El debate llega a la izquierda
El decrecimiento avanza de la mano de los verdes, pero choca con la tradición socialdemócrata amarrada en los sindicatos
En la X Asamblea de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), celebrada el pasado abril, hubo un debate muy acalorado que solo se cerró cuando se aplazó, y no fue por el “derecho a decidir”, sino por el decrecimiento. La formación rojiverde es una de las primeras en España que aborda el debate en su máximo órgano, y ha comprobado en carne propia lo difícil que va a ser para la izquierda encajar el puzzle alternativo.
ICV tiene desde hace dos años una comisión interna específica sobre decrecimiento y es lógico que sea de las primeras formaciones con peso institucional en abordar con fuerza el debate en España porque el partido es el heredero del comunista PSUC y, al mismo tiempo, es uno de los referentes en España del Partido Verde: dos culturas políticas que en este campo están aún muy alejadas.
El decrecimiento suele ser un concepto asociado al ala fundi de Los Verdes y de las izquierdas alternativas heterodoxas, que sostienen que el crecimiento ilimitado es insostenible sin destruir el planeta. En cambio, la izquierda tradicional, de raíz socialdemócrata o eurocomunista con un pilar sindical relevante, tiene la doble aspiración de hacer crecer la tarta (el producto interior bruto) y de aumentar el trozo para las clases trabajadoras. Por tanto, el hecho de que la tarta crezca ya supone en sí mismo mayores probabilidades de que la porción popular sea también mayor.
Son enfoques que podrían ser considerados antagónicos: lo normal es que choquen cuando se debaten en una asamblea en la que parte de los militantes tiene una socialización verde y otra parte procede del mundo sindical y de la tradición del PSUC.
Este mismo choque se ha expresado recientemente entre algunos referentes académicos en España del decrecimiento y de la socialdemocracia clásica. El pasado marzo se enzarzaron en una polémica pública en la que el catedrático Vicenç Navarro advirtió contra las posiciones “malthusianas” en sectores ecologistas “que consideran que el crecimiento en sí es negativo”.
EQUILIBRIOS
La larga resolución aprobada en la última Asamblea de ICV a instancias de la comisión interna de decrecimiento trata de navegar entre ambos polos. Defiende un “nuevo modelo económico sin crecimiento en consumo de bienes físicos o energéticos, siguiendo los principios de los sistemas existentes en la naturaleza”, sin renunciar técnicamente al aumento del PIB por la vía del “consumo de bienes relacionales y de proximidad”.
Al mismo tiempo, subraya que el papel de los sindicatos “es esencial para garantizar que este nuevo modelo se combina con una defensa y mejora de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, tanto en las condiciones de trabajo como en sus retribuciones totales netas, que deben crecer para convergir en el reparto de las rentas también con los países más avanzados”.
El debate en ICV continuará en una próxima conferencia. Lo que nadie duda es que será, de nuevo, acalorado.