Turismo: a la espera de los extranjeros
Los españoles salvan la temporada veraniega, pero el sector necesita que vuelvan los foráneos para recuperar los niveles precovid.
“Granada vuelve a ser Granada”. Así titulaba el diario Ideal la noticia de que los restaurantes y los hoteles de la ciudad habían recuperado a mediados de septiembre niveles de ocupación cercanos al 90%, desconocidos desde que estalló la pandemia. “Nadie, ni los propios empresarios, se esperaba un septiembre tan propicio como el que están teniendo”, afirmaba el rotativo granadino.
Tampoco iban mal las cosas en la cercana Costa del Sol, que cerró la primera quincena de septiembre con una ocupación hotelera del 70%. La cifra estaba aún bastante lejos de los niveles del mismo mes de 2019, cuando los establecimientos de la costa malagueña tuvieron ocupadas el 87% de las camas, pero era sensiblemente mejor de la esperada, hasta el punto de que los hoteleros elevaron sus previsiones para octubre.
La costa de la Comunidad Valenciana también rebasó las expectativas a comienzos de septiembre. Los hoteles de Benidorm registraron una ocupación del 70% en la primera quincena del mes, llegando al 80% los fines de semana. Tras julio y agosto casi al completo gracias al turismo nacional, la ciudad empezaba a notar una ligera recuperación de los visitantes internacionales, especialmente franceses y británicos. Los turistas procedentes de Reino Unido ya superaban en septiembre el 15% de la cuota de mercado, un dato que no se registraba desde 2019. En vista de las buenas cifras veraniegas, la patronal hotelera de la Comunidad Valenciana (HOSBEC) afirmó que la recuperación del sector se va consolidando poco a poco. Su presidente, Toni Mayor, llegó a vaticinar “una avalancha” de británicos si el número de contagios seguía a la baja y el Gobierno de Boris Johnson levantaba —como finalmente hizo— la obligatoriedad de hacerse una PCR al regresar de las vacaciones.
Como ya ocurrió en los dos primeros meses del verano, han sido los viajeros nacionales los que han salvado el mes de septiembre en la mayoría de los destinos. Y es que los turistas extranjeros están tardando en regresar, sometidos aún a restricciones y temerosos ante la posibilidad de contagio. Aunque las perspectivas son más halagüeñas que a principios de verano, cuando la quinta ola de coronavirus avanzaba sin control en todo el país, la temporada de otoño/invierno se avecina complicada. En su informe Evolución reciente del turismo extranjero en España, difundido a finales de septiembre, el Banco de España constataba “una reactivación notable” de las visitas de no residentes, pero subrayaba que las perspectivas seguían estando rodeadas “de una considerable incertidumbre” a causa de la pandemia.
Los españoles han vuelto a la rutina en sus lugares de origen y ahora deben ser los extranjeros quienes apuntalen la vuelta a la normalidad. Y es que sin británicos, alemanes y franceses, el sector turístico español no podrá decir adiós a la peor crisis de su historia. También hay incertidumbre sobre si volverán a viajar pronto los mayores, que tradicionalmente ayudan a mantener la actividad en muchos establecimientos durante el invierno. Los hoteleros se quejan de que los contratos del programa de viajes del Imserso están tardando en adjudicarse, con el consiguiente retraso en la llegada de los visitantes.
Nacionales al rescate
España recibió en julio la visita de 4,4 millones de turistas internacionales, el 78,3% más que el mismo mes de 2020, pero todavía lejos de los 9,8 millones del mismo mes de 2019 (véase gráfico). Los españoles sumaron 14,9 millones de pernoctaciones, récord para ese mes desde el inicio de la serie histórica, en 1999. Ello no fue suficiente, sin embargo, para compensar el descenso del 60% en las pernoctaciones de extranjeros si se compara con las cifras de 2019.
Aunque mejoran las expectativas, la temporada invernal se avecina incierta
Dos factores contribuyeron a que los españoles veranerasen masivamente en los destinos nacionales: el miedo a salir del país por la covid y el dinero ahorrado durante año y medio de pandemia por una parte significativa de la población. El turismo nacional ha crecido especiamente en alojamientos extrahoteleros (apartamentos, campings, casas rurales, etc.), que permiten disfrutar de las vacaciones en familia con mayor sensación de seguridad.
El regreso del turismo a los niveles previos a la pandemia es clave para la recuperación económica del país. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 el peso del sector alcanzó los 154.487 millones de euros, cifra equivalente al 12,4% del producto interior bruto (PIB). Las actividades más vinculadas al turismo generaron ese mismo año 2,72 millones de puestos de trabajo, el 12,9% del empleo total.