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Más presión fiscal, pero menos gasto social

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Noviembre 2014 / 19
Foto artículo: Más presión fiscal, pero menos gasto social

Recortes: El carácter “continuista” de los presupuestos de 2015 agrava las condiciones de vida de los ciudadanos más castigados por la crisis, especialmente los parados.

Las insistentes promesas electorales del Partido Popular de impulsar la economía a base de bajar los impuestos han quedado en palabras vacías. Las cifras de los presupuestos de las administraciones públicas para 2015 reflejan una realidad muy distinta de aquellos propósitos. El plan presupuestario para el próximo año que el Ejecutivo español envió a Bruselas a mediados de octubre registra un notable aumento de la presión fiscal, que pasa desde el 33,6% del PIB en 2014 hasta 34,1% para el año próximo.

Pero este aumento de la carga tributaria no servirá para aliviar las difíciles condiciones de los ciudadanos más castigados por la crisis, principalmente los parados. La aportación del Estado al servicio público de Empleo se reducirá a 10.109 millones de euros, el 30% menos que el presente año, y el gasto social en su conjunto sufrirá un severo recorte de un punto porcentual del producto interior bruto (PIB) (unos 10.000 millones de euros) al pasar del 43,6% del PIB al 42,6%. Esta realidad contrasta con las manifestaciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien aseguraba que estos presupuestos “no contienen recortes, porque los recortes no son necesarios”.

Tal como señala el texto del proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2015, “se trata de un presupuesto continuista, cuya preocupación fundamental sigue siendo la consolidación fiscal y el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria”. En su propósito de recortar el déficit a ultranza, el Gobierno ha ido más lejos que las exigencias de Bruselas. El documento enviado a las autoridades comunitarias recoge precisamente que “el Gobierno decidió acelerar el ritmo de consolidación fiscal en 2014, rebajando el objetivo de déficit hasta el 5,5% del PIB, tres décimas menos de lo exigido por el Consejo Ecofin de julio de 2013, el cual fijó unos objetivos intermedios del 5,8% en 2014, 4,2% en 2015 y 2,8% en 2016”. Esta voluntad tan decidida en apresurar el ajuste choca con la realidad de un país que debería proteger más a sus 5,4 millones de desempleados y destinar más recursos a la educación.

De todas formas, el aumento de la presión fiscal no es una novedad del presupuesto del próximo año. Desde la llegada al Gobierno del Partido Popular, a finales de 2011, el peso de los impuestos sobre la economía no ha dejado de crecer. Las previsiones presupuestarias para 2015 suponen una mayor carga tributaria de 2,3 puntos porcentuales del PIB (unos 23.000 millones de euros) respecto a la existente en 2011. Este incremento del peso de la recaudación tampoco se producirá de forma equilibrada. Hay un notable aumento de los impuestos sobre la producción y las importaciones, que crecen en 0,35 puntos hasta representar el 11,64% del PIB, debido en buena parte al aumento de la recaudación del IVA en un 7,2%, mientras que los tributos ligados a la renta o la riqueza sólo lo hacen en 0,05 puntos hasta alcanzar el 10,33% del PIB.

Los gastos previstos en Educación y Sanidad realizados por el conjunto de las administraciones públicas también registran una pérdida de peso en relación con el PIB. Los recursos destinados a Educación descienden del 4% del PIB en 2014 al 3,9% en 2015. En Sanidad, el ajuste es más intenso al pasar del 5,9% al 5,7% en el mismo período. Un indicador preocupante del tipo de ajustes que se practican es la reducción en un 90% de los recursos destinados a la educación compensatoria, destinada a reducir las desigualdades que sufren determinados colectivos de alumnos por factores sociales, económicos, culturales o étnicos.

El presupuesto de la Seguridad Social prevé un gasto de 136.117 millones, con un incremento del 3,3%. La mayor partida corresponde a las pensiones, que ya representan el 37,9% del total del presupuesto consolidado del Estado. Al pago de las pensiones contributivas se destinan 115.669 millones, y a las asistenciales, 2.243 millones. Los pensionistas verán aumentada su pensión el próximo año en un 0,25%. La Seguridad Social se financia con cotizaciones sociales (109.833 millones), aportaciones del Estado (13.073 millones) y recursos del Fondo de Reserva de las pensiones, unos 8.500 millones. La ley de presupuestos autoriza al Gobierno a utilizar los recursos de este fondo “en la medida que surjan las necesidades” en 2015 y 2016. Los recursos del fondo ascendían a 66.815 millones a finales de 2011 y en septiembre pasado se habían reducido a 49.753 millones, tras haber contribuido a financiar las pensiones en los tres últimos años.

En el capítulo de los recortes sociales hay que señalar la reducción en un 18% del gasto para prestaciones familiares, al que se destinan 1.373 millones, que el Gobierno justifica porque en 2014 se atendieron obligaciones de ejercicios anteriores.

Más inquietante es la congelación de los recursos destinados a la cobertura del Nivel Mínimo Garantizado del Sistema de Dependencia a 1.087 millones de euros. Comisiones Obreras considera que la cantidad asignada es claramente insuficiente teniendo en cuenta que el número de nuevos beneficiarios en 2015 ascenderá a 570.000 personas. El sindicato precisa que “el coste derivado de prestar un servicio profesional a estas personas en situación de dependencia, como, por ejemplo, el de ayuda a domicilio, rondará los 2.450 millones de euros”.

A pesar de todos los ajustes señalados, la deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzará el 100,3% del PIB, desde el 98,8% previsto para el presente año. La realidad es que a pesar de este elevado volumen, en 2014 el crecimiento se ha moderado hasta el 97, 6% del PIB. La bajada de los tipos de interés ha permitido rebajar el de las nuevas emisiones de deuda hasta el 1,74% en agosto pasado, frente a un tipo medio del 3,59%. No obstante esta caída del tipo de interés, el mayor endeudamiento ha supuesto que la previsión del peso de los intereses aumente desde el 3,33% del PIB este año hasta el 3,38% en 2015.

Los presupuestos del Estado de 2015 reflejan una buena dosis de voluntarismo, sin duda por haberse elaborado con la vista puesta en las elecciones del próximo año. La previsión de crecimiento del 1,3% para este año y del 2% para el próximo, parece no querer ver las nubes de recesión que se están acumulando sobre las grandes economías europeas, sobre todo Alemania, Francia e Italia. El frenazo de las exportaciones españolas desde el verano con una caída del 5% supone un serio obstáculo para cumplir las proyecciones.