Sostenibilidad // Cáscara de arroz en el combate contra el CO2
Oryzite produce en el Delta del Ebro un nuevo material capaz de sustituir al plástico a partir de la parte del grano del cereal que no se come.
Noruega invertirá 2.400 millones de euros en un proyecto gigante para capturar y almacenar en las profundidades marinas 1,5 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año a partir de 2024.
El empresario Iban Ganduxé, que lleva trasteando con nuevos materiales desde que a los 11 años siguió su primer curso sobre cómo hacer moldes por inyección en la fábrica de su familia, se echa las manos a la cabeza. "Hoy ya tenemos disponible, y aquí mismo, una solución mucho más barata para reducir la huella de carbono: el arroz", dice. Ganduxé ha desarrollado un nuevo material sostenible a partir de la cáscara de este cereal, que supone el 20% del grano y no es apto para el consumo humano. Patentado con la marca Oryzite, podría reemplazar la mitad del plástico mundial si se tiene en cuenta la producción total de este cereal, que en 2020 fue de 514 millones de toneladas, según estimaciones de la FAO.
Seat, Roca y Zanini experimentan con esta fibra vegetal, que aligera peso, costes y emisiones
Solo las 14.000 toneladas de Oryzite que puede producir la Càmara Arrossera del Montsià restarían al año 150.000 toneladas de CO2 si se comparan con el uso de una cantidad equivalente de poliamida. El cálculo incluye la captación de CO2 y el ahorro en emisiones. Cabe sumarle el recorte en costes de un ciclo productivo más corto que gasta menos energía, del que salen piezas el 12% más ligeras.
Una revolución
"Nuestra cooperativa tiene la I+D en su ADN y trabaja en el arroz resistente a la salinidad y en arroz ecológico. Siempre habíamos querido aprovechar la cáscara. Muchas empresas lo intentaron. Esto es una revolución", explica Marcel Matamoros, presidente de la casi centenaria cámara, con 3.000 socios. Este subproducto se suele usar para las camas de aves de corral, o, en un 5%, para pienso. Si no, se quema.
La historia arranca en 2005, cuando Luis Miguel Aixendri, cofundador, contactó desde la cámara con el empresario botonero Eduardo Martínez. "Siempre ha sido un visionario. Pensé que se le ocurriría algo, y, tras varias pruebas, propuso llevar la cáscara a Ganduxé. Dijo que, si no lo lograba él, es que no se podía", relata.
Ganduxé recogió el guante y ha liderado una investigación de más de 10 años, con TP Inyección como centro de ensayos.
20% del grano de arroz no es apto para el consumo humano
Se suele usar para las camas de aves de corral o, en un 5%, para pienso. Si no, se quema
El Oryzite, material creado a partir de la cáscara de arroz, podría reemplazar la mitad del plástico mundial
150.000 toneladas de CO2 pueden reducirse cada año solo con el arroz producido en el delta del Ebro
El material se ha empezado a usar ya para fabricar objetos compostables como vasos y platos, justo cuando la UE veta los plásticos de un solo uso. Y puede incorporarse a compuestos termoplásticos y termoestables. "Sustituimos plástico en proporciones que en producto final pueden ir del 3% al 85%", explica Ganduxé.
La inversión en el proyecto, que no ha recibido ayudas, acumula 4,8 millones.
Entre los 90 clientes que ya experimentan con Oryzite figuran Seat, Roca y Zanini, conscientes del rumbo hacia la sostenibilidad que marcan los Acuerdos de París. Pero también se usa para envases de productos cosméticos de Novsus. “Para el automóvil, las ventajas están claras [el 15% de un coche son piezas de plástico], aunque quizá el packaging puede ser el sector más importante”, apunta Aixendri.
Los impulsores del proyecto, finalista en los premios europeos de innovación cooperativa, imaginan un ecosistema de empresas usuarias y, pensando en grande, vender la tecnología a productores de arroz de todo el mundo porque, subraya Ganduxé, "no tendría sentido ahorrar emisiones y después tener que transportar Oryzite a otro continente. El gran peligro al que nos enfrentamos es el greenwashing” [lavado de cara verde de muchas marcas].