Hollande o el arte del equilibrio
París se dispone a recortar el gasto público tras la fuerte subida de impuestos. Demasiado para los suyos, y poco para los partidarios de la austeridad liberal.
FOTOGRAFÍA: PARLAMENTO EUROPEO
Desde la Comisión Europea hasta el Movimiento de las Empresas de Francia (Medef, organización patronal francesa), pasando por la agencia de calificación Standard & Poor’s. Todo el mundo coincide en una cosa: si la economía francesa va mal es porque el presidente del país, François Hollande, no hace todo lo necesario. Lo necesario para la competitividad de las empresas, para flexibilizar el mercado de trabajo y, sobre todo, para reducir el déficit y la deuda públicos. Esa falta de firmeza reduce el potencial de crecimiento de la economía francesa y, por tanto, su capacidad de recuperar la competitividad y controlar eventuales desajustes de los presupuestos estatales.
Por el contrario, el economista estadounidense Paul Krugman no para de alabar en su blog la situación de la economía francesa si se compara con las de los otros países eu-ropeos, mientras que un número creciente de expertos —del Fondo Monetario...