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Más poder para el consumidor

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Marzo 2014 / 12

Se acabaron las horas ‘pico’ y ‘valle’. El precio del kWh no depende de la curva de demanda, sino de la cantidad de energía renovable. El consumidor puede ganar poder en un mercado algo más transparente.

Molinos de viento en Galicia.

Distinguimos si un vino es reserva, crianza o de mesa, pero nos cuesta diferenciar un kilovatio por hora (kWh) de otro, aunque la diferencia de precio entre uno y otro sea mayor que entre distintas gamas de vino.

El nuevo sistema para calcular el recibo de la luz que ha decidido el Gobierno permite a los consumidores que dispongan de un contador inteligente tomar decisiones inteligentes en un mercado con un poco más de luz, aunque aún quedan muchos interruptores apagados. Se pagará por el coste real de lo que se consume, según fija el mercado diario para cada hora. Y ello permitirá que se puedan desarrollar aplicaciones inteligentes de gestión de la demanda. El actual mercado ciego hacía inviables tecnologías de alta eficiencia al servicio de los consumidores.

El pago por horas es la opción más llamativa que ha puesto sobre la mesa el Ministerio de Industria, junto a otras dos posibilidades: contratar una tarifa plana de consumo que ofrezcan las compañías, o bien abonar la factura en función de la media del precio del mercado mayorista durante dos meses o un mes (según sea el período de facturación).

 

DECISIONES INTELIGENTES

Esta pequeña revolución hace referencia en realidad solo a una parte del recibo: la que refleja los costes de generar electricidad, que hasta ahora se fijaba en subastas trimestrales. En los mercados mayoristas, la tarifa eléctrica se convertía en un producto financiero, que soportaba coberturas de riesgos, lo que suponía un coste de más de 4.300 millones de euros para los consumidores. La otra parte del recibo son costes fijos del sistema.

Hasta hace poco teníamos que pagar más en las horas pico y menos en las horas valle, pues entre las 22 horas y las 12 del mediodía se pagan tarifas reducidas, pues por la noche consumimos menos. Pero cuando un 50% de nuestro consumo eléctrico puede cubrirse con energías renovables, ¿tiene sentido pagar en función de la demanda? En realidad, el precio lo fija el hecho de que tengamos viento o que haya un anticiclón, no la demanda.

 

En Alemania, que ha mantenido su fuerte apuesta por las renovables, tienen 35 GW de energía fotovoltaica (nosotros frenamos en 2009 con 5 GW). Y entre las 12 y las 15 horas del día, fase de máximo consumo, el precio del kWh es cero. La energía eólica o la fotovoltaica desplazan del mercado las tecnologías convencionales más caras, como las centrales de carbón y las de ciclo combinado. En España hay días en que, de las cinco franjas horarias más caras, ¡tres se pagan con tarifas reducidas!

 

CONCEPTOS OBSOLETOS

Hasta ahora era impensable que, con una máxima demanda, el precio fuera a ser cero. Las renovables desacoplan la curva de la demanda de la curva de los precios. Resultado de un mercado mal diseñado que, en cambio, continúa utilizando conceptos obsoletos como precio valle, precio punta o potencia base. ¿Cuándo hablaremos de “potencia flexible”? ¿Quién da y quién cobra por dar “potencia flexible” a las renovables?

¿No tiene sentido que la tarifa eléctrica sea como la del móvil?

El abaratamiento que suponen las renovables pueden ser su defunción

En el siglo XXI, con tecnologías de la información, ¿tiene sentido que la tarifa eléctrica sea como la del teléfono móvil, que mide consumo y precio? Las organizaciones de consumidores se equivocan al no ver el poder que se da a los consumidores en un mercado algo más transparente. A nadie se le ocurriría comprar vino sin saber el precio, o si se trata de reserva o de vino de mesa; ahora, la cajera del súper sabrá el precio del vino que hemos bebido. ¿Acaso podemos seguir tomando decisiones a ciegas, sin saber lo que cuesta cada kWh?

Va en la buena dirección que se pueda saber el precio de cada franja horaria con 24 horas de antelación. Sacramento es pionera en instalar contadores inteligentes. Munich ha convertido subestaciones eléctricas en centrales virtuales de energía, lo que permite acoplar oferta y demanda y también optimizar consumo y generación en polígonos industriales.

Los actuales contadores inteligentes sirven a las compañías eléctricas, pues los datos en ellos les confieren posiciones de dominio, cuando deberían ser neutrales.

No hay duda de que para desarrollar todavía más las energias renovables se requiere desarrollar redes inteligentes, mercados transparentes, mayor protagonismo de las ciudades y de los consumidores. Pese al acierto, la decisión del Gobierno no se basa en estas consideraciones. Su política carece de rumbo. Sigue la lógica de su política energética, que pasa por recortar aún dando poderes divinos al BOE.

 

"RENTABILIDAD RAZONABLE"

The Boston Consulting, que calculó para el Ministerio de Industria cuál debía ser la “rentabilidad razonable” de las inversiones en energías renovables, advierte que estas no pueden ser retribuidas a precio de mercado. La fotovoltaica instalada hace 20 años, agotadas las primas garantizadas, son remuneradas a dos céntimos de euro el kWh, resultado de hacer descender el precio de mercado. Es pues insensato decir que las renovables ya no necesitan primas, que compiten en mercados eficientes y neutrales y que es preciso levantar políticas que favorecen tecnologías inmaduras.

Los beneficios de las tecnologías convencionales dependen de la falta de viento y sol. Condiciones metereológicas excepcionales hundieron el precio en el mercado a 18 euros/MWh. En lugar de celebrarlo en la medida en la que reduce la dependencia energética y equilibra el balance comercial y supone otros beneficios económicos para la economía, el Gobierno solo vio desajustes contables.

Otra cosa es lo que le pase al inversor en renovables. España es el primer país que ha abolido las feed-in tariffs, las primas garantizadas a las renovables que había copiado un centenar de países. Las renovables serán retribuidas al precio del mercado y obtendrán una remuneración por unidad de potencia que cubra la diferencia entre los ingresos del mercado y lo que se considera “rentabilidad razonable” -que se fija a partir de los bonos del Tesoro a 10 años. Para el Gobierno se trata de un “recorte”. Se ha equiparado a los miles de ciudadanos que han invertido en renovables, confiando en el BOE, con fondos de inversión cazadores de “preferentes para ricos”.

La rentabilidad del 24% se reduce al 7,34%. Es la absurda idea de que las generosas ayudas a las energías renovables causaron los elevados costes es muestra de no tener ni idea de lo que se habla.

Torsten Albing, presidente de Schleswig-Holstein, lo considera una reforma energétic nefasta, como si estuviéramos ante fondos buitre –hoy compran, mañana venden-. Klaus Töfper, director Agora Energiwende (transición energética) defiende que cada kWh renovable sea retribuido por debajo de los precios marginales de un mercado agotado. ¿Puede ser rentable una tecnología retribuida a cero.