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“La propiedad cambia las cosas de forma radical” // Trevor Scholz

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Diciembre 2016 / 42

Entrevista a Trebor Scholz,  profesor asociado de Cultura y Medios en la New School de Nueva York y principal impulsor de las cooperativas de plataforma

FOTO: JEAN BAPTISTE

¿Qué problema hay con sacarse un dinero extra de vez en cuando cocinando para otros o enseñando inglés?

Para algunos colectivos de particulares puede haber ventajas. Pienso en estudiantes, o en personas que tienen un empleo a tiempo completo o parcial y que desean desarrollar una afición o habilidad.  A corto plazo, puede haber incluso ventajas.  Pero a la larga, nos aleja del empleo directo con protección social. Es una vuelta de tuerca más en la tendencia que empezó hace cuatro décadas. Es fácil distraerse y no ir más allá del lenguaje.

El lenguaje, plantea usted, es un caballo de Troya. ¿En qué sentido?

El lenguaje de la solidaridad, el de compartir, es el que empleamos con nuestros seres queridos. Es algo casi íntimo que nos aleja de la realidad, que es una empresa que gana un beneficio y que suele empezar operando de manera ilegal basándose en que su comunidad de consumidores adora su servicio y exigiendo, con este argumento y el de la ventaja competitiva que supone, que se la legalice. Otro aspecto preocupante es el uso de tus datos privados, que pueden hacer algunas plataformas. Por ejemplo, si tienes poca batería en el móvil cuando buscas un conductor de Uber, te sube el precio.  Nos controlan con datos que les hemos dado nosotros.

Usted propugna las plataformas cooperativas. ¿Qué problemas cree que resolvería este modelo?

Yo organizo conferencias y escribo libros sobre las cooperativas de plataforma. Hay trabajadores que vienen a una charla y preguntan: ¿Podríamos nosotros desarrollar nuestras propias plataformas? Igual que los fotógrafos han creado Stocksy o que existen Ebays cooperativos.  Hemos visto que ha tenido poco éxito colaborar con empresas y pedirles protección social. Entonces, hay que crear otra realidad. La propiedad cambia las cosas de forma radical. Imagínese que una plataforma como Airbnb fuera de la ciudad, o una empresa de conductores tipo taxi, de los conductores. 

La tecnología no suele ser el fuerte de las cooperativas, y además hablamos de mercados muy competitivos.

¿Por qué no unir la historia del cooperativismo con la de la tecnología? Unos aportan experiencia y valores democráticos; otros, conocimiento tecnológico. Debemos romper la desconfianza mutua. Sí, competir no es fácil para una cooperativa. Es crucial tener un producto fuerte. 

Se ha abierto un debate sobre la posibilidad de dar derechos a los miembros de plataformas colaborativas.

Sí, a resultas de numerosas denuncias de empleados. Muchos no pueden hacer bien su trabajo porque no ganan para vivir de ello. No se puede simplemente desmantelar la protección social ni ofrecer derechos descafeinados.