Tecnología // Emprendedoras digitales: pocas y con colchón familiar
Las mujeres que emprenden en el ámbito de las nuevas tecnologías son una minoría y suelen tener familiares o amigos que las ayudan económicamente.
Joseph Stiglitz, en El Precio de la Desigualdad, expone que el 90% de las personas que nacen pobres mueren pobres por más capaces que sean. Y el 90% de las que nacen ricas, mueren ricas por peor que lo hagan. Esta inexistencia de la meritocracia se aplica, como no, al ámbito feminino. Hay una clara división entre las mujeres pobres y las que cuentan con un entorno con dinero para apoyarlas.
El estudio El emprendimiento digital femenino en España: Situación y prospección. Mujeres, tecnología y sociedad digital, elaborado por Teresa Alarcos y presentado por el Instituto de las Mujeres en abril pasado, muestra una situación particular. Por lo general, no hay mucha diferencia de género a la hora de emprender: hay 9 mujeres emprendedoras por cada 10 hombres. Pero cuando se trata del ámbito digital, esa brecha se amplía mucho (en parte también porque hay menos mujeres en el sector): el 84% son hombres frente al 16% de mujeres.
La mayoría de ellas no tienen hijos ni padres a cargo
España no está mal ubicada respecto a otros países europeos en cuanto a emprendimiento femenino; incluso está un poco por encima si se compara con otras mujeres emprendedoras del ámbito tecnológico de Europa. Pero va rezagada cuando se trata de patentes. “Las mujeres en los países europeos representan tan solo entre el 15% y el 29% de las autorías de patentes”, indica el estudio. “Países del sur como España, Italia y Francia tienen una puntuación más baja que los países del norte, como Reino Unido y Alemania”.
Las mujeres que logran emprender en el ámbito tecnológico mayoritariamente no tienen hijos ni padres a cargo, y cuentan con familia y amigos que les ha apoyado económicamente para comenzar.
Entre 35 y 45 años
El estudio está basado en las respuestas a un cuestionario completado por 161 mujeres emprendedoras digitales. De allí, se desprende que la típica startup digital femenina es una microempresa con menos de cinco años de vida, con entre 0 y 4 personas empleadas y con una facturación anual inferior a 100.000 euros (el 72%).
Tienen entre 35 y 45 años, están casadas o en pareja y no tienen hijos. Son mujeres muy cualificadas, que suelen tener másteres o doctorados. Suelen contar con experiencia profesional de al menos 15 años y, mayoritariamente, han tenido un puesto de responsabilidad. Aun sin cargas familiares, el 44% decidió emprender para conciliar mejor la vida personal con la laboral.
La falta de financiación es el principal obstáculo para cualquier emprendimiento. En inglés existe un término conocido para ello: “family, friends and fools” (familia, amigos y locos), algo que también les pasa a los hombres.
Pocos 'business angels'
Según el estudio (véase gráfico) la fuente principal de financiación de las mujeres encuestadas fue la familia y las amistades (62,1%). “En el 11,2% intervino un business angel y en solo en el 8% un banco”, explica el estudio. “Asimismo, en mucho menor medida se obtuvo financiación de otra empresa privada (5%), de fondos públicos nacionales (5,6%) o europeos (4,3%). La participación de fondos de capital riesgo era la menor (3,7%), lo que puede explicarse en parte por la fase temprana en la que se encuentran la mayoría de estas empresas, aunque también por la configuración de los ecosistemas de emprendimiento españoles”.
Las pocas que obtuvieron fondos de un business angel, todos, excepto uno, fueron hombres (solo el 9% de los business angels en España son mujeres). Por eso, una mujer que no tenga un ámbito familiar de apoyo económico es difícil que pueda emprender. Y menos, si tiene hijos o padres a cargo.