El empleo, la guinda de la desaceleración
Hacía 10 años que el paro no bajaba del 14%. Pero nunca, en los últimos siete, lo había hecho en tan baja proporción, según la EPA del tercer trimestre. Es la guinda de la desaceleración.
Los gobiernos ya no prometen el pleno empleo en sus programas electorales. Dan por hecho, por asumido, por normal, que exista una bolsa estructural y amplia de personas que no van a conseguir trabajar de forma remunerada para ganarse la vida. Solo en este contexto pueden celebrarse las bajadas del paro cuando llega a niveles todavía intolerables en cualquier sociedad. En España, la tasa de desempleo (personas sin empleo respecto de toda la población activa) ya ha disminuido ligeramente por debajo del 14% (13,92%) durante el tercer trimestre de este año, como hace unos meses había anticipado que sucedería el Ejecutivo en funciones. Es el resultado de la esperada Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de este año, que arroja 16.200 parados menos en comparación con el segundo.
Tan cierto es que ese listón de paro no se había conseguido franquear a la baja en los últimos 10 años como que el desempleo sigue muy por encima de lo que había antes de la última gran crisis iniciada en 2008 (el mejor resultado nunca alcanzado fue del 7,9%). Y tan cierto es que ese listón de paro es un pequeño triunfo como que estamos ante los peores datos en generación de empleo que se registran desde 2012.
Es la guinda a la desaceleración que se produce en la economía española, tras una sostenida recuperación iniciada en 2014 con efectos muy desiguales en la población. El paro refleja esa lentificación económica, como se atisbaba ya en la EPA del segundo trimestre y en los resultados de paro registrado en los servicios públicos durante julio, agosto y septiembre.
Los meses de verano suelen ser positivos en materia de empleo, al coincidir con la temporada turística en un país donde el turismo tiene un peso fundamental en la economía. El tercer trimestre es, con frecuencia, una alegría. En esta ocasión, la EPA de julio a septiembre nos dice que, esta vez también, se ha creado empleo: se contabilizan 69.400 personas más trabajando con relación a las que había entre abril y junio. Pero con un poco de perspectiva, la buena noticia palidece: en los últimos siete años se venía generando cifras superiores de empleo durante el tercer trimestre; y en los últimos cinco, la creación de empleo arrojaba cifras superiores a los 150.000. En 2016 y 2017, había incluso superado los 220.000 más.
De ahí el frenazo, que se ve igualmente en la reducción del paro: entre julio y septiembre solo reculó el -0,5%, el retroceso más pobre desde 2013. Año a año, solían contabilizarse más de 100.000 parados menos durante el periodo estival; en esta ocasión, los mencionados 16.200 menos. En puridad, si se le quita el efecto estacional —y no se tiene en cuenta las contrataciones o despidos que obedecen a razones estacionales— el Instituto Nacional de Estadística (INE) afirma que, en el último trimestre, el paro aumentó en realidad el 1,72%.
Si abrimos el foco a los últimos 12 meses, en lugar de quedarnos en lo sucedido durante el tercer trimestre, la creación de ocupación afecta positivamente a 346.300 personas. Ello supone un crecimiento interanual del 1,77%, que en sí mismo ya es muy inferior al ritmo registrado en los dos años previos. Pero la desaceleración se detecta trimestre sobre trimestre. Y en el tercero, el aumento fue casi irrelevante: del 0,35%.
tirón de los servicios
Total: sigue habiendo 3.214.400 ciudadanos y ciudadanas en paro. En el caso de las mujeres, el desempleo roza incluso el 16%, aunque a lo largo del último año hay más mujeres que han conseguido un empleo en comparación con los hombres (184.000 frente a 164.000).
Son especialmente los servicios el sector que tira del empleo, muy por encima de la industria. Ahí aguanta el turismo, previo al estallido de Thomas Cook. No es casual que Baleares haya sido en esta temporada estival la comunidad donde se ha generado más puestos de trabajo en términos tanto absolutos como relativos (el 7% más que en el trimestre anterior).
En el último año, las comunidades donde se ha generado más empleo son Murcia, Madrid y Extremadura, con incrementos por encima del 3%, por encima de la media del 1,77%.
En cuanto a la tendencia al crecimiento de la población activa, que es muy positiva pero estadísticamente ralentiza la reducción del paro, se ha vuelto a consolidar en el tercer trimestre, con 53.200 personas más en edad y disposición a trabajar. La base ha aumentado a 23.088.700 personas. En el último año, hay 234.700 personas que creen que vale la pena intentar buscar un empleo. Es un incremento anual del 1,03%, el mayor en los últimos 12 trimestres consecutivos.