Clara Campoamor
El derecho al voto... pese a la izquierda.
El derecho al voto... pese a la izquierda.
Considerada la madre del sufragio femenino en España, Clara Campoamor (1888-1972), fue una luchadora feminista que pasó de trabajar como modista a ser una de las primeras mujeres abogadas y a ejercer como diputada, cuando las mujeres podían ser elegidas pero no votar.
No solo luchó por el sufragio universal, es decir, también femenino, sino que entre muchas otras cosas contribuyó a que en la Constitución de la II República, en 1931, se aprobara el divorcio, se regulara el trabajo infantil y el femenino, la paternidad tanto dentro como fuera del matrimonio y se estableciera la no discriminación por razón de sexo.
Parte de la lucha de Campoamor tuvo que librarla en el seno de la izquierda, que calculaba que si las mujeres obtenían el voto reforzarían a la derecha.
Su discurso impecable contra sus compañeros republicanos en el Parlamento (republicado completo en El País en 2006: https://elpais.com/sociedad/2006/10/01/actualidad/1159653602_850215.html) da hoy por hoy vergüenza ajena. Parece mentira que hubiera tenido que pronunciar ese discurso ante unos hombres que, en realidad, no querían la liberación de las mujeres, a quienes veían como “seres inferiores”. Y de quienes sacaban mucho provecho.
Tanta fue su lucha en el seno de la izquierda que en 1934 Izquierda Republicana le denegó su admisión.
Los dos años siguientes Campoamor, que además tenía una mente privilegiada y era traductora del francés y escritora, desarrolló una de sus obras más conocidas, Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, en la que explicaba sus luchas parlamentarias.
El voto femenino se consiguió gracias al apoyo de la derecha, y se hizo efectivo en 1933. Pero no logró sobrevivir mucho tiempo, porque la Guerra Civil y la posterior dictadura acabarían con la normativa.
La precursora del sufragio universal salió de España con la Guerra Civil, y se exilió en Buenos Aires, donde siguió escribiendo, codeándose con círculos intelectuales progresistas y luchando por los derechos de las mujeres.
Franco concedió a las mujeres el derecho a votar en 1966, pero solo si estaban casadas y obviamente sin elecciones libres. El sufragio universal no se consiguió de pleno en España hasta 1976, en la Transición. Campoamor no lo llegó a ver. Murió de cáncer en Lausana, Suiza, en 1972, donde trabajaba como abogada.