El certificado menos usado y entendido
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En trámite: Obligatorio desde hace tres años, pocos sacan partido del sello que permite calcular el gasto en luz y gas de la vivienda.
Muchos anuncios de pisos indican durante meses que la certificación, que lleva pocos días, está en trámite. FOTO: ANDREA BOSCH
Vivir en Madrid, en un piso de 100 metros cuadrados con la peor calificación energética posible, la G, puede salir 2.000 euros más caro al año que hacerlo en otro de superficie similar y en la misma ciudad que cuenta con la mejor categoría, la A. La estimación, elaborada por Tinsa, tiene en cuenta la factura de la electricidad, la calefacción y la refrigeración de la vivienda. Si alguien se endeuda para comprar una casa, o duda entre dos apartamentos debido a la diferencia entre el precio mensual del alquiler de ambos, debería interesarle saberlo. ¿Pero alguien conoce a alguien que tome una decisión sobre dónde instalarse influido por el color verde, amarillo o rojo de un sello...
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