La trata de personas, mayoritariamente mujeres, sigue aumentando
Marzo, mes de las mujeres // La pandemia ha empeorado la vulnerabilidad de mujeres y niñas. La Comisión Europea emite en marzo una nueva estrategia. La directiva de hace 10 años no se ha cumplido.
En el mes de la mujer, la Comisión Europea publica la nueva estrategia contra la trata de personas, con el objetivo de erradicarla. Las víctimas son mayoritariamente mujeres y niñas. La estrategia contiene muchas de las recomendaciones que se incluían en un informe que el pasado febrero publicaba el Parlamento Europeo.
Este informe afea a todos los países incumplir los compromisos impuestos en la directiva europea contra la trata de personas, hace ya 10 años.
Soraya Rodríguez, diputada de Ciudadanos en el Parlamento Europeo y una de las encargadas del informe, explica que es la primera vez, después de 10 años, en que se evalúa la directiva, y que “ha sido un tanto decepcionante”.
“Para empezar tenemos pocos datos actualizados. Hemos tenido que contar con datos de 2016, Europol y organizaciones contra el delito y las drogas de Naciones Unidas”, explica.
“Eso es una dificultad añadida, pero con todos los datos sí se constata que la trata no ha hecho más que incrementarse en territorio europeo”.
Las cifras encontradas marcan una clara tendencia y se puede decir prácticamente que estamos hablando de crímenes de género. Casi tres cuartas partes de todas las víctimas de las que se tuvo constancia en 2017 y 2018 en la Unión Europa fueron mujeres y niñas. En su mayoría, el 95%, son víctimas de trata con fines de explotación sexual. Por otro lado, el 78% de todos los menores objeto de trata son niñas y el 68% de los adultos son mujeres. El 70% de los delincuentes son hombres.
Después de los delitos de ámbito sexual, la trata de seres humanos se lleva a cabo para cubrir diferentes actividades legales e ilegales, incluidas, entre otras, las del sector agrícola, la transformación de alimentos, el trabajo doméstico, la fabricación, los servicios asistenciales, la limpieza y otras industrias (en particular, las industrias de servicios), la mendicidad, la delincuencia, el matrimonio forzado, las adopciones ilegales y el comercio de órganos humanos.
En el último periodo de estudio de la Comisión (2017 y 2018) constatan que la trata de personas sigue en aumento. Y manifiestan su sospecha de que el número real de víctimas sea considerablemente superior al de los datos notificados, ya que muchas veces este tipo de violaciones a los derechos humanos no se detecta.
Según Europol, el impacto de la pandemia de covid-19 podría aumentar aún más el número de víctimas y reducir la probabilidad de que las autoridades policiales detecten a los tratantes de personas. Por otro lado, una recesión económica a partir de la crisis de la covid-19 también podría tener consecuencias peligrosas en el ámbito de la trata de seres humanos. La situación de las víctimas de la trata ha empeorado desde el inicio de la crisis y los servicios de apoyo han tenido dificultades para ayudar a las víctimas.
El aumento del uso de las nuevas tecnologías también aumenta este tipo de delincuencia y dificulta su persecusión. Europol explica: “los tratantes de personas aprovechan las nuevas tecnologías en todas las fases de la explotación sexual, desde la captación y la publicidad de las víctimas hasta el chantaje y el control de sus movimientos”. Además, estas herramientas ofrecen un mayor anonimato para los tratantes de personas y dificultan la detección de estos por las autoridades policiales.
También personas europeas
“La desigualdad de género, la pobreza, los desplazamientos forzosos, el desempleo, la falta de oportunidades socioeconómicas, la falta de acceso a la educación, la violencia de género, la discriminación, la marginación y la corrupción son algunos de los factores que contribuyen a que las personas, especialmente las mujeres y los niños, sean vulnerables a la trata”, indican en el informe. “Las causas profundas de la trata de seres humanos siguen sin abordarse de manera suficiente”.
Soraya Rodríguez remarca un aspecto poco conocido de la trata de personas: el de la población local. “Cuando nos hablan de trata tenemos una tendencia rápida a pensar en inmigración ilegal, tráfico y víctimas internacionales, pero lo cierto es que el otro 50% son población local. Y en el último tiempo se ha incrementado el número de personas víctimas de trata interna: nacionales de la UE”.
Rodríguez remarca también un segundo aspecto: “Somos incapaces de luchar contra la trata. Apenas hay juicios; hay pocas detenciones, y cuando las hay, desembocan en menos procesamientos. Y solo somos capaces de liberar al 1% de las víctimas”.
95% de la trata tiene fines de explotación sexual
La trata se ha convertido en la segunda actividad delictiva más beneficiosa económicamente, por detrás del tráfico de drogas. “Con la pobreza, las víctimas son fáciles de captar; hay poco riesgo. Por otro lado, no somos capaces de llevar a los delincuentes a prisión y, por último, genera mucho dinero”, agrega Rodríguez. “Es una tormenta perfecta. El crimen casi perfecto. Se gana mucho, se corre poco riesgo y es fácil”.
Desalentar la demanda
Además de seguir la senda del dinero y luchar contra el crimen desde el ámbito digital, ampliar en los próximos años los esfuerzos de coordinación entre organismos internacionales, y que se dediquen más recursos a la persecución de los delincuentes, otro de los aspectos que remarca el informe es la demanda: que se juzgue también la persona que está dispuesta a utilizar los servicios de las personas víctimas.
La directiva de hace 10 años recomendaba a los Estados miembro que introdujeran la figura del usuario como parte de los procesos penales, pero solo 10 estados de la Unión han introducido esta figura en los códigos penales, y de forma difusa.
A partir de este mes, desde el Parlamento esperan que esta situación cambie y que se tipifique el uso consciente de los servicios de las personas tratadas.
3/4 de las víctimas son mujeres
Por otro lado, esperan que se acabe con la doble victimización. La directiva de 2004 establecía que cuando una persona era víctima no se podía vincular sus derechos con su colaboración con la justicia. Pero es otra de las cosas que no se han cumplido. Por ello, piden que no se penalicen los delitos de la persona víctima.
España es ejemplo de un país que no ha cumplido. En octubre pasado Amnistía Internacional publicó el informe Cadenas invisibles, en el que denuncia la falta de eficiencia de las autoridades españolas para la protección de las víctimas.
Falta de protección
“Las autoridades españolas priorizan el control policial y migratorio por encima de la protección a las víctimas de trata con fines de explotación sexual”, denuncian desde Amnistía Internacional. “A las autoridades españolas no parece importarles la protección de las víctimas: en los últimos tres años, el número de personas identificadas del total de las que se encontraban en riesgo de trata oscila entre el 1,4% y el 1,5%. La situación para las víctimas de trata se ha agravado con la pandemia, que ha dejado desprotegidas a muchas mujeres en situación de vulnerabilidad. Faltan mecanismos de detección temprana, sobre todo en costas, y es especialmente preocupante la falta de protección a las niñas”.
Una tercera parte del informe del Parlamento Europeo nombra otros informes, tratados, directivas, acuerdos internacionales y regionales contra la trata. Nombran un total de 52 informes y, sin embargo, la situación ha empeorado.
Desde el Parlamento esperan que este mes de la mujer sea realmente un punto de inflexión.