Compartid, y mientras, nos forramos
El poder de la revista está en TUS manos. Súmate a este proyecto cooperativo.
-
Por Ricard Ruiz De Querol (Socio director de Coperfield for Social Good)Noviembre 2016
Mezcla: Economía y colaboración no deberían juntarse. las plataformas soslayan obligaciones regulatorias y laborales
ILUSTRACIÓN: PERICO PASTOR
Cuando parecía que la (mal) llamada economía colaborativa llevaba camino de convertirse incluso en políticamente correcta, el boletín de Ouishare publica su obituario: “La economía colaborativa ha muerto porque el concepto ha perdido todo su valor explicativo”.
El primer error, al que no es ajeno la Wikipedia española, es confundir la sharing economy, la economía de compartir, con la economía colaborativa. Porque el consumo es sólo una de las actividades económicas; la producción, la innovación, la comunicación lo son también. Pero además, la sharing economy, según se promueve en las plataformas que lideran el sector, tiene muy poco de colaborativa. No hay colaboración entre el conductor de un coche de Uber y sus clientes: sólo una cesión de uso, un alquiler.
De hecho, muchas plataformas refuerzan el...
Otros artículos de este número:
Publicaciones relacionadas
Editorial
El tema del mes
Entrevista
Dossier
Actualidad
Análisis de coyuntura
Indicadores
La foto
Análisis
Vida cultural
Libros
Agenda
Revistas
Documentales y cine
Cartas de lectores
Economía social y colaborativa
Oráculo impertinente
Todavía no hay comentarios, sé el primero en opinar
Escribe tu comentario