Europa patina en el clima
Emisiones: La UE se presenta como la avanzadilla de la transición energética, pero no logra disociar lo suficiente el crecimiento de las emisiones de CO2.
“¿Un paso atrás en la transición energética?”, se pregunta la empresa de investigación y consultoría Enerdata en su último Balance energético mundial. De 2014 a 2016, el planeta vio, por fin, cómo se estabilizaban las emisiones de CO2. Pero la idea de que las emisiones se estancaban como fase previa a una gran caída resultó ser falsa. En 2017, la curva de emisiones de dióxido de carbono experimentó un fuerte aumento: una subida del 2% anual en los países miembros del G20, que representan cuatro quintas partes del total mundial.
En ello ha tenido mucho que ver la aceleración del crecimiento económico (3,7%, en el caso del G20) que se traduce, a pesar del aumento del precio del petróleo, en un incremento del consumo de energía y de las emisiones asociadas. La desviación producida aumenta automáticamente el esfuerzo necesario para poder evitar superar la barrera de los 2 grados centígrados de calentamiento global fijada en el acuerdo de París sobre el clima. Según Enerdata, el ritmo de descenso anual de las emisiones de CO2 que habría que respetar hasta 2050 ha pasado del -2,9% al -3,5%.
La Unión Europea, que se considera la avanzadilla de la transición energética, no logra disociar más que los demás el crecimiento del PIB (que aumentó un 2,6% en 2017) de las emisiones (un 1,9%). Las emisiones estadounidenses permanecieron estables en 2017 (0%), a pesar de que EE UU registró un crecimiento económico sostenido… y pese a las fanfarronadas sobre el carbón de Donald Trump.
Europa se ha alejado más de sus propias aspiraciones climáticas —ya de por sí insuficientes respecto al objetivo del 2 ºC— de lo que Estados Unidos se han alejado de la trayectoria definida en su momento por el expresidente Barak Obama. Entre las causas de este aumento de las emisiones europeas está el auge del mercado de los 4x4, los SUV y otros vehículos de gran cilindrada, propiciado por la recuperación económica. Algunos países se han portado mejor que otros.[España aumentó un 7,4% las emisiones de dióxido de carbono, y se convirtió en el cuarto mayor incremento de todos los países de la UE, según Eurostat.]
Si Europa no disocia su vuelta al crecimiento económico de sus emisiones no alcanzará sus objetivos. Y Enerdata muestra que lo que se ha ganado en este ámbito se ha acabado degradando, salvo en países como Reino Unido, que han adoptado un precio mínimo del CO2, para acelerar su salida del carbón.