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La grama aterriza con cuentagotas

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Febrero 2017 / 44

Santa Coloma: Este municipio del área metropolitana de Barcelona es el primero de España que entrega subvenciones y que pagará parte de las nóminas en una moneda propia.

Imagen de Santa Coloma de Gramenet. FOTO: ANDREA BOSCH

La Agrupación del Comercio y la Industria de Santa Coloma de Gramenet  (ACI) es una entidad sin ánimo de lucro que defiende la economía local de una ciudad de 117.153 habitantes cuya renta familiar disponible bruta anual es de 14.300 euros. Al empezar el año, la ACI recibió parte de las subvenciones que percibe del Ayuntamiento, 6.000 euros, en gramas.

La grama es el nombre, elegido en consulta popular, de la moneda local que, después largos preparativos, ha metido ya un pie en la vida de la ciudad. Aún no es posible que un ciudadano cambie euros por gramas, pero ese es el plan.  El proceso está desarrollándose con mucha prudencia, en un marco de condiciones técnicas acordadas con el Banco de España, que en un primer momentomanifestó malestar al oír hablar de “nueva moneda”.

 

RESPALDO EN EUROS

La grama no es una moneda de curso legal, pero sí un medio de pago válido que asienta la confianza en el apoyo de la Administración, que la emite, y en el respaldo en euros —un euro vale un grama y el Ayuntamiento tiene bloqueado en banca ética en euros el dinero equivalente a las gramas entregadas en ayudas—, y la posibilidad de que un tenedor de gramas pueda cambiar en cualquier momento sus gramas por euros, aunque si lo hace antes de que transcurran cuarenta y cinco días sufrirá una penalización del 5%.

En España existen decenas de monedas locales, que utilizan comunidades privadas o ligadas a la economía social y solidaria. Lo nuevo de la experiencia es la parte pública, que un ayuntamiento emita dinero para entregar ayudas en ella, que pague parte de sus sueldos o permita pagar parte de los tributos municipales (como la recogida de basuras) en esas monedas. 

Objetivo: impulsar la economía local

“El comercio, los lugares donde compramos, tienen derivadas sobre el modo en el que vivimos y el tipo de economía que fomentamos”, reflexiona la alcaldesa, Nuria Parlón, determinada a dotar al proceso de “rigor y prudencia”, lo que se traduce en controlar la masa monetaria. Eso significa una implantación por fases. 

Estamos en la primera fase, la de las subvenciones, en las que el consistorio tiene plenos poderes de actuación. El uso de la grama se promueve premiando con el 5% más de ayuda a quien opte por recibirla en gramas. Tras los comerciantes, vienen las ayudas a las entidades de consumo responsable y las deportivas. De todo el universo de subvenciones que se da a las entidades del municipio, sólo el 29% del dinero se queda en él. La idea es lograr no tanto que se gaste más dinero, pues la cantidad  en euros es la misma, sino que el dinero se gaste en la ciudad.

Antes del verano, está previsto que los trabajadores municipales que lo deseen puedan cobrar hasta el 30% de su sueldo  en gramas. La masa salarial total suma 20 millones de euros, de modo que sólo con que se sumase a ello un 4% del total, la circulación de la moneda sería importante. 

La ciudad carece de sólidos pilares industriales, pero sí puede exhibir músculo el pequeño comercio, que compite con grandes malls y multicines cercanos como Heron City y La Maquinista en la cercana Barcelona. Fuentes de la entidad de comercio comparten con el consistorio la voluntad de frenar la fuga de consumo, y se muestran “a la expectativa de que las tiendas quieran recibir el nuevo medio de pago [necesitan disponer de una aplicación móvil, por lo que les hace falta un dispositivo con acceso a Internet] y los consumidores acepten utilizarlo. Ahora en la calle la gente no conoce a otras personas que tengan gramas”. 

El restaurante Can Armergol es uno de los establecimientos miembros de la red de adheridos a la grama. Es uno de los proveedores de la ACI a los que la agrupación ya ha pagado en gramas.