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Clase valiente

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Julio 2017 / 49

La comunicación política vista por tres jóvenes

Iñaki Gabilondo

Clase valiente, una producción de Compacto.coop, es un cortometraje que se adentra en las bambalinas de la comunicación política. Sus protagonistas son tres jóvenes cuyo objetivo, real o dramatizado, es intentar introducir en quince días el concepto de “#clasevaliente” en los mensajes de la campaña de las municipales de 2015. Lo de menos es si lo consiguen o si sus estrategias y tácticas resultan ser las más adecuadas. Lo destacable es que, al enmarcar las peripecias de los protagonistas en las manifestaciones de personajes y agentes cuyo oficio es precisamente la comunicación política, la película nos hace reflexionar sobre los mecanismos y los efectos de esta comunicación.

Los ciudadanos, como electores en una sociedad democrática, ¿votan con la cabeza o con el corazón? La respuesta, nos guste o no, es cada vez más similar a la de preguntar si los consumidores compran con la cabeza o con el corazón. Porque las estrategias actuales de comunicación política apenas se diferencian de las de la publicidad de consumo. Se dirigen al votante más como un consumidor de hashtags, memes, eslóganes y vídeos virales que como ciudadanos reflexivos que deciden su voto en función de opiniones meditadas sobre el contenido y la coherencia de programas políticos.
Queremos pensar que si los norteamericanos votaran con la cabeza no habrían elegido como presidente a un personaje como Donald Trump. Y que menos aún lo harían los votantes de clase media o baja, laminados por la lógica de un capitalismo implacable, cuyos intereses  en teoría estarían mejor defendidos por políticas propias del Partido Demócrata.

Estas paradojas aparentes en el comportamiento de los votantes no son un fenómeno nuevo, si bien acentuado en nuestros días por el frenesí de la hipercomunicación. Hace más de una década, Georges Lakoff, un psicolingüista de la Universidad de Berkeley que es el primer entrevistado en Clase valiente, se ocupaba en explicar por qué los republicanos consiguen votos entre los ciudadanos de clase media o baja, a pesar de que acaban por ser los más perjudicados por políticas de derecha.

En su libro (No pienses en un elefante), que en la época de la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió aquí en una obra de culto, Lakoff edificaba su propuesta sobre tres observaciones. La primera es que construimos nuestra comprensión del mundo a base de marcos mentales que incorporan conocimientos, pero también valores de los que somos a menudo sólo en parte conscientes. Estos marcos mentales son persistentes; si recibimos datos que contradicen uno de nuestros marcos mentales, el primer reflejo es descartarlos como falsos. De ahí la relevancia del fenómeno de las fake news o de los hechos alternativos

La segunda observación de Lakoff es que, como conoce todo negociador experimentado, los individuos tienden a actuar más en función de sus valores, a menudo inconscientes, que de sus intereses. La tercera, que los marcos mentales y los valores que integran se activan por medio del lenguaje. Una expresión como radicalidad democrática, por ejemplo, se entenderá de modo diferente según la afiliación política de quien la escuche.  

Entrevistando a comunicadores de todos los partidos, Clase valiente desvela cómo este proceso de masajear el mensaje en función de intereses políticos es un trabajo elaborado y consciente. Es una labor de profesionales que en la película expresan de modo racional y sin ambages su pericia en manipular (influir, dirían ellos) las reacciones no necesariamente racionales de los votantes. Junto a las de estos profesionales, destacan las intervenciones (brillantes) de dos jóvenes activistas políticos sobradamente preparados: Íñigo Torrejón y Owen Jones. No se las pierdan.