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La aportación económica

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Enero 2014 / 10

Los inmigrantes aportaron a España el 30% del crecimiento de la economía, desde los noventa hasta 2008

Aunque ahora están volviendo a sus países, los inmigrantes contribuyeron enormemente a la generación de riqueza en España en el momento del boom.

Según el International Migration Outlook 2013, de la OCDE, publicado el pasado junio, cuando la inmigración llegaba a uno de sus puntos culminantes, en 2005, el impacto fiscal de los inmigrantes (es decir, el resultado de las aportaciones en impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social menos el gasto en servicios públicos, beneficios sociales y pensiones) representaba un saldo positivo equivalente al 0,5% del PIB, unos 4.546 millones de euros de aporte neto.

Una investigación de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, citada por Javier Moreno y María Bruquetas en el estudio Inmigración y Estado de bienestar, de La Caixa, afirmaba que el 30% del crecimiento del PIB español entre mediados de los años noventa y la primera década del nuevo siglo fue consecuencia de la llegada de inmigrantes. Si a esa suma se le agregan los llamados efectos directos, como el consumo privado y la demanda de viviendas (los inmigrantes llegaron a suponer más del 36% de las demandas de pisos de segunda mano en 2009, según Tecnocasa), y los indirectos (como el incremento de la tasa de actividad de la población autóctona, la flexibilización del mercado laboral, etc.), las consecuencias positivas se elevaban hasta el 50% del crecimiento del PIB durante el período comprendido entre 2000 y 2005.

 

EMPLEO Y TRABAJO DE CUIDADOS

Los inmigrantes permitieron la transición de los trabajadores autóctonos hacia otros empleos con mejores condiciones laborales. Tuvo una aportación especial la participación de las mujeres inmigrantes en el trabajo de cuidados.

Entre 1995 y 2006 la tasa de mujeres españolas en el mercado laboral pasó del 42% al 67%, según Eurostat. En ese período, las mujeres inmigrantes fueron ocupándose poco a poco de las tareas hogareñas, antes no remuneradas. Según la EPA de 2006, el año álgido desde 1995, 760.600 personas trabajadoras decían emplear servicio doméstico en sus hogares, y el 61% de ese servicio estaba ocupado por inmigrantes. Pero no todas esas mujeres estaban dadas de alta en la Seguridad Social, sino que trabajaban en negro. De hecho, solo el 44% estaba afiliado al Régimen del Hogar.

 

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