Una Europa protectora
CONTROL: El Gobierno francés piensa aumentar el control de los parados y ser más eficaz a la hora de sancionar a los que rechazan ofertas de empleo que se consideren razonables. Es necesario controlar a los parados que cobran la indemnización por desempleo para garantizarse que buscan un trabajo. Lo exige la legitimidad del seguro de desempleo. Sin embargo, cuando solo beneficia a la mitad de los obreros porque los demás no han trabajado lo suficiente para disfrutarla o ya se ha agotado su derecho a ella, la insistencia del ministro de Trabajo sobre este tema fastidia. Hace creer que una parte significativa de los parados no estaría buscando activamente un empleo y serían, por tanto, parados voluntarios. Es innegable que algunos trabajos están en tensión y que a los empresarios les cuesta contratar en ciertas cuencas especialmente dinámicas. Pero, en la práctica, si Francia tiene aún 2,5 millones de parados, según la definición de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), es debido a la falta de empleos y no a que los parados se dediquen a rechazar las múltiples ofertas no satisfactorias que reciben. Y si algunos de ellos no buscan activamente trabajo es porque están desanimados y el Pôle Emploi, el servicio público de empleo, no les propone ninguna solución.
EUROPA: Emmanuel Macron fue elegido porque prometía relanzar la construcción europea. Desde entonces, ha pronunciado tres bellos discursos sobre el tema en los que ha desarrollado la visión de una Europa más protectora y, al mismo tiempo, capaz de responder a los desafíos a los que nos hallamos colectivamente enfrentados: emergencia de China, incertidumbres estadounidenses, cambio climático, etcétera. Si aún no se ha concretado nada, no puede reprochársele a Emmanuel Macron, puesto que toda iniciativa en materia europea comienza por dialogar con nuestro socio alemán, lo que no era posible mientras no hubiera gobierno. Ya lo hay. Sin embargo, lograr resultados no va a ser fácil. Mientras que las élites francesas se han resistido durante mucho tiempo a cualquier avance en materia europea, en nombre de una soberanía que ha terminado siendo ficticia, es ahora Alemania la que da muestras de poco entusiasmo. ¿Pero realmente quiere Emmanuel Macron establecer las relaciones de fuerza necesarias para acabar con la exigencia de las empresas de unos impuestos cada vez más bajos? ¿Está realmente dispuesto a luchar para dotar a Europa, a la zona euro, de un auténtico presupuesto, basado en unos recursos propios votados por el Parlamento europeo en igualdad con el Consejo de la Unión? ¿Y osará, en la negociación que se abre, decir que no hay ningún tema tabú, empezando por el puesto de Francia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o las normas de uso de nuestra fuerza nuclear?
Francia tiene 2,5 millones de parados por falta de empleos
A Rusia le cuesta producir bienes con estándar internacional
MAFIA: Vladimir Putin ha sido triunfalmente reelegido para un nuevo mandato a pesar de que rige los destinos de Rusia desde hace más de 18 años, incluyendo el corto periodo en el que situó a su primer ministro Medvedev en la presidencia aunque él conservaba en realidad el poder. ¿Qué decir del balance de estos años? Cerca de tres décadas después del hundimiento del sistema planificado, todavía no ha llegado la prometida diversificación de la economía. A pesar de que la mano de obra rusa está relativamente bien cualificada y el país dispone de un potencial real de investigación, a su economía le cuesta producir bienes que respondan a los estándares internacionales debido a que no ha liberado la iniciativa ni instaurado un auténtico Estado de derecho. El sistema soviético ha desaparecido, pero el Partido Comunista de ayer ha sido finalmente sustituido por una mafia que sobrevive redistribuyendo la renta del petróleo y el gas, y cultivando un nacionalismo paranoico propio de otra época. Es una huida hacia delante que va acompañada de un gasto en defensa que está muy por encima de las posibilidades de esa potencia media que es ahora Rusia.
