Cesárea Garbuno

La primera empresaria del refino.

Cesárea Garbuno (1846-1933) nació en una familia acomodada del valle de Oyarzun, que vivía de las rentas de la tierra. A los 17 años se casó con Ramón Londaiz, que tenía también una buena posición económica, pero en este caso no como rentista, sino debido a una empresa textil. Garbuno descartó una  vida ociosa y sacó su vena emprendedora, sobre todo cuando falleció su esposo, quien antes de morir supo ver la oportunidad de mercado que suponía el crecimiento de las ciudades: se necesitaría mucho alumbrado público, y la parafina podía sustiuir como combustible al carbón y la grasa de ballena. Según la Real Academia de Historia, Garbuno creó con uno de los socios de Londaiz la que sería la primera refinería de España, con un capital de un millón de pesetas, denominada “Luciano Mercader y viuda de Londaiz”. Para conseguir materia prima, Garbuno y Mercader compraron el que sería el primer petrolero español, el San Ignacio de Loyola. Durante la dictadura de Primo de Rivera, la sociedad fue forzada a integrarse en la CAMPSA y se dedicó solo a distribuir productos petrolíferos. La empresaria también se dedicó a producir harina, y fue una accionista importante de Papelera Española. Murió, muy anciana, en 1933.