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Salud // Deprimidos y sin ayudas

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Junio 2021 / 92

Fotografía
Dorothea Lange

La OMS advierte de que en 2030 los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad.

El pasado marzo Íñigo Errejón fue noticia por una intervención en el Congreso de los Diputados en la que pedía al presidente del Gobierno “la actualización de la estrategia de salud mental, porque cada semana que pasa hay miles de españoles que sufren”. Seis de cada 10 ciudadanos tienen síntomas de depresión y ansiedad, recordó el líder de Más País, y hasta 10 personas se suicidan al día en España. “Si yo le digo Diazepam, Valium, Trankimazin, ¿por qué todos sabemos de qué estoy hablando? Si estuviera hablando de medicamentos para el riñón o el hígado no los sabríamos. ¿En en qué momento hemos normalizado que para que nuestra sociedad funcione tenemos que vivir permanente medicados?". Errejón pidió "doblar el número de psicólogos en la salud pública porque que alguien te eche una mano cuando estás solo y lo pasas fatal no puede ser un lujo para quien se lo puede pagar".

15% de españoles tendrán algún trastorno mental a lo largo de su vida

Fue noticia por lo que dijo, pero sobre todo por lo que le contestó, a grito pelado, el diputado del Partido Popular por Huelva Carmelo Romero: “¡Vete al médico!” (luego pidió disculpas en Twitter).

Lo que pedía Errejón es básicamente equiparar España al resto de países europeos. Según Eurostat, España tiene un promedio de 10 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, casi la mitad que el resto de Europa. Y “apenas hay datos fiables oficiales”, se quejan desde la Confederación Salud Mental España.

Más mujeres que hombres

Ya antes de la pandemia, los últimos datos del Ministerio de Sanidad, reflejados en la Encuesta Nacional de Salud 2017, señalaban que en España 1 de cada 10 adultos y 1 de cada 100 niños tenían un problema de salud mental. “Las mujeres casi el doble que los hombres, y los niños más que las niñas”. Y es que 3 de cada 10 personas de 65 y más (sin contar las institucionalizadas) tenían deterioro cognitivo; 1 de cada 10 tomaba benzodiacepinas y 1 de cada 20, antidepresivos.  “El gradiente social y la brecha por sexo están presentes en todos los indicadores de salud mental de adultos. Una de cada 100 personas no pudo acceder a la atención médica de salud mental por motivos económicos”, señalaba la encuesta.

“Hay que doblar el número de psicólogos en la salud pública”
Íñigo Errejón

Los trastornos mentales ya antes de la pandemia afectaban anualmente a más de un tercio de la población europea. “En España, hoy el 9% de la población tiene algún tipo de trastorno mental y el 15% de la población lo tendrá a lo largo de su vida”, agrega la Confederación Salud Mental.

La salud mental de la población afecta no solo al bienestar personal; también tiene un impacto en la productividad y en la economía. La OCDE calcula que la carga económica de la mala salud mental puede elevarse hasta el 4% del PIB, puesto que quienes padecen enfermedades mentales tienen peores resultados educativos y laborales que quienes gozan de buena salud mental.

Con la pandemia, la salud mental ha empeorado en todo el mundo. La OMS alerta de que será la principal causa de discapacidad en 2030.

En la OCDE preocupa especialmente el efecto de la covid-19: “La pandemia ha cambiado profundamente nuestro mundo y el año pasado fue un desafío para muchos”, dice el organismo en su último informe, publicado en mayo pasado (véase gráfico). “Hoy, aunque las vacunas traen esperanza, la pandemia y sus desafíos están lejos de terminar. Las personas están luchando con problemas de salud mental y con preocupaciones sobre su trabajo, sus finanzas, sus seres queridos y el futuro (...). En todo el mundo, los niveles informados de ansiedad y depresión han aumentado significativamente, incluso se han duplicado en algunos países. Esto ha sido impulsado tanto por la propia pandemia (las muertes causadas por el virus, las estrictas medidas de salud pública) como por la crisis económica que ha desencadenado”.

En España muchas de las personas expertas en salud mental, psicólogas y psiquiatras, han visto empeorar la salud de sus pacientes. “Es muy difícil definirlo en una frase pero podría decir: horriblemente mal”, explica una psicóloga que prefiere no dar su nombre. “No le puedo dar estadísticas, pero las cosas que circulan entre nosotros, en grupos y reuniones, dan cuenta de que definitivamente se han disparado las enfermedades mentales y sobre todo cuadros de ansiedad y depresión”.

Otras profesionales, como la psicoanalista Isabelle Durand, prefieren mirar cada caso por separado para tener una perspectiva amplia. “Hay tantas pandemias como personas. Cada uno es un mundo, y lo ha vivido de forma muy diferente”, señala. “La mayoría de la gente estará muy afectada por perder el trabajo, o por el encierro del confinamiento. Pero el mismo acontecimiento puede ser vivido de un modo muy distinto. Conozco el caso de una mujer que lo pasó muy mal durante el encierro por no soportar tanta proximidad con su pareja y sus niños pequeños. Mientras que para otra fue un momento de reencuentro. Cada caso es un tesoro de singularidad. Por ejemplo, algunas personas gracias al teletrabajo se sintieron liberadas de la presión derivada de la interacción presencial.”

Desde el Estado

La OCDE, en su informe sobre la salud mental en la pandemia, pide a los gobiernos que aumenten el apoyo a la salud mental, “incluidos más recursos para líneas telefónicas de apoyo y folletos, un mejor acceso a los servicios de salud mental y más fondos”. A su vez, sostiene que los Estados deben “fomentar un enfoque integrado de la salud mental de toda la sociedad que involucre tanto al sector público como a los empleadores; adaptar las políticas de salud mental para apoyar a los jóvenes; asegurar el acceso continuo a los servicios de salud mental existentes y agregar nuevos servicios o derechos según sea necesario". 

Los trastornos mentales afectan más a las clases sociales bajas

Además, cree necesario “crear conciencia sobre cómo el lugar de trabajo, incluido el trabajo a distancia, afecta a la salud mental y promover la capacitación en salud mental para gerentes de línea y ejecutivos”. Y, por último, apunta que los gobiernos deben considerar aumentar el apoyo a la salud mental para quienes buscan empleo a través de los servicios públicos de empleo”.

Al cumplirse un año del inicio de la pandemia, la Confederación Salud Mental España, en su informe sobre la situación actual, se sumó a la propuesta de la OCDE y reclamó al Gobierno, entre otras cosas, el “aumento urgente de los recursos públicos destinados a la atención a la salud mental en España”, una evaluación del impacto del confinamiento, apoyo psicológico personalizado, coordinación entre servicios y recursos y acciones formativas e informativas.