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Elizabeth Magie

Inventora del Monopoly.

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Noviembre 2020 / 85

Inventora del Monopoly.

Durante mucho tiempo se creyó que el Monopoly había sido inventado en 1935 por un estadounidense en paro, Charles Darrow, tras la Gran Depresión. Es la historia, bonita pero falsa, divulgada por la empresa Parker Brothers, que tiene los derechos sobre el juego de mesa. Ha habido que esperar mucho tiempo para conocer la verdad. 

En 1974, Ralph Anspach, un profesor de Economía de San Francisco, comercializa un nuevo juego, el Anti-Monopoly, con el que denuncia el poder del acaparamiento de riqueza y los monopolios. Recibe una carta de los abogados de Parker Brothers en la que le conminan a dejar de comercializar su juego con ese nombre. Anspach se niega a ello e investiga la historia del juego para demostrar que la empresa estaba usando un nombre que ya existía desde hacía mucho tiempo.

Ideas progresistas

De este modo nos enteramos de que el juego fue fruto de la voluntad política de una mujer, Elisabeth Magie, alias Lizzie (1866-1948), quien estaba decidida a divulgar al máximo las ideas progresistas del intelectual estadounidense Henry George, cuya obra más conocida es  Progress and Poverty (1879). A comienzos del siglo XX, Magie inventa el juego  Landlord’s Game, con sus compras de terrenos, sus impuestos a los ricos y su denuncia de los monopolios. Registra la patente en enero de 1904 y comienza su comercialización. 

A ello le sigue una historia increíble: la comunidad utópica de Arden, en Delaware, se aficiona a ese juego, fabrica sus propios tableros y comienza a llamarlo Monopoly. Los cuáqueros de Atlantic City perfeccionan las reglas y, de mano en mano, el juego llega a Filadelfia, donde una pareja, los Darrow, lo aprenden de unos amigos… Charles Darrow pide a un diseñador que le dibuje un bonito tablero y comienza a vender el juego, y Parker Brothers se lo compra. En diciembre de 1935, la empresa registra la patente y compra la suya a Magie por 500 dólares. Parker Brothers conocía, pues, el auténtico origen del juego.  Y el Tribunal Supremo terminó por darle la razón. Anspach, que estaba muy endeudado, recibió entonces un montón de dinero y ganó en su lucha por el derecho a seguir comercializando su juego, cuya lógica es fiel a las ideas de Lizzie… El Anti-Monopoly sigue estando a la venta.