Holanda: Crecimiento precario
Riesgo: Pese a su aparente espectacularidad, la recuperación de la economía se ve amenazada por un posible regreso de la inflación.
Hace tres años, la economía holandesa salía con dificultad de dos años de recesión, el índice de paro estaba cerca del 10% y los precios del mercado inmobiliario se hundían. A un 280% de la renta neta, la deuda de los hogares era casi tres veces más elevada que la de sus homólogos franceses o alemanes y la más alta de los países de la OCDE, exceptuando Dinamarca. Debilitados por los créditos de cobro dudoso, los bancos reducían sus créditos pendientes, poniendo en peligro el rico tejido de las pequeñas y medianas empresas. Como colofón, en noviembre de 2013, la agencia Standard & Poors retiraba a Holanda su triple A. La economía holandesa, durante mucho tiempo asociada al modelo alemán de rectitud presupuestaria, fuerte competitividad y superávit por cuenta corriente, caía en picado (véanse los gráficos). Daba la impresión de que el país se veía atraído irresistiblemente hacia la trayectoria regresiva de los sobreendeudados países de la Europa del sur.
Tres años después, el país parece haber sufrido una metamorfosis total. El aumento del PIB, del 2% en 2015 y 2016, sólo es superado en la zona euro por el de Irlanda, Luxemburgo, España, Eslovaquia y Eslovenia. Según las últimas previsiones del banco central holandés, podría llegar al 2,3% en 2017. Aunque los precios del mercado inmobiliario siguen a escala nacional muy por debajo de su nivel máximo de 2008, en Amsterdam ya lo han alcanzado y en el resto del país se recuperan rápidamente. El índice de paro, que ha bajado al 5,4% (frente al 9,6% de media en la zona euro), se acerca ahora a los niveles británico y alemán. Con un déficit público que podría llegar a 0 en 2017, la deuda pública estaría por debajo del 60% del PIB en 2018. Constatando una recuperación de la economía más rápida de lo previsto, Standard & Poors reintegraba, en noviembre de 2015, a Holanda en el club de los países que ostentan la triple A, la nota financiera máxima.
EL DATO
2%
es el índice de crecimiento del PIB registrado en Holanda en 2015 y 2016.
Antes de las elecciones generales del 15 de marzo, la coalición de los liberales del VVD y los laboristas del PvdA, dirigida por Mark Rutte, presentaba un balance económico que haría palidecer de envidia a muchos de sus países vecinos. Ello que no impedía que dichos partidos no llegaran a superar entre los dos el 25% de las intenciones de voto, la mitad que en 2012, frente al aumento del xenófobo PVV (Partido para la libertad) de Geert Wilders. Los resultados electorales dieron la victoria parcial al VVD de Rutte (33 escaños en un parlamento de 76), lo que obliga a formar una coalición entre tres o cuatro partidos, ninguno de los cuales será el ultra PVV, formación que logró 20 diputados y con la que nadie quiere pactar.
RECUPERACIÓN EN 2014
Sin embargo, a finales de 2010, las cosas habían empezado mal. En lugar de utilizar los márgenes de maniobra presupuestaria de que disponía el país para contrarrestar los efectos de una demanda interior deprimida, el Gobierno optó por seguir con la política de rigor presupuestario entablada un año antes y elevaba el esfuerzo de contracción deliberada del déficit a cerca de 3 puntos del PIB en dos años. Esta política, que tranquilizaba a los mercados financieros, comportó que la salida de la recesión se retrasara varios trimestres más, hasta la primavera de 2014. Paralelamente, el Gobierno emprendía una serie de reformas estructurales del mercado laboral (flexibilización del despido y reducción de la duración del subsidio de desempleo). La fiscalidad de los préstamos hipotecarios (excesivamente favorable al endeudamiento en Holanda) también se revisó, mientras se reducían los costes asociados al envejecimiento de la población en los ámbitos de la sanidad y las pensiones (el más notable, la elevación de la edad de jubilación a los sesenta y siete años a partir de 2019).
El nivel de paro se acerca a los porcentajes alemanes y británicos
El partido del xenófobo Wilders, condenado a estar en la oposición
La recuperación coincide con el cambio del sector inmobiliario
Iniciada en el segundo semestre de 2014, la recuperación de la economía coincide con el cambio de comportamiento del mercado inmobiliario. Tras haber llegado a su punto más bajo en 2013, el volumen de transacciones inmobiliarias finalmente se recuperó, animado por la fuerte bajada de los tipos de interés a largo plazo en 2014. La inversión en el sector inmobiliario daba un salto en 2015, mientras que la confianza de los hogares se recuperaba con la mejora de sus balances financieros, debido al aumento del precio de los pisos.
DEPENDENCIA DEL PETRÓLEO
A la dinámica interna, se añadían los efectos del hundimiento simultáneo del precio del petróleo y del euro en 2014. Mucho más pronunciada que en el resto de la zona, pues la dependencia del oro negro es mayor en Holanda, la oleada de desinflación provocada por la caída del precio del bruto bajaba el ritmo del alza de los precios del 2,6% en 2013 al 0,3% en 2014. Así ha continuado hasta otoño de 2016, lo cual ha favorecido un aumento de poder adquisitivo tanto más importante cuanto que los salarios aumentaban más deprisa a partir de 2015 (véase el gráfico). Paralelamente, el crecimiento de la competitividad debido a la bajada del euro daba, como en Francia y Alemania, nuevo ímpetu a las exportaciones.
La actuación del Banco Central Europeo (BCE), que lanzaba en marzo de 2015 su programa de expansión cuantitativa también contribuyó a la recuperación. Acentuaba la presión a la baja sobre los tipos a largo plazo, aumentaba la liquidez bancaria y animaba a las pymes a pedir créditos. Estimulado por la recuperación del poder adquisitivo y la vuelta de la confianza, el consumo de los hogares volvía a animarse. Tras unos años de infrainversión, las tensiones sobre las capacidades de producción no tardaron en manifestarse incentivando a las empresas a invertir.
La política presupuestaria dio un giro a partir de 2015
El país tiene fuertes lazos comerciales con Reino Unido
La política presupuestaria, último freno para el crecimiento, dio un giro hacia la neutralidad a partir de 2015 cuando el Gobierno decidió compensar el efecto restrictivo de los planes de austeridad anteriores con medidas de estímulo a la actividad, sobre todo en lo referente a la fiscalidad (bajada del impuesto sobre la renta), el apoyo al empleo y la acogida de inmigrantes (cerca de 60.000 refugiados en 2015 y 2016).
Basada en la recuperación del mercado inmobiliario y en un medio exterior más favorable, la recuperación holandesa no deja de ser frágil. En primer lugar, la recuperación del empleo oculta un aumento rápido de la precariedad extrema. El modelo de flexiseguridad, establecido a finales de los años 1990 se ha cuestionado a favor de una hiperflexibilidad, sinónimo de máxima inseguridad social, y de un dualismo cada vez más marcado del mercado laboral (véase el recuadro).
Holanda en positivo
REPERCUSIÓN DEL ‘BREXIT’
El aumento del poder adquisitivo se ve amenazado por el crecimiento de la inflación, que alcanzaba el 1,7% en enero de 2017, debido al encarecimiento del precio del petróleo. Con unos salarios que deberían mantenerse en un ritmo de crecimiento del 2% anual, es uno de los motores de la actividad que puede apagarse en 2017. La evolución del poder adquisitivo es aún más crítica si tenemos en cuenta que los hogares siguen sobreendeudados: un quinto de ellos —sobre todo los jóvenes— tienen una deuda hipotecaria que aún es superior al valor de los bienes inmobiliarios adquiridos. En caso de estancamiento, por no decir de regresión de los salarios reales, muchos se verán tentados a restringir el gasto, invirtiendo la tendencia a la reducción de la tasa de ahorro observada en 2014 y 2015 que contribuyó a la recuperación.
Otro factor de incertidumbre es la trayectoria post-Brexit del Reino Unido, con el que Holanda mantiene unos lazos comerciales y financieros más estrechos que la mayoría del resto de los países europeos. Con sus robustas finanzas públicas y su superávit exterior, que reflejan el alto nivel de rentabilidad y de ahorro de sus empresas, Holanda tiene armas para dar a la recuperación de la actividad unas bases más sólidas en lo que a cohesión social se refiere. Los resultados electorales, alejados de extremismos, pueden contribuir positivamente a ello.
* LÉXICO
Expansión cuantitativa: política por la que el banco central compra títulos en el mercado de renta fija, lo cual genera un aumento de su precio y la bajada de su rentabilidad. Financiadas mediante creación de moneda, esas adquisiciones aumentan la liquidez de los mercados y contribuyen a una relajación de las condiciones financieras para el conjunto de los agentes.