Libia sigue sangrando
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Desde Túnez
Caos: Ausente el Estado, el país norteafricano está dominado por milicias enfrentadas entre sí y mafias dedicadas al contrabando de crudo, armas y personas.
Vista aérea de una calle de Trípoli. FOTO: Istockphoto
En septiembre 2017, el exministro libanés de Cultura Ghassam Saleme fue designado nuevo enviado especial de la ONU para Libia, el quinto desde que en 2011 la OTAN contribuyera de forma decisiva a la victoria de los diversos grupos rebeldes sobre la prolongada y estrambótica dictadura de Muamar al Gadafi. Diplomático sin experiencia, Saleme presentó apenas dos semanas después un candoroso plan de acción con el que pretendía convocar elecciones presidenciales y legislativas en un periodo solo de nueve meses y acabar así con la división política, el caos y la guerra civil que asuelan el país norteafricano desde los fallidos comicios de 2014. Un año después, la consulta popular es una quimera, y la fractura política y social, una herida...
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