Vientos de recesión
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Noviembre 2022 / 107
Sin final a la vista en la guerra de Ucrania y con la inflación aún fuera de control, las perspectivas de la economía mundial para 2023 empeoran por momentos.
El año que viene se presenta complicado para la economía mundial, atenazada por la inflación y la guerra en Ucrania. Países como EE UU, Alemania e Italia están en riesgo de recesión, mientras que China atraviesa un periodo de estancamiento por la estricta política de covid cero decretada por su Gobierno.
¿Se salvará España de la quema? El Gobierno y los servicios de estudios coinciden en que la economía española cerrará el presente ejercicio con un crecimiento superior al 4% —el más vigoroso de los grandes países europeos, impulsado por la recuperación del turismo— y que seguirá avanzando en 2023, aunque con menos fuerza. “Tenemos por delante unos trimestres particularmente complicados. Todo va a depender de la evolución de la guerra”, afirmó la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño. “Todas las previsiones apuntan a una ralentización del crecimiento en 2023 y a que el ritmo se recuperará en 2024”.
El cuadro macroeconómico que acompaña al proyecto de Presupuestos Generales del Estado incluye que el PIB avanzará el año que viene el 2,1%, pero el Banco de España y el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajan el dato hasta el 1,4% y el 1,2%, respectivamente. Una encuesta efectuada por Bloomberg entre economistas (véase gráfico) prevé que España crecerá más que la media europea en 2022, 2023 y 2024.
La encuesta Panel de previsiones de la economía española, que el think tank Funcas elabora periódicamente entre 19 servicios de análisis, vaticina que el PIB español experimentará un retroceso en el cuarto trimestre de este año. De cumplirse las previsiones más pesimistas, el conjunto de bienes y servicios producidos en España no recuperará su nivel previo a la pandemia hasta principios de 2024.
Coste para las familias
La persistencia de la inflación sigue siendo la principal amenaza para la estabilidad económica, pues reduce el poder adquisitivo de los hogares y aumenta los costes de financiación para familias, empresas y administraciones públicas. En un intento de frenar la subida de los precios, la Reserva Federal de EE UU y el Banco Central Europeo (BCE) han subido los tipos de interés —la primera con más rapidez y contundencia— y tienen previsto seguir haciéndolo en los próximos meses. El incremento del precio del dinero es un arma de doble filo: si no fuese lo suficientemente tajante, podría prolongar el periodo inflacionario y socavar la credibilidad de los bancos centrales; si fuera excesivo, podría provocar una recesión especialmente dolorosa.
Un ejemplo del impacto que el alza de los tipos de interés está teniendo en la economía de las familias es la evolución del euríbor, principal referencia para los préstamos hipotecarios a tipo variable en España, que ha subido más de 250 puntos básicos en lo que va de año y se acercaba al 2,7% a mediados de octubre.
Alemania e Italia pueden sufrir una contracción
La gran esperanza es que la subida de los precios se modere el año que viene. Según el panel de Funcas, la inflación media anual cerrará 2022 en el 8,6%, pero el año que viene se desplomará hasta el 3.,8%. BBVA Research apunta otros dos motivos para el optimismo. El primero es el alto nivel del ahorro de las familias. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), son casi 130.000 millones de euros, dinero que podría servir para impulsar una futura recuperación. El segundo factor es la esperada aceleración de la ejecución de los fondos Next Generation EU, que aumentará la licitación de obra pública en 2023.
La creación de empleo, una de las variables macroeconómicas que mejores noticias ha dado en 2022, ralentizará su ritmo de crecimiento el año que viene y el paro bajará con menos fuerza. Según las previsiones del Gobierno, la tasa de desempleo cerrará 2023 en el 12,2%, comparado con el 12,8% a finales de este año.
En sus previsiones de otoño, el FMI alerta de que la economía mundial afronta tres grandes desafíos: la invasión rusa de Ucrania, la crisis del coste de la vida y la ralentización de la actividad en China. “En pocas palabras: lo peor está por venir, y mucha gente percibirá una recesión en 2023”, afirmó el Pierre-Oliver Gourinchas, consejero económico y director del Departamento de Estudios del FMI.
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, no descarta una “recesión técnica” en la Eurozona el año que viene, aunque cree que no será “muy profunda” (por recesión técnica se entiende dos trimestres seguidos con un crecimiento negativo del PIB). El FMI pronostica que Alemania e Italia registrarán un crecimiento negativo en 2023: -0,3% y -0,2%, respectivamente.