Cuando estudiar llevaba al empleo
La OCDE constata que “la educación es un seguro contra el desempleo”. Pero los jóvenes ya no tienen ninguna garantía
Lo dicen todos los informes y lo saben padres y madres sin necesidad de leerlos: con estudios, aumentan las posibilidades de encontrar trabajo y de ganar más.
Como regla general, sigue siendo cierto, pero la sacudida de la crisis es tan profunda que incluso las grandes seguridades se tambalean, y especialmente en España.
El informe correspondiente a 2012 de Education at glance, la publicación de referencia sobre la educación y su impacto en el mercado laboral que edita la OCDE todos los años, lo sintetiza así: “La educación es en general un buen seguro contra el desempleo”.
EL 'PLUS' DEL DOCTORADO
La media de los países de la OCDE es concluyente. Con datos de 2010, la tasa de paro entre las personas que no completaron la secundaria ascendía al 12,5%, mientras que entre los licenciados se situaba en el 4,5%. En España, aquel año las cifras seguían la tendencia: 24,7% y 10,7%, respectivamente. Y a finales de 2012, los que solo completaron la primaria tenían ya una tasa de desempleo del 39%, por el 16,3% de los licenciados, según el INE.
Sin embargo, la situación se ha vuelto menos lineal. El principio de que cada grado superior de formación lleva a una situación laboral mejor empieza a presentar dudas, al menos en España y entre los jóvenes. Algunos sociólogos, como Pau-Marí Klose, llevan años advirtiéndolo: “La sociedad decía a los jóvenes que si trabajaban duro llegaría la recompensa. Ahora ya nadie puede garantizarlo”.
La última EPA de 2012 aflora una realidad incómoda y nueva: en algunas franjas de edad, la tasa de ocupación entre los que cuentan con un doctorado es incluso inferior a los simplemente licenciados. Entre los jóvenes, el doctorado ya no parece una ventaja competitiva.
El paro entre los doctores está por debajo del 4% en las franjas de edad a partir de los 45 años y el porcentaje es muy inferior al de los licenciados, que se mueven en torno al 10%. Pero entre los menores de 40 años cambia todo. Entre los 35 y 39 años el plus de doctorado es mínimo: de apenas 0,8 puntos (12,8% de paro entre los doctores por 13,6% entre los licenciados). Entre 30 y 34 años el supuesto plus se convierte en negativo: el paro entre los doctores (18,4%%) es incluso 1,5 puntos superior al de los licenciados, mientras que en la de 25 a 29 años se dispara al 33,4%, casi siete puntos más que los licenciados y en el mismo rango de los que simplemente han concluido la secundaria.
Y ello con un desplome de la tasa de actividad brutal: desde 2007, el INE ha perdido a 356.000 licenciados y doctores menores de 34 años. Los cerebros lo han entendido y han emigrado.