La enfermedad holandesa
El poder de la revista está en TUS manos. Súmate a este proyecto cooperativo.
-
Estamos en 1977 y un extraño mal asuela el pequeño reino de los bátavos, antaño tan floreciente. No hay quien entienda lo que ocurre. En 1959 se había recibido con entusiasmo el descubrimiento de yacimientos de gas en la bella provincia de Groningue y más lejos, en el mar del Norte. De acomodados, los súbditos de Su Majestad iban a pasar a ser muy ricos exportando su oro azul.
ILUSTRACIÓN: PERICO PASTOR En efecto, los florines empezaron a circular a raudales por el país. Pero, en seguida, la euforia gasística se convirtió en una monumental resaca. Un número creciente de empresas empezaron a despedir trabajadores y el paro comenzó a subir: de casi nulo en 1970 (1,1%) llegó al 5,1% en 1977.
Ese mismo año, se diagnosticó la enfermedad, aunque no se curó. El semanario británico The Economist, en un artículo dedicado al paradójico mal que sufría Holanda, inventó un término: dutch disease, ‘la enfermedad holandesa’. Esta expresión, desde entonces,...
Otros artículos de este número:
Publicaciones relacionadas
Editorial
El tema del mes
Entrevista
Dossier
Panorama económico
Actualidad
Análisis de coyuntura
Indicadores
La foto
Análisis
Libros
Agenda
Revistas
Documentales y cine
Bloc de notas
Economía social y colaborativa
Economía feminista
Oráculo impertinente
Todavía no hay comentarios, sé el primero en opinar
Escribe tu comentario