Las nuevas cajas pueden ser viables
Claves: Mantener el control adecuado de los gastos de estructura es lo más importante para el éxito de futuras entidades de crédito.
En un artículo publicado en el número 91 de esta revista proponíamos que se crearan nuevas cajas de ahorro para proporcionar servicio de pagos baratos y accesibles para todos los ciudadanos, y ello sin renunciar a conceder a familias y pymes créditos orientados a sus necesidades. El hecho de que haya una ley específica referente a las cajas de ahorros facilita la fundación de otras nuevas, y eso solo dependería de la voluntad ciudadana y política y de su aprobación por el Banco de España.
Sin embargo, los enemigos de las cajas de ahorro, opuestos también a la presencia del sector público en la economía, seguirán dando pábulo a la idea que relaciona las crisis de algunas cajas con comportamientos corruptos o incompetentes de políticos. Esto es evidentemente falso, pues soslaya el papel fundamental de las cajas en todo el siglo XX y el hecho de que que muchas no han necesitado ayudas del Estado.
Pero los detractores mediáticos, más que defender sus ideas liberales, lo que van a plantear son problemas técnicos para desacreditar la propuesta del autor del presente artículo. A bote pronto, se me ocurren dos. El primero tiene que ver con la relación espuria de los políticos con la incompetencia y/o la corrupción que ya se ha citado. El segundo es que la limitación de la dimensión de las cajas, obligada según la ley 26/2013, dará lugar a entidades que no serán rentables y estarán abocadas a la insolvencia o a la dependencia del Estado. Sobre eso voy a tratar en los párrafos siguientes.
Algunas provincias deberían tener más de una caja para atender a todo el territorio y convendría que algunas cajas atendieran a más de una provincia
En la citada ley se recoge que las cajas de ahorro solo podrán actuar en una comunidad autónoma o en 10 provincias limítrofes y que su balance total no puede superar los 10.000 millones de euros o el 35% del mercado de la zona donde actúe.
En cuanto al límite de los 10.000 millones de euros, hay dos vías para concluir si con esa restricción una entidad bancaria puede ser rentable. Una sería preparar un plan de negocio para una entidad hipotética, lo que es muy complicado, aunque ese paso sería ineludible para pedir la autorización de la creación de una caja de ahorro.
Entidades de referencia
La segunda vía es, a partir de determinados datos financieros relevantes, revisar el comportamiento de entidades de crédito que puedan servir de referencia. Esto se ha hecho sobre el ejercicio 2019, ya para el 2020 los datos no se han publicado aún y, además, ha sido un año muy atípico.
Se han revisado todas las entidades españolas con un balance total de entre 5.000 y 14.000 millones de euros, excluyendo las integradas en grandes grupos bancarios. Se comparan su balance total, sus gastos de estructura y los resultados del ejercicio, según figura en el cuadro. De él se desprende claramente que ninguna de las entidades presentó pérdidas en el ejercicio 2019. Parece razonable, por tanto, asumir el mismo comportamiento para las nuevas cajas, considerando, además, que los gastos de su puesta en marcha se distribuirían entre varios ejercicios.
También se han calculado los coeficientes de correlación entre las tres magnitudes que se comparan. En el caso de los gastos de estructura y del balance total, ese coeficiente es el 0,7440, positivo y bastante elevado. El resultado es lógico, aunque si el tamaño fuera muy relevante, ese coeficiente estaría muy próximo a la unidad.
Por otra parte, la correlación entre los resultados y el balance resulta 0,2070, también positivo, pero mucho más reducido que para los gastos de estructura, lo que puede entenderse como que el tamaño de la entidad no es esencial para la generación de beneficios. En cuanto al coeficiente entre gastos de estructura y resultados, resulta ser -0,094, negativo pero el más reducido de todos.
Despliegue geográfico
Ahora bien, el que el balance de una caja no sobrepase el 35% del mercado donde actúe, además de ser una condición sin mucho sentido, sí tiene una influencia significativa en el despliegue geográfico de una nueva caja. Según una estimación del mercado financiero por provincias, hay 13 en las que el límite porcentual supera ampliamente los 10.000 millones de euros, como Alicante y Asturias, y hay 10 provincias en los que el 35% del mercado no llega a los 5.000 millones de euros, como Ávila y Cuenca.
Por todo lo anterior se puede concluir definitivamente que las nuevas cajas son totalmente viables siempre que, atendiendo al nivel de actividad que desarrolle en cada momento, mantengan el control adecuado de sus gastos de estructura. Además, en algunas provincias se tendría que crear más de una caja para poder atender todo su territorio sin perder su carácter específico y, por el contrario, convendría que hubiera cajas que atendieran a más de una provincia.