La información es el nervio de la guerra
Los actores públicos y las empresas se valen del espionaje económico para obtener información y combatir a sus competidores. Una estrategia que en ocasiones recurre a métodos dudosos.
Llamémosle Maxime, Maxime Renahy. Ese es su nombre. Hoy vive a cara descubierta, pero no siempre fue así. Entre 2007 y 2012, en su calidad de experto en finanzas, trabajó para los servicios secretos franceses en Jersey y, posteriormente, en Luxemburgo. Se dedicaba a obtener información, sobre todo relacionada con los ataques que las empresas francesas podían sufrir por parte de las sociedades y Estados extranjeros. Pero también se enfrentó a peticiones que no se esperaba. “En 2011, en un contexto de crisis financiera, me sorprendió que los servicios secretos buscaran información sobre la solvencia real de los bancos y las aseguradoras francesas para asegurarse de que no ponían en peligro nuestra economía”, dice.
¡Bienvenido al mundo del espionaje económico, un mundo que fascina, pero que no es sino uno de los engranajes de una batalla más amplia: la de la información y la desinformación económica que libran los Estados y...