Emergencia climática // Sin playas en 20 años
A menos que se tomen medidas, las previsiones científicas muestran que España perderá sus arenales en un futuro no muy lejano.
El nuevo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNCC), que acaba de publicar el Gobierno y que sirve como guía para que luego las comunidades autónomas y los municipios tomen sus medidas cautelares, resume los augurios de la ciencia con relación al cambio climático, empezando por el alargamiento de los veranos y el ascenso de la temperatura.
Según datos de AEMET, ya hoy tenemos veranos nueve días más largos por década. Actualmente, el verano dura unas cinco semanas más que a comienzos de a década de 1980. Las noches tórridas —cuando la temperatura mínima es igual o superior a 25 grados— se han multiplicado por 10 desde 1984 en las 10 capitales españolas más pobladas, lo que afecta a una población potencial de más de nueve millones de personas.
Han aumentado también las olas de calor. Desde 1984, se ha duplicado el número de días al año que se superan los umbrales de temperatura de ola de calor en la España peninsular, mientras que los episodios fríos se han reducido el 25%. Además, las olas de calor de junio, cuando tienen más consecuencias sobre la salud, porque el cuerpo todavía no se ha aclimatado al calor, son hoy 10 veces más frecuentes que en 1980.
Hoy, además, llueve menos y desaparecen los glaciares —en España, solo hay el 10% de lo que había a principios del siglo pasado—. Y los ríos ya no bajan con la misma cantidad de agua —entre 1966-2005, 1,45% menos por año—.
Se extiende el clima semiárido y el agua del mar también es más caliente; en el Mediterráneo, exactamente, 0,34 grados por década desde principios de la de 1980, según los registros del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo entre 1982 y 2019.
El ascenso del nivel del mar
Pero uno de los aspectos del cambio climático que más afectan y afectarán a España —donde el 12% más del 10% del PIB depende del turismo—, es el ascenso del nivel medio del mar. Ya ha subido y está subiendo. En la costa atlántico-cantábrica sigue la tendencia media global de 1,5 a 1,9 mm/año, entre 1900 y 2010, y de 2,8 mm/año a 3,6 mm/año, entre 1993 y 2010. Sin embargo, hay una mayor incertidumbre en cuanto al nivel medio del mar en el Mediterráneo.
El verano dura hoy cinco semanas más que a principios de la década de 1980
Como explica Javier Andaluz, coordinador de Clima y Energía de Ecologistas en Acción, algunos sitios como el delta del Ebro, cuyos problemas se pusieron en evidencia durante el Gloria, tienen dificultades añadidas. “Son problemas importantes como la captación de sedimentos que aportan, que quedan retenidos en las grandes presas, y que hacen que se vaya perdiendo el aporte necesario. No es solo por el cambio climático, pero con el cambio climático esto es mucho más arriesgado. En terrenos bajos, evidentemente, hay una vulnerabilidad más pronunciada que en un acantilado, donde tampoco es tan relevante el problema”.
Esta situación afecta especialmente las zonas más turísticas, que tienen menos altura sobre el nivel del mar. Según el PNCC, las olas de calor serán menos graves en Galicia, comunidades de la cornisa cantábrica y La Rioja, y serán mayores en las comunidades del levante, como en Murcia, Baleares y especialmente, Canarias. Y lloverá cada vez menos en la mayor parte de España, y habrá menos nubes, salvo en el norte y la región mediterránea en invierno.
Y en el futuro, ¿qué?
Pero sí, respecto al nivel del mar, los modelos proyectan que, entre 2026 y 2045, este puede aumentar en toda la costa española entre los 17 y 25 centímetros en función del escenario de mayor o menos gravedad del calentamiento global. Y el tema se complica sobre todo en un plazo medio, entre 2081 y 2100. Las previsiones del Gobierno muestran que el nivel medio del mar con respecto a lo que llaman “periodo base” (1985-2005) suba entre los 55 cm y 70 cm, con los valores más altos en Canarias, Baleares y la costa cantábrica occidental. En el peor escenario, el incremento sería superior a los 75 cm en toda la costa española y especialmente altos en Galicia, Baleares (más de 80 cm) y en Canarias, con un aumento en torno al metro.
¿Qué significa esto? Para darnos cuenta tenemos que coger un metro y medir desde donde termina el mar hacia arriba. En las zonas más planas, es fácil ver que, de aquí a 20 años, ya no habrá playas en la mayor parte de la costa. Y que, en 80 años, ya no existirán muchas ciudades, especialmente las ubicadas en las zonas planas. Cuando en septiembre pasado el Ejecutivo publicó el Plan de Adaptación al Cambio Climático, algunos periódicos hablaron incluso del traslado en los próximos años de toda la primera línea de mar a lugares menos susceptibles de daños.
El panel científico IPCC prevé traslados de edificios y muros de protección
Si hay un sector concernido por el cambio climático es el de los seguros
Andaluz, de Ecologistas en Acción, matiza. “No es tan rápido como que en 10 años sube un metro el nivel del mar. El proceso depende de los territorios. Tampoco es lo mismo una playa natural que una intervenida. Por ejemplo, las que tienen espigones padecen procesos más rápidos de degradación de costas. La vulnerabilidad es muy distinta dependiendo del tipo de playa y de costa”.
Si existen traslados, estos dependerán de cada comunidad y ayuntamiento. Y, claro, del dinero disponible. Por lo pronto, el PNCC no prevee un aumento significativo de los presupuestos, salvo en algunos casos concretos, con dinero de la Unión Europea. El plan, de más de 200 páginas, parece más un diagnóstico que a un programa específico con medidas concretas de actuación.
Es posible, sin embargo, que no quede más opción que trasladar, en un futuro próximo, algunas construcciones que están en riesgo extremo. “La realidad es que ya la llamada Ley de Costas fijó unas distancias mínimas del mar, no solo para proteger las playas”, agrega Andaluz. “Hay construcciones que sabemos que por la dinámica actual están en riesgo. Eso podría a llevar a que un montón de edificaciones, que actualmente vulneran la ley, tengan que retirarse. Veremos cómo irá evolucionando el mar, y eso obligará a ir tomando medidas”.
¿Posible freno al mar?
Sin duda, uno de los sectores más interesados en la previsión y adaptación al cambio climático es el de los seguros. Respecto al aumento del nivel del mar, la Revista digital del Consorcio de Seguros (https://bit.ly/3kBQBgb) muestra en su edición de primavera 2020 las distintas opciones previstas.
El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) considera la posibilidad de trasladar las edificaciones. Pero también la posibilidad de colocar barreras de protección, como muros, o subir las edificaciones con plataformas, estructuras fijas o con adaptaciones basadas en el ecosistema, es decir, con elementos de la naturaleza. “La superación de las barreras adaptativas será únicamente una cuestión de voluntad política y esfuerzo social que nos encaminará a preservar, dentro de lo posible, nuestra valiosa costa”, concluyen desde el consorcio.