España va a peor en especies y hábitats
Las ONG urgen al Gobierno a actuar ante el incumplimiento sistemático de los compromisos internacionales.
Más de 85.000 especies distintas habitan en territorio español, según la Fundación Biodiversidad. España es el país con una mayor riqueza en biodiversidad de toda Europa. Otros datos lo corroboran: más de la mitad de las especies animales del continente europeo, y el 5% de las que existen en todo el mundo, están presentes en el país, que al mismo tiempo alberga el 54% de todos los hábitats terrestres considerados de interés comunitario, según la definición de la Directiva sobre Hábitats.
Con una importante superficie forestal y montañosa, solo superada, respectivamente, por las de Suecia y Suiza, España es, además, el país de la Unión Europea que aporta una mayor superficie a la Red Natura 2000, una red europea de áreas de conservación de biodiversidad que, mediante el establecimiento de zonas especiales de conservación, persigue asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y de los tipos de hábitat. El 27% del territorio terrestre y más del 8% del marino están protegidos por ser parte de esta red ecológica.
Ser una zona caliente del planeta en materia de biodiversidad es el resultado de factores distintos: desde la propia posición geográfica a la diversidad geológica, pasando por un clima y una orografía variables y por el hecho de contar con islas.
Pero la actuación para proteger la biodiversidad es esencial. Y a tenor de la evolución de los datos, vamos en retroceso.
Según el informe Statue of Nature Report de 2020, elaborado por la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) con los datos que proporciona cada país de la Unión, entre los periodos 2008-2012 y 2013-2018, el porcentaje de hábitat (como humedales y bosques) en estado de conservación inadecuado o desfavorable aumentó en España del 62,3% al 73,3%. Es verdad que, durante el primer periodo (2008-2012), se desconocía una cuarta parte del hábitat, de modo que puede que, en parte, el empeoramiento se debiera a un incremento de la información. Sin embargo, esta es una explicación parcial,puesto que si nos fijamos en el porcentaje de hábitats en situación de conservación favorable, se produjo una disminución del 12% al 8% de un periodo al siguiente.
También ha tenido lugar un retroceso en lo que respecta a las especies en estado desfavorable, que pasan del 53,5% al 64,8%, mientras que las que se consideran en estado favorable reculan del 21% al 19%.
“El empeoramiento del estado de conservación es grave y evidente”, subraya Gema Rodríguez, responsable del Programa de Especies Amenazadas del World Wildlife Found (WWF). Hay excepciones, como las referidas a especies concretas de grandes carnívoros como el lince ibérico y el oso pardo, que siguen amenazados, pero menos, gracias al apoyo económico de programas que optan al Proyecto Life de la Unión Europea.
Los peces, la peor parte
Pero al margen del retroceso generalizado, nos enfrentamos a problemas específicos. “El 100% de los peces de agua dulce y el 70% de anfibios están en estado de conservación desfavorable por la contaminación o la presencia de especies invasoras… Los ríos concentran la mayoría de amenazas”, explica Rodríguez.
Las entidades ambientalistas reclaman mayor acción al Gobierno. “No se está actuando de manera ambiciosa para mejorar la biodiversidad. De hecho, en determinados grupos de fauna, como sabemos por los datos que recopilamos de aves, se mantiene una tendencia negativa, aunque puede haber otros grupos que aumenten en función de la expansión y los requerimientos menos estrictos de hábitats”, corrobora Ana Carricondo, coordinadora de Programas de Conservación de SEO/BirdLife.
Pendientes de un plan
España está pendiente de la elaboración de un nuevo Plan de Patrimonio Natural y Biodiversidad, puesto que el anterior cubría el periodo 2011-2017. El Gobierno cuenta con tener un borrador del nuevo, que cubrirá objetivos hasta el año 2030, alineados con la nueva Estrategia Europea de Biodiversidad, también con objetivos a 2030.
El cumplimiento del anterior deja mucho que desear. El Informe de Seguimiento del Plan Estratégico del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad de 2017 (elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica) concluye que, de 39 objetivos fijados, solo se han alcanzado de forma plena cuatro, mientras que otros tres quedan cerca del cumplimiento. En 24 objetivos, los avances no han bastado. Y en ocho ni ha habido avances significativos.
Ecologistas en Acción acusa de “inacción” y “desinterés sistemático” por todos los gobiernos en materia de diversidad y, al igual que el resto de organizaciones, reclama políticas “realistas y ambiciosas” para atajar la pérdida de biodiversidad y hacer que España se ponga a la cabeza, como ejemplo.
Las asociaciones ecologistas esperan que el nuevo plan refleje objetivos ambiciosos, pero sobre todo, “que cambien las dinámicas y las políticas sectoriales específicas que regulan la protección de la biodiversidad y que impiden que se cumplan los objetivos”, señala Gema Rodríguez, de WWF. “No hay una política de integración o de consideración de la biodiversidad en las políticas sectoriales y, en particular, sobre todo en relación con la agricultura y la política energética”, lamenta Carricondo, de SEO/Birdlife.
Compromisos fallidos
El Plan de Patrimonio Natural y Biodiversidad, que en los últimos años se ha ido prorrogando a la espera del nuevo, forma parte de los compromisos internacionales adquiridos por España para detener la degradación de los servicios ecosistémicos y la pérdida de hábitats y especies y restaurarlos en la medida de lo posible de cara a 2020. De ahí que, en diciembre pasado, Ecologistas en Acción hablara de “fracaso”. También la Estrategia Europea de Biodiversidad hasta 2020 reflejaba el compromiso para detener la destrucción de biodiversidad y la degradación en la Unión. Pero la AEMA ya alertó en octubre pasado: “la UE no está en camino de cumplir con sus objetivos de mejora de la situación de conservación de especies y hábitats protegidos”.
España es el país europeo con mayor riqueza en biodiversidad
“A escalas global y europea, se fracasa en los objetivos que se ponen. Ahora tenemos otra oportunidad para volver a impulsar la acción, con la nueva Estrategia Europea de Biodiversidad y con la celebración de la Conferencia de Biodiversidad que tiene lugar este año”, dice Carricondo.
Las ONG reclaman más dinero. El presupuesto de 2021 para Transición Ecológica es de 12.307 millones, de los que 6.805 millones se computan al fondo de recuperación de la UE. Casi todo el dinero, 5.300 millones, está previsto que se destine impulsar las energías renovables, transición energética y la movilidad sostenible. Solo 601 millones irán a biodiversidad.
La nueva ley del clima, muy centrada en reducción de emisiones de CO2, sí incluye algunos aspectos sobre la cuestión. Por ejemplo, en los planes o instrumentos de gestión de los espacios de la Red Natura 2000 se incluirá un apartado sobre cómo se van adaptando al cambio climático. Y se identificarán zonas de sensibilidad y exclusión a la producción de energías renovables por su importancia para la biodiversidad, conectividad y provisión de servicios ecosistémicos.