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El contribuyente rescata al automóvil

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Abril 2014 / 13

A la espera de una recuperación del consumo, la industria automovilística española pide una renovación de los incentivos a la compra.

Vehículos circulando en la Plaza de Cibeles, en Madrid. FOTO: 123rf/TUPUNGATO

El conductor español se lo sigue pensando dos y tres veces a la hora de cambiar de coche, su mayor dispendio después de la vivienda. Pero algo parece estar cambiando. Febrero fue el sexto mes consecutivo en el que aumenta la venta de automóviles, y el sector más mimado por el Gobierno de Mariano Rajoy espera que las ventas alcancen el millón de unidades a fin de año si se confirma la recuperación de la economía y se prorrogan los incentivos a la compra. Por el camino han quedado en los últimos cinco años miles de puestos de trabajo en los concesionarios, muchos de los cuales han cerrado sus puertas debido a la caída en picado de las ventas.

Puesto en marcha en octubre de 2012, el llamado Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE) ha sido clave para que la industria tocara suelo. La quinta ronda del plan, que entró en vigor el 29 enero, es la más generosa de la serie: 175 millones de euros. Por cada vehículo vendido, el Gobierno aporta 1.000 euros y las marcas otros 1.000, siempre y cuando el comprador entregue un coche antiguo y el precio del nuevo sea inferior a 25.000 euros. Si continúa el ritmo actual de ventas, el dinero se habrá acabado antes del verano.

La construcción y los fabricantes de motos también piden ayudas

El sector quiere volver a los 1,5 millones de vehículos anuales

Contando con el PIVE actual, el Gobierno se ha gastado 540 millones de euros en cinco planes de apoyo a la renovación de la flota. ¿Es necesario uno más para el segundo semestre? ¿Hasta cuándo va a necesitar la industria caminar con muletas? Los dirigentes del sector son partidarios de que se mantengan las ayudas hasta que se recupere el consumo y se alcancen unas ventas de 1,5 millones de automóviles al año. El hecho de que más de la mitad de los compradores estén aprovechando las ventajas del PIVE, afirman, demuestra que este sigue siendo necesario.

Visto el éxito, otros sectores han comenzado a acudir a la ventanilla de la Administración pidiendo un trato similar. Los constructores, por ejemplo, reclaman ayudas públicas para financiar las obras de conservación del firme de las carreteras. Por su lado, la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor) reclama un plan de incentivo a la compra de motos con una dotación de 10 millones de euros, que ayudarían a renovar 22.000 modelos.

No les falta, al menos, parte de razón. ¿Por qué el automóvil sí y otros no?

El Gobierno esgrime que la fabricación de coches es una actividad estratégica para la economía española. La industria representa aproximadamente el 10% del PIB y genera unos 300.000 empleos directos. El automóvil es, además, el primer producto de exportación. De los 2,2 millones de automóviles fabricados en España el año pasado, solo 300.000 (menos del 15%) se vendieron en el mercado nacional.

Los fabricantes sostienen que los planes PIVE han supuesto para el Estado unos ingresos de 1.500 millones de euros. Solo el Plan PIVE 5, calculan, tendrá un impacto fiscal para las arcas públicas de 700 millones, entre IVA e impuesto de matriculación.

El año 2013 se cerró con la venta de 722.703 unidades, muy lejos del récord de 1,6 millones de 2006. Son las compras de particulares las que encabezan la recuperación. Las ventasa a empresas van más lentas, tanto en lo que se refiere a vehículos de flota como a los alquileres. El sector calcula que si no se renueva el Plan PIVE en el segundo semestre, el mercado cerraría con unas cifras de ventas solo ligeramente superiores a las de 2013.