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Grecia no toca suelo ...y el fascismo vuela

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Mayo 2013 / 3

La senda de la austeridad marcada por tres años desde la primera intervención de la economía del país hunden la sociedad griega en un profundo estado de ‘shock’, que la extrema derecha trata de capitalizar con programas asistenciales para pobres.

Huelga general en Atenas el pasado 20 de febrero contra la nueva reforma laboral en Grecia.

FOTO: IOLANDA FRESNILLO

Tres años después del primer acuerdo con la Troika, Grecia se hunde. Sin trabajo (el 27,2% de desempleo), con la economía en continua contracción, empresas cerrando diariamente y una caída de los ingresos de los hogares del 17% entre 2009 y 2011, la población no tiene dónde agarrarse. A raíz del segundo rescate de la troika (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo), el salario mínimo se rebajó de 751 euros a 586 euros al mes. El número de suicidios o de intentos de suicidio en Grecia aumentó el 37% entre 2009 y 2011. 

De acuerdo con las últimas cifras publicadas por Eurostat, en Grecia el 31% de la población está en situación de riesgo de exclusión social o pobreza. 

El Estado del bienestar está siendo derrumbado por momentos, con una deuda pública que llega al 156,9% del PIB (estimaciones para 2012). Los recortes presupuestarios impuestos por la troika se traducen en rebajas de las pensiones, despidos y recortes en el sueldo de funcionarios, así como en una importante reducción los recursos para servicios públicos, afectando de forma especialmente trágica la sanidad pública. La reforma laboral va más allá de la española, eliminando por ejemplo la negociación colectiva. El derecho a la huelga está siendo también recortado. En las últimos paros en el metro de Atenas y el sector portuario, el Gobierno obligó a los trabajadores a acudir a sus puestos de trabajo bajo amenazas de penas de prisión. Privatizaciones de servicios y venta de empresas públicas, concesiones para la explotación de recursos naturales y subidas del IVA completan el paquete, en el cual hasta el FMI ha reconocido que ha ido demasiado lejos, pues ha acelerado el hundimiento económico griego. El camino que está siguiendo España es el mismo que el griego. 

Un sistema de salud colapsado 

El sistema de salud griego está colapsado por el cierre de centros sanitarios, así como por importantes recortes en sanidad. Además, centenares de miles de personas están siendo excluidas de la sanidad pública. Quienes no han cotizado un mínimo de seis meses en el último año, así como las personas inmigrantes en situación irregular, no tienen cobertura sanitaria en Grecia. La atención básica ha dejado de ser gratuita, con precios de 5 euros por consulta y 25 euros por ser atendido en un hospital. Las intervenciones y los tratamientos en la sanidad pública hay que pagarlos aparte. Por ejemplo, un parto cuesta 800 euros, el doble si es por cesárea, y un tratamiento de cáncer puede llegar a 30.000 euros. Se ha eliminado la contracepción gratuita para millones de mujeres y la vacunación para millones de niños. Además, las empresas farmacéuticas Roche y Novartis, entre otras, son conocidas en el país por haber dejado de suministrar a los hospitales y farmacias, ante la posibilidad de no cobrar. 

Ante la emergencia sanitaria que vive el país, trabajadores sanitarios y ciudadanos han impulsado clínicas sociales autogestionadas. Estas clínicas nacieron para prestar atención médica a los excluidos del sistema sanitario, principalmente inmigrantes sin papeles, pero cada día atienden a más personas que simplemente no pueden pagar sus medicamentos. A ellas hay que añadir la desobediencia de muchos médicos, que se niegan a cobrar tasas de admisión o atienden a no asegurados en los hospitales públicos . 

Más allá del ámbito sanitario, miles de griegos acuden diariamente a mercados populares en los que, sin intervención del Estado (y por tanto evadiendo el pago de impuestos), pequeños productores ahogados por la crisis venden sus productos a bajo precio directamente a los consumidores. Ante el sentimiento de abandono del Estado, los griegos profundizan en la economía sumergida, y entran así en un círculo vicioso de difícil resolución. 

En Tesalónica, 40 trabajadores han seguido el ejemplo argentino y han recuperado la fábrica en la que trabajaban y que había cerrado después de meses sin pagarles el salario. Los trabajadores de Vio.me han formado una cooperativa y han colectivizado la fábrica ocupando sus instalaciones y apropiándose de los suministros y productos que habían sido abandonados por su antiguo dueño. 

Economía cooperativa, clínicas y farmacias sociales, escuelas de apoyo, mercados populares y redes contra las privatizaciones surgen con fuerza en Grecia, en un intento de superar el estado de shock en que la crisis ha dejado a la mayoría de la población. Muchos sienten que el hundimiento social ha sido demasiado rápido para reaccionar, lo cual recuerda lo que Naomi Klein contaba hace unos años en su Doctrina del shock. La gente, desconcertada, se siente abandonada no solo por sus gobernantes, sino también por la Unión Europea, y busca respuestas allí donde se las den. 

Propaganda de alba dorada

El empobrecimiento de la población, la falta de confianza en las instituciones y un peligroso mantra acusatorio contra la inmigración por parte de los grandes partidos (PASOK y Nueva Democracia) son el marco en el que el fascismo ha ido creciendo en Grecia. Desde que Amanecer Dorado (también conocido como Alba Dorada) irrumpió en el Parlamento griego en las elecciones del año pasado, con el 7% de los votos, el peso de esta formación crece de forma alarmante. Las últimas encuestas le dan un 12% de los votos, por encima del PASOK (con el 7%) y siguiendo a Nueva Democracia (19,5%) y Syriza (20%), que encabeza las encuestas.  

En el puerto de El Pireo, con el 44% de paro, hay familias que no pueden pagar la electricidad y la comida escasea. Un territorio perfecto para la propaganda fascista de Alba Dorada. En las escuelas, algunos estudiantes empiezan a reproducir saludos fascistas y a atacar a compañeros y profesores por no ser puros griegos. 

La contracepción ha dejado de ser gratuita y tratar el cáncer cuesta 30.000 euros

Entre octubre de 2011 y diciembre de 2012 ha habido más de 200 ataques racistas

Amanecer Dorado ofrece a una población desesperada clínicas y comedores gratuitos solo para griegos. Estas iniciativas son muy minoritarias, pero ampliamente publicitadas. Algo que no se hace con los casi diarios ataques a inmigrantes, homosexuales, discapacitados o activistas de izquierdas. 

Según la ONU, entre octubre de 2011 y diciembre de 2012 ha habido más de 200 ataques racistas con violencia. Solidarity All (ONG vinculada a Syriza) denuncia que en los últimos tres meses de 2012 se registraron cinco asesinatos de inmigrantes. En enero de este año, Amnistía Internacional denunció de nuevo la falta de acción de las autoridades griegas, después de que un joven paquistaní fuera asesinado por neonazis. 

Entre los activistas antifascistas griegos es sabido que la impunidad con la que actúan los seguidores de Mijaloliakos, el líder de Amanecer Dorado, se debe a la alta implicación de policías en este movimiento. Más de la mitad de oficiales de policía votaron por esta organización en las últimas elecciones.  

Spyros Marchetos, profesor de Historia de las Ideas en la Universidad Aristóteles de Tesalónica, afirma que el fascismo está llegando ahora a Grecia porque los partidos políticos y los medios de comunicación llevaban años fomentando un discurso racista de enfrentamiento entre inmigrantes y nativos. Marchetos recuerda cómo la crisis de los años treinta  y una deuda impagable permitieron el auge de Adolf Hitler en Alemania e invita a revisar la historia para no caer hoy en los mismos errores que entonces. El académico avisa además de que, mientras la austeridad y las políticas neoliberales sigan estrangulando a la población, este nuevo fascismo seguirá avanzando, sin respetar fronteras. Pero en la medida en la que consigamos combatir con éxito la dictadura de la deuda, conseguiremos también  batir el fascismo y, añade,  “abriremos la puerta a una nueva Grecia y a una nueva Europa”. 

INMIGRACIÓN

Grecia, el infierno de camino a una Europa que ya no existe

Grecia es la principal entrada de la inmigración irregular a Europa. Hay cerca de 400.000 inmigrantes sin papeles en Grecia y unos 55.000 accedieron a Europa a través de la frontera greco-turca del Evro, la más permeable. También a través de las islas llegan inmigrantes en búsqueda del sueño europeo. En su lugar, encuentran la pesadilla de los centros de detención. 
 
Amnistía Internacional denuncia que  “las condiciones en un vasto número de centros de detención griegos son inadecuadas o pobres”. Los centros están sobre-ocupados y no hay suficiente asistencia legal, intérpretes o atención médica, y ha habido también denuncias de torturas y maltrato. El experto independiente de Naciones Unidas sobre migraciones ha denunciado también las condiciones en las que se encuentran los inmigrantes sin papeles en dichos centros de detención, y ha hecho un llamamiento a la Unión Europea para afrontar el tema, juntamente con el incremento de la violencia racista en Grecia.