La movilización económica
La Gran Guerra fue una guerra industrial. La movilización de las empresas desempeñó un papel determinante en este “otro frente”.
Fábrica del grupo Krupp, en 1915, cuando producía material para el ejército alemán. FOTO: Brown Bros
No se puede parodiar a Carl von Clausewitz: la guerra no es la continuación de la economía por otros medios. Y no solo porque, aunque moleste a Lenin, no fue la rivalidad económica entre las grandes empresas de cada país la que llevó a la Gran Guerra, sino sobre todo porque fue la economía la que estuvo al servicio de la guerra y no al contrario. Una economía asediada, en ese comienzo del siglo XX, por una crisis de superproducción dio paso a una economía de gestión de la penuria.
Como la necesidad hace ley, en todas partes, desde Alemania hasta la liberal Gran Bretaña, el Estado va a controlar estrechamente la economía de guerra. En Francia, es particularmente urgente: la invasión y posterior ocupación del noreste del país privan al Hexágono de la mitad de su producción de carbón, de dos tercios de la de acero y de tres cuartos de la textil.
Escasez de mano de...