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“Con poco presupuesto, hay que ser creativos” // EEUU: Cleveland, Democracia colaborativa

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Enero 2020 / 76

Entrevista a Ted Howard, presidente de The Democracy Collaborative.

Ted Howard es presidente de The Democracy Collaborative, una organización que aboga por un nuevo sistema económico donde el control compartido crea resultados más equitativos. Entre otras cosas, Howard desarrolló la estrategia de creación de empleo y riqueza de Cleveland, e imparte conferencias para replicar su propia experiencia. Recientemente ha estado en Barcelona, en la conferencia Democratizando la economía local, organizada por la Cátedra de Política Económica Local-UPF y el Ayuntamiento de Barcelona.

Usted habla en su libro, Hacer democracia económica, sobre la economía para las comunidades locales. ¿Puede desarrollar un poco este tema?

Cuando vivimos en una comunidad hay un sistema subyacente. No es que las cosas suceden de forma aleatoria. Y ello envuelve las estructuras y empresas, los procesos políticos, las regulaciones, las organizaciones de base... El sistema produce unos resultados. Nuestros sistemas locales están diseñados para tratar de producir crecimiento económico. Y al crecimiento económico no necesariamente le importa quién se beneficia de él ni de las consecuencias negativas del medio ambiente. En Barcelona ahora hay más desigualdad, los precios de las casas están subiendo. Son consecuencias lógicas de cómo el sistema está construido. No podemos arreglarlo solo con pequeños proyectos. Tenemos que cambiar el sistema. 

¿Qué puede contar de su propia experiencia en Cleveland?

Cleveland fue una ciudad industrial muy próspera hace décadas. Pero con la política ultraliberal se vino abajo. Ahora tiene una alta tasa de desempleo, de pobreza, pérdida de población, de negocios, de industria, etc. Cleveland, como Detroit, cayó en un pozo profundo. Y la gente empezó a decir: si seguimos haciendo lo que hacíamos hasta ahora, toda la ciudad puede desaparecer. Tenemos que tener coraje y ser visionarios. Y ahí fue donde yo me involucré con Cleveland. Construimos en ciertos barrios, donde hay unas 50.000 personas viviendo, una base económica nueva, muy ligada al cooperativismo. Identificamos unos principios inclusivos.  Contratamos personas que han sido dejadas de lado. Creamos una red de cooperativas de trabajo, una de las más grandes en Estados Unidos. Creamos negocios de éxito, que ahora están ganando dinero, aunque no lo hicieron el primer año. Hemos creado más de 30.000 empleos y habrá más. Y conseguimos convencer a lo que llamamos “instituciones ancla”, grandes instituciones, como hospitales y universidades para que contraten a estas empresas locales. Hemos notado un cambio en estas instituciones. No son cooperativas. Ni siquiera son grandes organizaciones progresistas. Pero saben que estarán en Cleveland por décadas y les interesa estar en una comunidad más saneada. No es todavía un nuevo sistema, pero puede darnos una idea de lo que puede ser posible.

Pero los hospitales en Estados Unidos tienen intereses privados, ¿no?

Es América, sí. Pero tenemos tres tipos de hospitales. Los que tienen fines de lucro, que hacen sus inversiones basados en los intereses de sus inversores; los hospitales públicos, que la ciudad puede tener, y los sin ánimo de lucro, la mayoría de hospitales en Estados Unidos. Pueden ser muy grandes. Y tienen una visión social. Lo que hicimos fue una llamada a ese sentido social para que contraten empresas locales.

Choca un poco la contradicción de preservar el empleo para los locales, en el sentido de que es lo que dice Trump también…

Esto es bastante diferente. No es que vayamos a hacer un muro alrededor de Cleveland. Es más lo que ha hecho Mondragón: básicamente dijeron: “Nadie va a venir a salvarnos y debemos enfocarnos en la población vasca”. No es que dijeran que nadie más en España era importante, sino que pensaron en que eso era lo que tenían que hacer para reforzar la economía local. Ese es el espíritu. Incluso desde el punto de vista ecológico esto es bueno. América es tan grande que no tiene sentido traer lechugas de California si podemos producir las lechugas localmente. Si compras un libro desde Amazon lo tendrás en casa al día siguiente. Pero si lo compras de la librería local ese dólar va a crear tres veces más valor económico que si lo compras a Amazon. 

El sistema es mucho más grande que una ciudad. ¿Cuánto margen realmente tienen las ciudades?

Es verdad, el sistema es gigante. Y mandan las naciones. Pero las ciudades pueden hacer mucho. Algunas de las cosas que pueden hacer es anclar el empleo, utilizando a las organizaciones gubernamentales para promover el empleo local. 

Hace unos días entrevistaba a una mujer que trabaja con los ayuntamientos para promover el empleo femenino. Y una de las medidas es ampliar las guarderías. Pero le decían: “no tenemos presupuesto”.

Lo oigo todo el tiempo en Estados Unidos. Por un lado, hay algo de verdad en esto. Pero en general lo que sucede es que no quieren cambiar o no son creativos. O escuchan demasiado a sus abogados y contables. Puedes darle la vuelta a los presupuestos, si quieres. Puede haber poco presupuesto municipal, pero hay que ser creativos. Tienes que convencer a los burócratas y es un desafío al poder.