El agobio por la jubilación
La pensión media de los autónomos ha subido más del 40% en una década, pero sigue muy por debajo de la que perciben los asalariados. La mayoría vive al día y cotiza el mínimo
ILUSTRACIÓN: PERICO PASTOR
Después de toda una vida de agobios para llegar a fin de mes, a muchos autónomos les aguarda una jubilación... con agobios para llegar a fin de mes.
La pensión media de jubilación de los autónomos en España es de 678,61 euros al mes (con 14 pagas), apenas 40 euros por encima de la pensión mínima. Es decir, ni siquiera llega al 60% de la pensión media que perciben los jubilados que cotizaron en el régimen general como asalariados. Y en el caso de las mujeres, la pensión media se sitúa sensiblemente por debajo de la mínima: 568,05 euros.
Asalariados y autónomos tienen sobre el papel las mismas condiciones, en la medida en que ambos están integrados en la Seguridad Social. Pero hay una diferencia básica: en el caso de los asalariados es la empresa la que desembolsa el grueso de las cotizaciones, siempre en función del salario, sin que el trabajador vea afectado el dinero que ingresa a fin de mes. En cambio, un autónomo tiene que cubrirse íntegramente la cotización, con lo que la gran mayoría opta por la mínima obligatoria: 264 euros al mes.
VOLUNTARIO
El resto, hasta llegar a la cuota máxima (1.074), es siempre voluntario: “Los autónomos son un colectivo muy poco homogéneo, pero la gran mayoría va demasiado justo como para plantearse aumentar voluntariamente su base de cotización; muchos necesitan el dinero para llegar a fin de mes”, explica Alejandro Inurrieta, analista financiero.
El 85% abona la cuota mínima indispensable para poder seguir operando y, en consecuencia, la pensión que en su día recibirá será también mínima. Y ello teniendo en cuenta que en el caso de que si en algún período deja de cotizar —por la crisis o por las circunstancias que sean—, seguirá arrastrando la futura pensión más a la baja.
Las consecuencias son elocuentes: según datos de la Seguridad Social, el 90,2% de las pensiones de jubilación de los autónomos son de 1.000 euros al mes o menos (siempre en 14 pagas), mientras que en el caso de los asalariados que han cotizado por el régimen general el porcentaje es del 50,9% (véase el gráfico). En el otro extremo, los autónomos que perciben una pensión de jubilación de 1.500 euros mensuales o más es de únicamente el 1,6% del total, mientras que entre los asalariados es del 27,2%.
Pese a esta precariedad general, la situación es hoy sensiblemente mejor que la de hace unos años. En comparación con 2008, el año en que se inició la crisis económica mundial, la pensión media de jubilación que perciben los autónomos ha subido en España el 22,2% y se sitúa hoy en el 59,4% de la jubilación media de los asalariados del régimen general (en 2008 suponía el 54,4%). En la última década, la pensión media de los jubilados autónomos se ha incrementado el 45%, lo que da idea sobre todo de lo míseras que eran bien entrado ya el siglo XXI.
REVALORIZACIÓN
Este aumento está vinculado a las cotizaciones individuales de cada autónomo, pero tiene que ver sobre todo con la revalorización de las pensiones mínimas: en la medida en que un porcentaje tan alto de autónomos cotiza el mínimo, cualquier variación al alza de la pensión mínima tiene un impacto sobre la media muy superior al que pueda llegar a tener en el régimen general, donde la concentración de pensiones en el tramo bajo es sensiblemente inferior.
Con la reforma de las pensiones de 2013, para poder tener la pensión máxima será necesario acumular una vida laboral de 37 años y cotizar el máximo en los últimos 25. Por tanto, el autónomo interesado debería empezar a cotizar ese máximo desde los 42 años agregándole a su cotización obligatoria aportaciones mensuales voluntarias de 810 euros.
Es entonces cuando empieza a planteársele la pregunta de si le resulta más rentable aumentar su cotización a la Seguridad Social o derivar esta capacidad de ahorro hacia los planes privados de pensiones.
Muchos asesores fiscales sugieren la vía privada, con el argumento de que bastaría con conseguir una rentabilidad anual del 5% en estas aportaciones para tener una jubilación equivalente a la pensión máxima percibida durante 20 años. Parece una cifra asequible, teniendo en cuenta la avalancha publicitaria de los planes privados de pensiones, que prometen rentabilidades superiores al 10%. Pero no lo es en absoluto. Al menos por dos motivos: porque las elevadísimas comisiones se comen en la práctica buena parte de la rentabilidad y porque si se adopta una perspectiva a largo plazo se comprueba que las rentabilidades no son, ni de lejos, tan fantásticas.
Las comisiones tienen que ver en buena medida con los bonus de los gestores. Recientemente, incluso el Financial Times ha mostrado desconcierto al trascender que el máximo ejecutivo del Plan de Pensiones de los Profesores de Ontario (Canadá) se embolsó, en 2013, 7,4 millones de dólares. España es uno de los casos más flagrantes: los informes de la OCDE lo sitúan a la cabeza (sólo superado por Estonia) de las comisiones en los planes privados de pensiones: el 1,5% en 2012. Incluso sin contar con las abultadas comisiones, conseguir una rentabilidad media del 5% en plazos largos no es tan fácil.Desde luego, parece casi misión imposible en España.
El estudio de referencia independiente sobre la rentabilidad real de los planes de pensiones en España lo hacen todos los años el profesor Pablo Fernández y su equipo del IESE, escuela de negocios de referencia, perfectamente ubicada en la ortodoxia liberal. El último informe, del año pasado, analiza los 257 fondos en España con al menos 15 años de historia y únicamente registra dos fondos que superen el 5%. La rentabilidad media fue de apenas el 1,53% y, además, 25 de los fondos (casi el 10% del total) tienen rentabilidad negativa: es decir, hay menos dinero en la caja que la suma de las aportaciones realizadas durante 15 años.
El horizonte es si cabe más complicado ante la nueva situación en Europa con tipos de interés negativo ya en algunos países y el espectro de la deflación. La consultora Create Research advirtió a finales del año pasado que los fondos de pensiones eu-ropeos se han marcado para 2015 objetivos de rentabilidad “irrealmente elevados”. La compañía analizó 190 fondos, que suman activos por valor de 1,9 billones de euros, y la media del objetivo de rentabilidad para 2015 es precisamente del 5%.
Create Research es tajante: “Es difícil conseguir retornos superiores al 5% sin acciones agresivas de riesgo”, subrayaba en el Financial Times. Inurrieta coincide: “Toda la inversión conservadora está bajo mínimos; ahora sólo la Bolsa puede dar rentabilidad, pero naturalmente ello implica entrar en una dinámica de riesgo”.
El auténtico dilema al que se enfrentan estos pocos autónomos con capacidad de ahorro para la pensión parece pues más bien otro: o la Seguridad Social o el casino.