Pensiones pendientes del salario
Sostenibilidad: El sistema de prestaciones por jubilación se encuentra amenazado por los bajos salarios, que impiden financiar el crecimiento del gasto.
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¿Qué ha ocurrido para que, después de las profundas reformas realizadas en 2011 y 2013, el sistema de pensiones vuelva a presentarse como insostenible? La evolución de la crisis económica y los aspectos demográficos no han sido muy distintos de las previsiones previstas en las mencionadas reformas. Entonces, ¿qué está ocurriendo para que el Banco de España y el propio Gobierno vuelvan a plantear la necesidad de una nueva reforma de las pensiones?
En realidad, lo que ha cambiado sustancialmente es que la calidad de empleo se ha deteriorado. El sistema de pensiones en España es el llamado reparto, que consiste en que los trabajadores de hoy mantienen con sus cotizaciones el pago de las prestaciones a pensionistas. Las pensiones dependen directamente del número de trabajadores y de su nivel de cotizaciones. Lo que está sucediendo es que los puestos de trabajo creados en los últimos años tienen muy baja remuneración, lo cual supone un estancamiento de los ingresos por cotizaciones sociales.
La hucha gasta la mitad del ahorro
El sistema de pensiones es el puntal principal de nuestro Estado de bienestar porque de él depende directamente la subsistencia de 8,5 millones de pensionistas y cada vez más sus entornos familiares debido al aumento de la pobreza. Como ha señalado el profesor de la Universidad Pública de Navarra Miguel Laparra, las pensiones contributivas representan el 40% de las transferencias sociales en España.
El criterio de comparar el número de cotizantes con el de beneficiarios ya no es adecuado. En España hay 2,26 afiliados por cada pensionista, una relación similar a la de hace un año, 2,25. Sin embargo, si se comparan ingresos y gastos del sistema, las diferencias son notables. Los últimos datos de la Seguridad Social indican que mientras los afiliados aumentan a un ritmo del 3,4%, el mismo que el de los gastos, los ingresos solamente han crecido un 0,77%, tres décimas menos que hace un año.
Este desfase ha supuesto que los ingresos acumulados de la Seguridad Social en los primeros siete meses del año ascendieran a 75.915 millones de euros, inferiores a los 80.339 millones de los gastos. Lo preocupante es que el déficit de 4.424 millones es el doble del que se registró hace un año.
En opinión de Octavio Granado, secretario de Estado de Seguridad Social entre 2004 y 2011 y uno de los principales expertos en este campo, “lo que ha ocurrido es que en los últimos años los salarios se han devaluado un 20% y aunque las pensiones se han congelado, las cotizaciones son insuficientes”. En 2012, cuando se aprobó la primera reforma laboral del PP, ya advirtió de que “la nueva regulación serviría para devaluar los salarios, pero si bajaban los salarios también bajarían las pensiones”.
El Fondo de Reserva sirve para cubrir el déficit del sistema
El gasto en pensiones es sostenible porque es inferior al de Europa
La realidad es que la actual evolución de los salarios y las pensiones no tiene nada que ver con la existente cuando se firmó el Pacto de Toledo sobre las pensiones en 1995. Entonces se acordó que las pensiones subirían de acuerdo con el índice de precios al consumo (IPC). En aquellos años, una parte importante de los trabajadores tenían sus sueldos regulados por convenios que aumentaban en función de la inflación. Esto producía un cierto equilibrio en el sistema. Actualmente, cada vez hay menos salarios protegidos por convenios, y los sueldos de los jóvenes menores de 25 años son un 35% inferiores a los de antes de la crisis, según la Comisión Europea. En opinión de Granado, “si el Estado quiere bonificar la tarifa de las cotizaciones para fomentar el empleo debería hacerlo a su costa”.
Otro aspecto que tener en cuenta es que la cuantía de las pensiones de jubilación de los nuevos jubilados mantiene un ritmo de crecimiento mayor que la media de las pensiones en general. La pensión media de jubilación ha pasado de 539 euros/mes en el año 2000 a 934 euros en 2013, lo cual supone un crecimiento acumulado del 80%, según un trabajo realizado por Fernando Azpeitia, consultor de Afi. Pero si se observan solamente las pensiones de jubilación medias de los nuevos jubilados, resulta que se han más que duplicado al pasar de 645 euros / mes en el año 2000 a 1.293 euros en 2013.
De momento, el sistema ha cubierto sus déficits gracias al Fondo de Reservas y a los excedentes de las mutualidades. El Fondo de Reservas, conocido popularmente como “la hucha de las pensiones”, llegó a acumular 66.815 millones de euros en doce años (entre 2000 y 2011). Sin embargo, con la llegada del Gobierno de Rajoy se han consumido ya 27.000 millones de la hucha, que ha quedado en 39.520 millones y otros 7.000 millones del excedente de las mutuas. Es la parte buena de la herencia que oculta el Gobierno.
Joan Coscubiela, diputado en el Congreso de los Diputados por el Grupo Izquierda Plural, ha precisado: “Nuestro sistema de pensiones es perfectamente sostenible en términos económicos, lo que no significa que no deba afrontar algunos retos y peligrosos riesgos”. En este sentido recuerda que el gasto en pensiones es hoy del 10,6% del PIB y para 2016 se prevé una reducción de hasta el 10,4%. Esto significa que en términos relativos España gasta en pensiones un porcentaje mucho menor de la riqueza que en otros países de la UE que están entre el 12% y el 14% del PIB”.
FINANCIACIÓN CON IMPUESTOS
La primera señal de alarma la dio el gobernador del Banco de España, Luis Linde, el pasado junio en el Congreso de los Diputados. El gobernador alertó de que “el sistema público de pensiones no va a garantizar en el futuro el nivel de pensión que esperan los españoles”, y añadió que “habrá una reducción real de las pensiones en el país si no se complementa con el ahorro privado”. Fue una apelación directa a favor de los planes de pensiones privados, que promueven la banca y las compañías de seguros, que han dado más de un disgusto a bastantes ahorradores que han sufrido pérdidas de parte de sus ahorros.
En España los planes de pensiones privados sólo pueden ser una solución para una minoría de ciudadanos. Los salarios bajos impiden dedicar una parte del ahorro a la previsión que tradicionalmente se ha canalizado hacia la adquisición de la vivienda.
La Autoridad Fiscal Independiente (Airef) ha advertido también del déficit de las cuentas públicas de la Seguridad Social, que ha pasado de un déficit del 0,1% en 2011 al 1,1% en 2014. Su recomendación para asegurar su sostenibilidad es que se financien también “con cargo a los Presupuestos Generales del Estado o se adopten otras decisiones que equilibren el sistema”.
En esta línea, desde el Gobierno se ha planteado que las pensiones de viudedad y orfandad se financien con impuestos. Granado ha advertido de los riesgos de este sistema si no se hace adecuadamente. Recuerda que “con el sistema actual se permite que las viudas trabajen y puedan cobrar una pensión. Si se financian con impuestos habrá que someterlas a un procedimiento tributario y entonces podría resultar que no fueran compatibles con el trabajo. Esto podría provocar una incompatibilidad de rentas y que desaparecieran las mujeres del mercado de trabajo.
Coscubiela considera que las pensiones de viudedad, orfandad y favor familiar se están pagando con cotizaciones, pero que en pura lógica deberían pagarse con impuestos. Izquierda Plural ha señalado que la financiación de estas pensiones —unos 22.000 millones de euros— deberían pagarse con aportaciones del Estado en un período transitorio de diez a quince años. Hay margen, los ingresos fiscales en España son inferiores en un 8% a la media europea. Esto significa que se podrían recaudar unos 80.000 millones más cada año.