"La semana de cuatro días minimiza el paro tecnológico"
Entrevista a Pedro Gomes, profesor de la Universidad de Birkbeck (Londres).
El economista portugués Pedro Gomes, profesor en Birkbeck (Universidad de Londres), defiende la implantación de la semana de cuatro días y es autor del libro Friday is the new Saturday (El viernes es el nuevo sábado). No lo ve como una propuesta progresista, sino como una mejor manera de organizar la economía. Cree, como dijo Paul Samuelson en 1970, que esta reducción del tiempo de trabajo es "un invento social transcendental".
La mayoría de economistas recelan de reducir el tiempo de trabajo. ¿Por qué?
La semana de cuatro días es un cambio enorme. Deben estudiarse sus impactos sobre la demanda, la actividad económica, la innovación y el mercado de trabajo. Se requiere una visión global, lo que es difícil para los economistas, porque trabajan con modelos económicos que simplifican la realidad.
¿Por qué sostiene que el viernes debería ser el nuevo sábado?
Ahora, la semana de cuatro días es una práctica de gestión por parte de empresas innovadoras. Algunas tienen dudas y hacen pruebas. Y está bien. Pero para que el conjunto de la sociedad se beneficie del cambio, debe aplicarse de forma global y coordinada. El trabajo moderno es muy de equipo. Es difícil para una empresa decir que cierra el viernes. ¿Cómo va a coordinarse con sus clientes? Como alternativa, se puede dar un día libre distinto a cada trabajador, pero se crean problemas de comunicación y de resolución de problemas. El problema desaparece si todo el mundo trabaja en equipo de lunes a jueves.
¿Y el fin de semana?
El fin de semana no está fuera de la actividad económica. Se potenciarían sectores relacionados con el ocio. Quienes trabajen en ellos trambién trabajarían cuatro días, pero cubriendo el fin de semana.
¿La clave es el consumo durante un fin de semana largo, entonces?
Aumentará la demanda de teatros, restaurantes, hoteles, cines, viajes... pero la clave es qué haría la gente con su día extra de descanso. Supone más tiempo para que quien quiera formarse, reciclarse o desarrollar una pasión lo haga. No todo el mundo tiene los recursos para dejarlo todo y lanzarse a crear un negocio. Si tienes trabajo pero más tiempo, es un emprendimiento híbrido más seguro. Piense en Henry Ford, Steve Wozniak y hasta en Pedro Almodóvar, que pasó años en Telefónica. Aprovecharon su tiempo libre mientras trabajaban en otra empresa. La semana de cuatro días es la mejor manera de organizar la economía en el siglo XXI.
¿La productividad aumentaría para poder mantener el salario?
El primer argumento para implantar la semana de cuatro días es la productividad. Es un pacto entre la empresa y su personal para que este trabaje menos días produciendo lo mismo. Supone trabajar con más intensidad. Las empresas que lo aplican ven que los trabajadores llegan más descansados y trabajan mejor. En los últimos 50 años todo ha cambiado: los avances tecnológicos, la esperanza de vida, la estructura familiar, las formas de comunicación, el papel de las mujeres en las empresas... pero trabajamos lo mismo como si estuviera escrito en los genes, pese a que el trabajo es más intenso. Hay mucho burn out [estar quemado].
Entiendo que es un proceso, que el beneficio no llega de golpe.
Lo primero es decidir si realizar el cambio. Si se decide, habrá que ver cómo llegar a trabajar menos horas sin perder salario. Hay distintas vías posibles para una transición. Por ejemplo, que en los primeros años los salarios no suban más que la inflación. O durante unos años, aumentar en media hora, el trabajo durante los cuatro días laborables. De hecho, creo que la semana de cuatro días crea las condiciones para que aumenten los salarios: mayor productividad, mayor demanda de trabajadores, menos horas de trabajo. En EE UU, después de reducirse la jornada de seis a cinco días, los salarios aumentaron el 30%. Y en China, cuando en 1995 se pasó de seis a cinco días, los salarios pasaron de subir el 0,1% en el periodo 1975-1995 a hacerlo el 14% entre 1998 a 2010.
¿Qué sucederá con el empleo?
Se creará empleo, pero no por un reparto del trabajo. Habrá más demanda de personal en la actividad de ocio, turismo y cultura. Y, por otro lado, entran en juego los empleos que desaparecerán. La semana de cuatro días minimiza el impacto del paro tecnológico. Si tienes 55 años, ganas tiempo para sostener el trabajo hasta la jubilación. Y si tienes 30, tiempo para reciclarte.