Los dilemas morales de ‘El lobo de Wall Street’
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Periodista
La película de Martin Scorsese aúna un cinismo absoluto y una puesta en escena magistral.
Fotograma de El lobo de Wall Street.
El filósofo Stanley Cavell se ha preguntado por la bondad en las películas —The Good of Film— y, en un sentido más amplio, por si el cine puede hacernos mejores personas. The Woolf of Wall Street, la última película de Martin Scorsese, es una respuesta, no sé si cínica o desesperanzada, a la cuestión formulada por el profesor Cavell, que aparece como un ingenuo ante la barbaridad moral que representa un personaje como Jordan Belfort, el protagonista de la película —y de la historia real en que se inspira—, interpretado por Leonardo DiCaprio. La respuesta es que vivimos en un mundo de idiotas ambiciosos en el que el único parámetro válido para juzgar el valor de alguien es su cuenta corriente.
La trama es conocida: un joven corredor de Bolsa —Belfort— no se resigna a ser marginado de Wall Street a causa de la crisis...
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