La banca que financia armas
La banca española ha financiado con 7.238 millones de euros a compañías que fabrican armas, incluidas bombas de racimo y armas nucleares.
La financiación de las armas no es ilegal, pero el Centro Delàs y otras ONG intentan persuadir a la banca.
“Buenas tardes, señor presidente, miembros del Consejo de Administración, señoras y señores accionistas. Mi nombre es María de Lluc Bagur y vengo a hablarles en nombre de la Campaña BBVA sin armas (...).Les hablo en representación de 280.921 acciones, cedidas a la campaña por decenas de accionistas que de este modo quieren mostrar su desacuerdo con las inversiones controvertidas del BBVA. Con esta intervención queremos denunciar cómo el BBVA puede ser responsable de la violencia en Colombia: un país que lleva ya cincuenta años en conflicto armado…”.
Con estas palabras, Lluc Bagur comenzó su discurso en la última junta de accionistas del BBVA. Otros representantes de la campaña hicieron lo suyo este y otros años en la junta del Santander, La Caixa y Banco Sabadell.
Llevan tiempo asistiendo. Ya les conocen. En 2013, la banca española realizó inversiones de al menos de 7.238 millones de euros en empresas de armas, que producen o lo han hecho en el pasado, entre otras cosas, bombas de racimo, minas antipersona y armas nucleares, según el último informe Evolución de la banca armada, del Centro Delàs de Estudios por la Paz, vinculado a la ONG Justícia i Pau.
“Llevamos asistiendo a las juntas desde 2007”, cuenta Jordi Calvo, investigador del centro. “Ya saben a qué vamos. Algunos de los presentes en las juntas se escandalizan, pero el resto ni presta atención”.
Las intervenciones forman parte de campañas más amplias que intentan sensibilizar a la población sobre qué se hace con el dinero de sus cuentas corrientes y sus ahorros. “¿Qué hace tu banco? ¿Dónde invierte tu dinero?”, se pregunta en la campaña Banca armada, que realiza el Centro Delàs, junto a Setem, el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) y el Colectivo RETS (Respuestas a las Empresas Transnacionales).
La búsqueda no es fácil, y los informes sobre las inversiones que hace la banca son caros. Para dar con la producción concreta de armas, el Centro Delàs va relacionando empresas con filiales y accionariado. Con la información que ha conseguido, ha identificado varios tipos de inversiones en armas: la participación accionarial, la financiación de exportaciones, la emisión de bonos o pagarés, los fondos de inversión y la concesión de créditos y préstamos a las empresas de armas.
España no prohibe la financiación, y además produce armas
En participación accionarial, fondos de inversión y bonos en empresas de armas, desde 2009 hasta 2013 la banca española ha invertido, según el informe, 1.679 millones euros. En créditos a empresas de armamento, contabilizadas por la organización desde 2005 hasta 2013, se han invertido 4.326 millones de euros. En emisión de bonos y pagarés de empresas de armas, desde 2009 hasta 2013 se han contabilizado 614 millones de euros, y en financiación de exportaciones, 618 millones de euros entre 2000 y 2012.
¿Qué bancos son? Casi todos, menos la banca ética. Este año el informe incluye una clasificación actualizada a 2013 (véase el gráfico), y los grandes ganadores son el BBVA, con una inversión en empresas armamentísticas de 3.626 millones de euros, y el Banco Santander, con 1.723 millones.
Los bancos cuentan con un departamento de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en el que trabajan, entre otras cosas, el modo de responder a las críticas de algunas ONG, como Justicia i Pau, para volver más éticas las inversiones.
“Esta política de financiación del sector defensa es, además de transparente, totalmente trazable y auditada por Deloitte”, dice Tomás Conde, director de Sostenibilidad del BBVA. “Trabajamos con los mejores asesores especializados en el sector de defensa y dedicamos muchísima atención a estos asuntos por la especial sensibilidad social. No podemos permitir que se manipule o se tergiverse información. Hay que ser muy rigurosos. Ganamos en concurso público la tesorería del Ministerio de Defensa y estamos encantados de haberlo ganado. Sobre los informes de Justicia y Paz, queremos darles las gracias por ayudarnos a mejorar nuestra política, pero pedirles rigor”.
El Banco Santander no ha respondido a las preguntas de esta revista.
“Hemos estado hablando con los bancos, pero se ha hecho poco”, prosigue Calvo. “Los informes de RSC dicen que se prohíben según qué inversiones, pero luego no hay datos de cuándo se pone en práctica esa prohibición”.
Pero sí hay cosas positivas. Caja de Ingenieros y Caja Laboral han desinvertido al ver el informe del Centro Delàs. “La noticia de que estábamos en el ranking nos tomó por sorpresa”, dice Víctor Cardona, director de RSC de Caja de Ingenieros. “Era una inversión indirecta, efectuada a través de un fondo de inversión. No éramos conscientes de dónde invertía ese fondo y hemos quitado el dinero. No tenemos ningún interés en este tipo de inversiones”.
Algo parecido le sucedió a Caja Laboral. “Fue a través de un fondo de inversión, hace ya tiempo, y ya hemos desinvertido”, agrega Jon Emaldi, de Calidad y Modelo de Gestión de Caja Laboral. “Esperamos no volver a aparecer en estos informes porque en nuestra empresa no trabajamos con este tipo de inversiones”, remarca.
Reacciones prácticas como las de Caja Laboral o Caja de Ingenieros no son lo común. Es cierto que son cada vez más las entidades financieras que dicen aplicar normativas específicas que limitan sus inversiones en armas. Y también es verdad que los países han ido adoptando leyes que limitan o prohíben la financiación, por ejemplo, de bombas de racimo o minas antipersona. Pero en la práctica, en general, las inversiones en este tipo de armas han ido en aumento.
“Las inversiones no son anuales. Se acumulan y no siempre se conocen el mismo año”, explica Jordi Calvo. “Nosotros vamos haciendo una evolución con el tiempo y contabilizamos las cifras acumuladas, y lo que hemos visto es que entre 2012 y 2013 las inversiones acumuladas de la banca española en armas pasaron de 4.580 millones de euros a 7.238 millones”.
“Los bancos que más aumentan sus inversiones en armas son los que afirman que tienen las mejores normativas y políticas al respecto”, agrega el informe.
Caja de Ingenieros y Caja Laboral han desinvertido
Quienes más presumen de éticos son los que más invierten
Los mismos autores del documento reconocen que la única manera de frenar la financiación de armas es mediante la fuerza de la ley. Pero los avances en este sentido son también muy pequeños. Se han logrado apenas algunas prohibiciones en Europa, como las de las municiones de racimo (que pueden quedar enterradas y explotar tiempo después, y son especialmente peligrosas para los niños, porque sus formas llaman la atención).
España no es ajena a esto. Por ahora no se ha promulgado ninguna ley que prohíba la financiación de armas, ni siquiera las de racimo. Según el Centro Delàs, en un estudio sobre las exportaciones de armas, España es el sexto país del mundo que vende más armas. Las producen cuatro grandes empresas, una de las cuales (Navantia) es totalmente pública.
Internacional
Banca extranjera y armas
El mercado de la financiación del sector armamentístico desde España no es exclusivo de la banca española. De hecho, según el informe del Centro Delàs, España tiene una minoría del mercado. La banca extranjera que opera en España tiene un volumen de inversiones de 112.223 millones de euros en empresas armamentísticas. Solo BNP Paribas tiene 10.664 millones de euros, más que toda la banca española en su conjunto. El pastel del mercado de armas se lo reparten sobre todo entre cinco entidades financieras: BNP Paribas, Citibank, Deutsche Bank, Barclays y HSBC.
Armas nucleares
Campaña ‘Don’t bank the bomb’
El conocido Hall of Fame (salón de la fama) del rock se ha convertido, dentro de la financiación de armas nucleares, en el Hall of Shame (salón de la vergüenza) de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, realizada por 331 ONG de 80 países. En su informe Don’t bank the bomb, ha identificado a 298 instituciones financieras muy involucradas en la financiación, con 231.000 millones de euros, para armas nucleares. La mayoría de las entidades financieras provienen de Estados Unidos y de Europa. En España, una vez más, las dos grandes, BBVA y Santander, forman parte del Hall of Shame.
PARA SABER MÁS
www.centredelas.org/images/stories/informes/informe20_cas.pdf
www.dontbankonthebomb.com/wp-content/uploads/2013/10/Executive_Summary_FINAL.pdf