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Energía // Hay alternativas al gas

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Junio 2022 / 103

Biomasa, placas solares particulares o compartidas, geotermia y una arquitectura eficiente son algunas opciones.

Con los problemas de suministro de gas y con la guerra en Ucrania llega la hora de adelantar la respuesta a la pregunta que el mundo ecologista se viene planteando desde hace tiempo: ¿Qué alternativas al gas tenemos? Más allá de los debates políticos, ¿podemos la gente de a pie plantearnos salir del sistema?

Centrales térmicas de ciclo combinado: Se quema el gas que pasa por una turbina para convertirse en electricidad

María Prado, ingeniera de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid y responsable de Campaña de Renovables y Transición Energética de Greenpeace, celebra que, por fin, se esté hablando del tema. “La gente desconoce que cuando usa la electricidad en este país a veces también está usando gas. Se invirtió mucho dinero en plantas térmicas de ciclo combinado. Son plantas donde se quema el gas y ese calor se mete en una turbina que genera electricidad. Con el carbón es lo mismo, se genera calor que se mete en una turbina que genera electricidad. A esto se le llama plantas de ciclo combinado o térmica con gas”, explica Prado. “En España se apostó por un crecimiento muy elevado de estas plantas porque iban a hacer falta para la industria. El oligopolio quiere amortizar esa inversión y retrasa la transición energética. Y el Gobierno los acompañó a decretazos, que frenaron en seco la transición energética. Somos un país riquísimo en recursos renovables, y podríamos abastecer 56 veces la demanda eléctrica. Es absurdo depender de la importación de gas. Y sí, una parte de nuestra electricidad depende del gas ruso”.

Opciones de la ciudadanía

Para empezar, si no tenemos mucho dinero, en el ámbito doméstico Prado recomienda sustituir la caldera de gas por una bomba de calor que pueda usar electricidad o biomasa o geotermia. Si no se tiene tejado propio, puede ser en uno comunitario, en el de un colegio o de una empresa que se ubiquen cerca.

En el artículo Ni experta ni rica y sin tejado… pásate a la renovable, Prado explica que hay varias opciones.  La primera es con ahorros. Solo con 50 euros “ya puedes instalar renovables en otro lugar y recibir o una reducción en tu factura de la luz o un retorno económico”.

Prado señala el proyecto Generation kWh, de Som Energia, en el que “cada socio aporta un préstamo sin intereses a la cooperativa, que esta va devolviéndole año a año. Con estas aportaciones, la cooperativa instala plantas grandes de nuevas energías renovables. Al mismo tiempo, los socios y socias logran que sus facturas eléctricas vayan reduciéndose. Gracias a las inversiones de la cooperativa, los hogares van a pagar la electricidad a precio de coste”.

Otra posibilidad es compartir las instalaciones en casa de un vecino, en un colegio o en un edificio público a menos de 500 metros. Se llama autoconsumo de proximidad.

"Con los recursos renovables de España podríamos abastecer 56 veces nuestra demanda eléctrica" María Prado, responsable de Transición Energética de Greenpeace

"Siempre es mejor todo lo que implique consumir menos" Luis González, Ecologistas en Acción

La tercera fórmula es pedir al Ayuntamiento “que instale renovables para cubrir el 100% de la demanda de los edificios públicos y del vecindario. ¿Qué Ayuntamiento no querría ser 100% renovable? Se llama comunidad energética, conectando ciudadanía y diferentes servicios renovables (generar y almacenar electricidad, calor o frío, agregar, compras colectivas de instalaciones para el autoconsumo, eficiencia, movilidad sostenible, etc.)”.

Luis González Reyes, de Ecologistas en Acción, agrega que siempre es mejor todo lo que implique consumir menos. Por ejemplo, “las cocinas de inducción son más eficientes que las de vitrocerámica. Y hay que cambiar los hábitos. Por ejemplo, si se usa una fuente de energía solar, es mejor cocinar cuando es de día. Por otro lado, “la cocina solar funciona bastante bien. Los hornos solares alcanzan temperaturas altas incluso en temporadas en las que hace fresco“.

Biomasa

Para calentar la casa se puede usar también biomasa. La energía de biomasa es la que se obtiene de materiales biodegradables. Uno de los ejemplos más extendidos son los pellets, básicamente restos de madera prensada. Las estufas y calderas de pellets están muy extendidas, y se pueden colocar en casa, siempre que se tenga una salida de humos un poco más pequeña que una chimenea. “Las calderas modernas de pellets o leña tienen unos niveles de eficiencia muy buenos”, apunta González Reyes.

Protesta de Greenpeace en la planta térmica de Naturgy en Campanillas (Málaga). Foto: Greenpeace/Pedro Armestre.

Pero la energía de biomasa también son otras cosas. Ya hay proyectos experimentales puestos en práctica en España, generando gas metano con la misma materia orgánica que generamos con los residuos biodegradables. “Utilizando la materia orgánica, lo compostas y, en ausencia de oxígeno, generamos metano, que se puede recoger y utilizar en la cocina”, agrega González Reyes. “Es el mismo tipo de gas que se utiliza normalmente. No es nada difícil de hacer”.

Lo que se complica es la recuperación del gas, que hasta el momento sale a una presión baja y puede cocinar a un fuego mediano. No entra el gas con la suficiente presión.

Sin embargo, ya se está haciendo. Nahia Agote, miembro de Arterra Bizimodu, una comunidad de convivencia con unos objetivos comunes (soberanía alimentaria, economía comunitaria, etc), explica su experiencia: “Ponemos los residuos orgánicos de la cerveza artesanal que hacemos, en unos reactores autoconstruidos donde se transforman en biogás. Lo usamos para cocinar para unas 20 o 30 personas en verano, con unas 2 horas de uso. En invierno tenemos una media hora, pero vamos mejorando cada vez y llegaremos a más. Mejor el gas a 50 metros de casa, que traido de Argelia".

Barcelona Energía también está trabajando en el compostaje para la producción de gas. Desde Ecologistas en Acción explican que esta opción se podría aprovechar mucho más en toda España si se invirtiese en infraestrucruras para conseguirlo. Pero  los vertederos están muy desaprovechados.

Con 50 euros ya se puede invertir en energía renovable

Ya se han puesto en práctica proyectos que sacan gas de la basura orgánica

Pero el mejor enfoque es siempre no gastar, o gastar lo mínimo. Para conseguirlo, y para quien se pueda permitir una reforma o una casa nueva, está la arquitectura bioclimática. Parte del principio de que con un aislamiento muy fuerte de las casas retenemos el calor. “Nosotros en casa, que tenemos unos muros muy grandes, el año pasado no necesitamos poner la calefacción”, afirma González Reyes. 

Las casas se planifican utilizando el sol, orientadas norte-sur, de manera que la parte norte siempre está en sombra, y la parte sur con un alero que permite que pase el sol y cuando estamos en verano haga sombra. Esta combinación de orientación más el aislamiento puede dar niveles de confort muy altos.

Geotermia

Haciendo una inversión mayor, en temas de temperatura ambiental está la geotermia. Se consigue pinchando la tierra hasta llegar a una profundidad de 30 o 40 kilómetros, donde haya un flujo de calor o frío constante de 23 grados. Llega a casa todo el año a una temperatura que varía muy poquito de invierno a verano. Una vez hecho, es pura calefacción gratuita de la tierra.

Iñaki Alonso, arquitecto especialista en casas eficientes, advierte: “Hacerse una vivienda nueva passive house no es más caro que una normal. La inversión inicial la amortizas muy rápido. Es entender la economía a largo plazo, no solo con la inversión inicial.Se construyen 80.000 viviendas al año en España y no tienen estos criterios y se gastan el dinero en otras cosas. Hay que hacer un plan sobre esa rehabilitación y estudiar cómo se financia”, agrega.