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La asignatura pendiente del empleo

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Junio 2021 / 92

La tasa de ocupación no levanta cabeza en medio del desánimo, aunque abril puede haber marcado un punto de inflexión.

España deberá realizar un esfuerzo importante para cumplir con los indicadores  establecidos por la Unión Europea en su reciente cumbre social de Oporto, empezando por mejorar la tasa de empleo, por cerrar la brecha de género y por recualificar la fuerza de trabajo en vistas a su digitalización. Pese a la mejoría del empleo con relación a los peores momentos de la pandemia —en el segundo trimestre de 2020—, la ocupación permanece en una zona de sombras.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el primero de estos indicadores, la tasa de empleo, se encontraba al cierre de marzo en el 48,47%. La proporción de personas ocupadas entre 16 y 64 años respecto de la población total de ese mismo rango de edad enmascara, además, la brecha de 10 puntos que hay en detrimento de las mujeres, pues solo el 43% de ellas trabaja. 

Aunque la tasa de empleo registrada antes de la crisis financiera (el 54,8% en 2007) nunca se llegó a recuperar, sí tendía al alza desde 2014.

Entre los mayores de 55 años, la proporción de ocupados se limita al 24,5%. Entre los menores de 25, no llega al 20%. En cambio, entre los 25 y los 54 años, la proporción de ocupados sí supera el 73%, más cerca de los niveles exigidos por la UE para 2030 (78%). 
En los últimos datos europeos comparables de Eurostat, España se sitúa en la franja de países que se mueven entre el 60% y el 69%, frente a una media del 73,1% de la UE. Estos datos corresponden a 2019 y contabilizan a la población mayor de 20 años.

Más cotizantes

Después de un primer trimestre malo en términos de empleo, el proceso de vacunación masiva y la animación del maltrecho sector turístico se dejaron ya notar en los datos de afiliación a la Seguridad Social de abril, cuando se crearon 134.396 empleos, hasta los 19,05 millones de cotizantes. Una buena noticia: fue la primera vez que se creaba empleo en términos interanuales desde febrero de 2020, justo antes del estado de alarma. Los servicios tiraron.

Sin embargo, todavía hay medio millón de ocupados menos que antes de la pandemia. Un total de 3,91 millones de personas están registradas como demandantes de empleo, sin tener en cuenta a las 630.000 todavía en suspensión temporal de empleo (ERTE).

El panorama es de una enorme incertidumbre y los indicadores hay que tomarlos con pinzas. El 14,7% de empresas opina que el empleo disminuirá en este segundo trimestre, según la encuesta del INE sobre confianza empresarial, frente al 8,4% que apuesta por una mejoría.  Uno de cada 10 establecimientos industriales prevé emplear menos del 40% de su capacidad productiva en este periodo.

La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre arrojó una pérdida de 127.100 empleos en la industria, además de la de 350.000 en los servicios. 

Los pedidos se disparan tras la destrucción de  127.100 empleos industriales

Sin embargo, como dato esperanzador, en abril el llamado índice PMI manufacturero, que integra respuestas de empresas sobre pedidos, producción y también empleo, registró la mayor mejora con relación al mes anterior desde finales de 1999.

Uno de los grandes problemas es el desánimo. Cuando cala la convicción de que no vale la pena buscar un trabajo porque no hay, aunque exista disponibilidad para trabajar, metodológicamente no puede hablarse de personas en paro, sino de personas que engrosan el colectivo de inactivos. 
Según el INE, 1.096.200 personas no han podido buscar empleo a pesar de que querer trabajar —162.500 más que en el último trimestre de 2020—, y entre enero y marzo esta situación se ha dado especialmente entre personas de 60 años o más, antes ocupadas. 

La inactividad, que había ido encogiéndose durante seis trimestres seguidos, protagonizó un pico durante el confinamiento duro, pero llevaba dos trimestres en retroceso. No obstante, el colectivo de inactivos volvió a aumentar en el primer trimestre, nutrido tanto de personas antes ocupadas como de otras en paro.  Estadísticamente, a más inactivos, menos paro. La tasa de desempleo, situada en el 15,98%, mide la gente sin trabajo de entre toda la población activa y, por tanto, de entre la que busca.