Fuera del Mobile World Congress

Reverso. Coincidiendo con el evento mundial de móviles de telefonía en Barcelona, la ONG Setem muestra las violaciones de derechos en la industria de la electrónica.

Mobile Social Congress 2017. FOTO:  SETEM Catalunya - Bruna Films

El mes pasado Barcelona se inundaba (más) de extranjeros, atraídos por el congreso de telefonía móvil más importante del mundo, el Mobile World Congress. Los periódicos se llenaron de noticias sobre los últimos avances y las grandes y nuevas tecnologías.

Humildemente, en un pequeño recinto del Centro Cultural Pati Manning, se llevaba a cabo otro congreso sobre el mismo asunto, pero traía otro tipos de informaciones a la palestra: las cuestiones sociales derivadas del mundo de las nuevas tecnologías; vulneraciones de derechos humanos y laborales que se dan en las fábricas de la industria electrónica, la flexibilización del trabajo y otros límites a la libertad de asociación; la extracción peligrosa de los minerales en la República Democrática del Congo; la obsolescencia programada de los aparatos eléctricos, y los oligopolios empresariales. Se trataba del Mobile Social Congress, organizado por la ONG Setem.

Estas informaciones no saldrían jamás en el Mobile World Congress, básicamente porque ruborizarían a los mismos patrocinadores de este tipo de eventos internacionales; por ejemplo, Apple, Samsung y Sony, entre otros. Estas marcas están cuestionadas por algunas de las ONG que participaban en el coloquio: Amnistía Internacional, Justícia i Pau y Setem.

Hay dos temas básicos que chirrían en el desarrollo de las nuevas tecnologías. Por un lado, está la extracción de minerales como el coltán para fabricar los móviles, las tabletas y otros aparatos eléctricos. Especialmente en la República Democrática del Congo, que concentra el 80% de las reservas, la extracción del coltán está sumamente relacionada con el conflicto armado que afecta a este país. Según denuncia Amnistía Internacional, el comercio de este mineral financia las armas de la guerra. Esto, más allá de las condiciones infrahumanas de los trabajadores y las trabajadoras que extraen y tratan este producto para su exportación. Al coltán se le ha sumado el cobalto, que se usa entre otras cosas para los nuevos coches eléctricos. Las organizaciones denuncian que en su extracción se emplea trabajo infantil, además de incumplirse los derechos humanos en otros ámbitos. 

Las compañías consideran que nada de esto es así, pues, replican, ellos cumplen unos estándares en los países de origen. Pero el problema radica en las subcontrataciones, mayoritariamente en cadena, donde el control de los estándares se difumina.

SUBCONTRATAS

El segundo asunto básico en las violaciones de los derechos humanos relacionadas con las nuevas tecnologías tiene que ver con las condiciones de trabajo de las personas que, en empresas subcontratadas, ensamblan y construyen los aparatos eléctricos, principalmente en China. Son sometidas a jornadas laborales que pueden llegar a las 100 horas semanales, además de las dificultades que tienen para acceder a la seguridad laboral.

Al coltán se suma el cobalto de los coches eléctricos

La subcontratación es básica para las violaciones de derechos

Los procesos de chequeo no son suficientes

El asunto de la subcontratación es el “quid de la cuestión” cuando se habla de derechos laborales, tanto en España como en otros países. Aquí también grandes empresas como Endesa, Telefónica y Gas Natural tienen pocos empleados propios en comparación con los subcontratados, aunque las condiciones laborales de éstos cumplen ciertos estándares que no necesariamente se respetan en otros lugares.

La demanda de las organizaciones es que los procesos existentes no son lo suficientemente fuertes como para asegurar que una empresa china subcontratada hace su trabajo respetando los derechos humanos. 

En realidad, esto sucede no sólo en la fabricación de aparatos eléctricos, sino también en la de ropa, en productos acabados y en alimentos que provienen de países pobres, como el café, el cacao, el té y otros tantos. Es un modus operandi de las compañías multinacionales que, aunque ha habido avances, tiene poco freno en las legislaciones de los países receptores de las mercancías. 

En la Unión Europea se han dado pasos en este sentido para regular las cadenas de suministro, pero todavía éstos son muy tibios, y no afectan el total de la cadena. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha hablado de suspender una innovadora ley de transparencia sobre los minerales de zonas en conflicto, que echaría hacia atrás el poco camino recorrido.

CONSUMO INSOSTENIBLE

En la ONG Setem se denuncia también que el Mobile World Congress “fomenta un consumo electrónico insostenible, irresponsable, y que profundiza la fractura social”. ¿Es necesario cambiar de móvil cada año? ¿Es necesario cambiar un frigorífico cada cuatro porque está programado para romperse?

Justamente de estos asuntos trataba la segunda parte del Mobile Social Congress, en la que se hablaba de la “obsolescencia programada” (¿por qué una nevera de hace treinta años duraba mucho más que una actual?), y que daba alternativas como el FairPhone (véase Alternativas Económicas n.º 13), que en su última versión ya inventó un móvil al que se le pueden cambiar piezas fácilmente si se rompe, sin tener que comprar un aparato nuevo.

Además, se habló de otras alternativas, como el Internet compartido de Güifinet (véase Alternativas Económicas n.º 41), una red de Internet libre, que puede ser utilizada por quien sea, en cualquier lugar de España, incluso con fibra óptica. Y del sistema de telefonía cooperativo Eticom,  una cooperativa de servicios de telefonía y acceso a Internet para que las personas puedan “avanzar hacia una soberanía de infraestructura y servicios de telecomunicaciones”. Esta compañía está empezando su actividad y cuenta con cerca de 3.500 usuarios (véase Alternativas Económicas n.º 35).

MÁS INFO

http://www.setem.org/blog/cat/catalunya/mobile-social-congress
http://electronicswatch.org/es
https://www.fairphone.com/es/
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/trabajo-infantil-tras-las-baterias-de-los-telefonos-inteligentes-y-los-automoviles-electricos/