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Cajón de sastre patronal

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Julio 2018 / 60

VIGILANCIA: El proyecto de ley Pacte (Plan de acción para el crecimiento y la transformación de las empresas) es  un cajón de sastre  que recoge múltiples disposiciones  que responden a las expectativas patronales: reducción de los derechos sobre las transmisiones de empresa, elevación del umbral a partir del cual una empresa debe acudir a un auditor de cuentas o supresión de la obligación de informar a los asalariados en caso de cesión que introdujo la ley Hamon sobre la economía social y solidaria (ESS).  El proyecto también incluirá  disposiciones del informe Notat-Sénard Empresa e interés general. Al final, sin embargo, ese “al mismo tiempo” que tanto le gusta a Emmanuel Macron, puede inclinarse hacia la derecha. La creación de un estatuto opcional de empresa con misión –las empresas que, además del fin lucrativo tienen una finalidad de orden social o medioambiental–, del que se teme que  compita con las empresas sociales y solidarias, podría justificar reducir casi a la nada las obligaciones impuestas a todas las empresas en lo referente a la responsabilidad social y medioambiental.  La nueva redacción de los artículos del código civil prevista no se vería acompañada de ninguna obligación concreta. El lugar de los asalariados en los consejos de administración solo aumentaría de modo marginal, muy lejos de la codeterminación, reivindicada sobre todo por el sindicato CFDT. Y lo que es más grave, cuando se leen algunas versiones de dicho proyecto, el Gobierno podría aprovechar para suavizar la ley del 27 de marzo de 2017 sobre el deber de vigilancia, que impone a los grandes grupos garantizar que sus subcontratistas respecten los derechos sociales fundamentales. 

REFORMA: El decreto por el que se crea la categoría de “enfermero de práctica avanzada” (IPA) está próximo a publicarse. Estos IPA, con un nivel bachillerato+ 5, podrán sustituir a los médicos, sobre todo en el caso de los pacientes con afecciones de larga duración, garantizando su seguimiento mediante los exámenes necesarios o renovando los tratamientos. Esta categoría los acercaría a las comadronas, que también necesitan tener bachillerato+5 y que sin ser médicos están consideradas como una profesión médica con los derechos a ella unidos en lo que se refiere a poder hacer exámenes médicos y prescribir algunos tratamientos. Esta esperada reforma está encaminada a facilitar el acceso a los cuidados de los enfermos en un momento en que la demografía médica está orientada a la baja, sobre todo entre los generalistas. Y ofrece, además, perspectivas de promoción a las enfermeras. La versión final del decreto debería prever un estricto marco de sus condiciones de ejercicio por los médicos. No se trata, pues, de una revolución, puesto que ya existen “protocolos de cooperación” por los que ciertas tareas pueden delegarse en los enfermeros. Si la actividad de los IPA debe estar bien delimitada para que los pacientes no corran riesgos, es posible pensar que el lobby médico logra mejor que otros ser escuchado por el gobierno a la hora de defender sus intereses.

Inquieta la alianza de un partido xenófobo y otro populista en Italia

POPULISMO: La Liga Norte y el Movimiento 5 estrellas llegaron por fin a un acuerdo para gobernar Italia. A los comentaristas les inquieta esta alianza entre un movimiento de extrema derecha xenófobo y antieuropeo, y una formación populista de ideología incierta. El programa adoptado yuxtapone las propuestas faro de los dos aliados circunstanciales, empezando por un flat tax sobre la renta, que entusiasma a los contribuyentes ricos de la Italia del Norte, y una renta básica, plebiscitada por el Mezzogiorno. Reducciones de impuestos y nuevos gastos que deberían financiarse con los esperados dividendos de un crecimiento relanzado. Se pueden considerar poco realistas estas propuestas, inquietarse por la suerte que se ha prometido a los inmigrantes y refugiados en un país al que se ha dejado solo ante el problema, pero también hay que interrogarse sobre las razones que han llevado a los italianos a rechazar a los anteriores partidos de gobierno, sobre todo a Renzi y consortes, los equivalentes italianos de Emmanuel Macron. Un tema que debería darnos ques pensar.