Salir de la crisis: esperanza y riesgos
Incertidumbre: Se avecinan tiempos de dificultades y oportunidades. Un nuevo contrato social europeo debería servir de base para alcanzar la deseada prosperidad sostenible.
La pandemia del coronavirus ha creado una situación inédita: una crisis sanitaria mundial que ha derivado en una crisis económica de dimensión sin precedentes que, de no gestionarse de manera adecuada, podría generar una crisis social que desborde el orden existente.
En todas partes se han tenido que tomar medidas drásticas para evitar el colapso. La UE, por ejemplo, suspendió temporalmente el Pacto de Estabilidad, destinó fondos para el rescate y el BCE facilitó financiación ilimitada. Los gobiernos han tenido que ayudar a personas y empresas para paliar el desastre, generando con ello elevados déficits y una deuda pública de vértigo.
Cómo gestionar esta grave situación lleva a un encendido debate entre políticos, economistas y expertos, especialmente en cuanto a los instrumentos que usar, su dimensión y qué hacer con la deuda pública.
El debate tradicional entre monetaristas y neokeynesianos se ha visto ampliado por los partidarios de la Moderna Teoría Monetaria, que defienden que el nivel de deuda y de déficit públicos no importan mientras no se dispare la inflación. Comparten esta opinión destacados premios Nobel como Paul Krugman y Joseph Stiglitz, que defienden que para salir de la recesión hay que gastar mucho más y no preocuparse por la inflación, que cuando esta llegue ya hay instrumentos para controlarla. Al debate se han añadido un centenar de economistas europeos, entre ellos Thomas Piketty, que han solicitado al BCE que condone la deuda pública causada por la pandemia en los países del sur de Europa.
El debate nos lleva a preguntar cuál es el valor real de monedas como el dólar y el euro. Ya sabemos que son monedas fiduciarias, que no tienen más valor que el que le conceden los mercados. Como la Reserva Federal puede emitir los dólares que necesite, siempre podrá pagar sus deudas imprimiendo más dólares. ¿Puede la Reserva Federal emitir dólares sin límite? Depende de la confianza que le otorga el mercado y de la inflación que genere.
Cuando Piketty solicita al BCE la condonación de la deuda, asume que esta deuda es una pura anotación contable que puede cancelarse sin más. Esta opinión no es compartida por la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que la considera simplemente "inconcebible".
Una sociedad distinta
La incertidumbre dominante dificulta imaginar el futuro. No sabemos los destrozos económicos y sociales con que nos encontraremos después de la pandemia. Será una sociedad distinta, desconcertada, con un tejido productivo dañado y profundas heridas sociales. Por si fuera poco, importantes retos y riesgos amenazan el futuro. En el campo económico, el posible estallido de burbujas especulativas, el riesgo del descontrol de la inflación, el aumento del tipo de interés o que la insolvencia de muchas empresas desestabilice el sector bancario.
Pero hay factores que nos ofrecen esperanza. Para finales de 2021, una gran mayoría de ciudadanos europeos estarán vacunados y en el resto del mundo se estará vacunando a buen ritmo. La pandemia sanitaria y el calentamiento del planeta demuestran la necesidad de una mayor colaboración internacional. El nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha distendido las relaciones internacionales y recupera el multilateralismo. La economía volverá a crecer gracias a los incentivos aplicados en China y Estados Unidos, que están dinamizando el comercio internacional.
La UE quiere recuperar su capacidad industrial y autonomía estratégica. Para relanzar la economía y paliar los costes sociales, ha aprobado un amplio paquete de inversiones para reestructurar su modelo productivo e impulsar sectores de futuro como la economía verde y la digitalización. Ello supone una inversión de 750.000 millones de euros en cuatro años, de los cuales 390.000 millones serán subvenciones para paliar el coste del paro y del déficit público. La creación por primera vez de un fondo europeo mancomunado y la política de compra y distribución de la vacuna en la UE significan un paso de gigante hacia la integración europea. El plan de inversiones públicas movilizará importantes cifras de capital privado imprescindible para salir del atasco.
España vivirá en unos años una situación social muy explosiva. El Gobierno deberá ser prudente
Los estímulos económicos y una financiación generosa han sido necesarios para evitar el desastre, pero no pueden continuar indefinidamente. El BCE y la Comisión Europea son conscientes de que hay que volver a controlar el déficit y la deuda pública, pero saben que la desescalada deberá ser gradual y prudente. No puede repetirse la nefasta política neoliberal que se aplicó en la Gran Recesión de 2008. Es probable que se mantenga la suspensión del Pacto de Estabilidad hasta el año 2023 y que el BCE sea prudente a la hora de retirar el exceso de financiación existente en el mercado.
Volver al equilibrio económico será un proceso muy delicado. Las profundas heridas y la tensión social existentes pueden desbordarse. Domina la sensación de injusticia y hay mucho cansancio. La precariedad generalizada y la creciente desigualdad social no serán toleradas sin más. La política puede saltar a la calle. Serán necesarios cambios profundos y gestos inmediatos para evitarlo.
Para recuperar el control de una deuda pública desbordada, habrá que reestructurar la deuda impagable de algunos países. Una solución razonable se conseguiría si se contase con un elevado crecimiento económico en un marco de una inflación moderada, algo por encima del 2%, intereses bajos y una reestructuración de la deuda a 30 o 50 años, lo que permitiría iniciar un proceso de desendeudamiento.
España, gracias a la ayuda de la UE, tiene por delante unos años decisivos para configurar su futuro. Dispondrá de 140.000 millones de euros, 73.000 millones de los cuales para cubrir los costes del paro y el déficit. Es una gran oportunidad para impulsar inversiones en economía verde, transformación digital, educación e impulsar la innovación y la investigación. El impulso de la inversión pública movilizará sumas importantes de recursos privados.
Pero también en España llegará el momento de restablecer el equilibrio económico, ¿Año 2023-2024? Supondrá austeridad, recortes en servicios públicos, aumento de impuestos, cierre de empresas y aumento del paro. Es una situación social muy explosiva. El Gobierno deberá ser prudente.
Se avecinan años difíciles; años de dificultades y oportunidades; años decisivos para configurar a nivel global un nuevo sistema de colaboración en las relaciones internacionales; años para avanzar hacia de la integración de una Unión Europea más social, y años para que España se tranquilice, resuelva políticamente sus problemas, reestructure su economía y consiga una sociedad más justa que progrese. Un nuevo contrato social europeo debería sellar la base de una deseada prosperidad sostenible.