 21 actos médicos tradicionales (consulta, noche en hospital, operación de la cadera o de la rodilla, etcétera) en los grandes países industrializados, Estados Unidos está por encima de la media y es el país más caro en 18 de esos actos.

Lo que hace que el sistema sea tan oneroso es la falta de un servicio público desarrollado. El coste por cliente para los seguros privados es hoy dos veces más elevado que en el sistema de sanidad pública (Medicare), capaz de obtener mejores tarifas por la importancia del número de personas a las que cubre. A ello se añade una disminución del número de hospitales debido a las fusiones, lo que se traduce en un aumento del 10% al 17% de las tarifas. Los estadounidenses no han terminado aún de pagar por estar sanos.